Enamorada del Villano

Capítulo 19

Paso las manos sobre mi vestido color melocotón. Hoy es día para probar los vestidos de las damas de honor, apenas llegaron las cuatro nos entrometimos en el cuarto de Celina para ver cómo nos quedan.

Nunca me había imaginado ser una, supongo que la mayoría aspiramos a ser la novia, sin embargo, creo que es un puesto muy noble y hasta divertido, pues las damas de honor estamos para la novia más que el mismo esposo. Somos las que le sostenemos el cabello a la novia cuando está borracha, las que la ayudamos a levantarse el vestido y hasta intentamos contener a la novia cuando le da una crisis.

Visto así no parece ser tan un buen papel...

—¡Ay! Que bonita—doy un respingo cuando observo la cara de Celina sobre mi hombro por el reflejo del espejo.

—Gracias—le sonrío a su reflejo.

Ella me devuelve el gesto.

—De nada, que suerte que es de tu talle y no tenemos que retocarlo—comenta aliviada y se aleja.

Me imagino todo el estrés que debe conllevar una boda, todos los detalles en los que se debe prestar atención. Sumado al hecho de que alguien quiere arruinarla. Pero, ¿Él aún desea aquello? No tengo idea, James no me ha hablado en cuatro días.

Y no es que no me quisiera acercar a charlar con él para tener novedades, más bien no ha habido oportunidad. Él no ha bajado a desayunar ni a almorzar en todo este tiempo, así como tampoco ha manifestado interés de continuar con todo este circo, es como si lo hubiera tragado la tierra.

De pronto, Jessica aparece con su vestido y busca un lugar en el espejo, así que me aparto.

—¿Mis pechos se ven pequeños?—muestra su escote.

—Para nada—se expresa en desacuerdo Cel.

Un grito nos hace voltear hacia la puerta del baño de la habitación, donde la rubia se encuentra luciendo su vestido.

—¡Lo amo!—exclama Dove.

La pelirroja comienza a dar saltitos en su lugar y luego, se limpia una lagrima falsa.

—Todas se ven hermosas—nos elogia—. Aguarden un momento, quiero sacar un par de fotos.

Nos posicionamos juntas para que la novia pueda tomar una selfie. Al terminar con el trabajo, Jess se dirige al baño.

—Voy a cambiarme así podemos ir por un aperitivo, muero de hambre—expresa.

Dove la sigue, alzando su vestido para evitar que se ensucie. Cuando estoy dispuesta a ir tras ella, Cel toma mi brazo:

—Liz, lamento que te hayas enterado por Rose que eras mi dama de honor—se disculpa y suspira—. Me hubiese gustado decirtelo yo misma...

Noto un tono de cansancio en su voz, como si el tema de tener a Rose aquí, la agobiara un poco.

—No hay problema—le resto importancia y siento la necesidad de preguntarle:—. ¿Y cómo va tu nueva organizadora?

—Ah, pues, Rose es excelente—comenta, se acerca al borde de la cama para sentarse. Hago lo mismo.

—No me refería a eso—le comento con pena.

Ella muerde el interior de su mejilla, pensativa.

—Lo sé—Baja la vista a sus zapatos de marca—. Se supone que debo estar tranquila porque él termino con ella, pero es complicado.

Suelta una pequeña risa amarga.

Frunzo el ceño, extrañada.

¿Qué él qué? No recuerdo que los hechos hayan sido de esa forma, aún tengo en la mente a Jake destruido por la decisión de Rose.

—Pero él no terminó con ella, más bien fue al revés—expreso.

La forma en que su mueca se transforma en una de irritación pura, me inhibe bastante.

No debí decir eso.

Carraspea e intenta cambiar su expresión.

—¿Ella terminó con él, Liz?—parpadea.

—Mmm, no lo recuerdo—Le doy una sonrisa nerviosa, pretendiendo evadir el tema.

Intercambiamos miradas en silencio.

—Está bien, puedes decirme, no estoy enojada—intenta tranquilizarme pero casi puedo observar la vena de su frente hinchándose.

Aplasto los labios.

—Mmm sí, ella terminó con él pero no sé la razón—confieso.

Como si el odio la impulsara, da un salto para ponerse de pie.

—¡Bastardo! ¡Me mintió!—exclama y de pronto, lleva una mano a su pecho—. ¿Por qué me oculta cosas?

Esconde la cara entre sus manos para deshacerse en lagrimas y yo me quedo paralizada, pues no tengo idea de que hacer. Al instante, mi mirada se dirige al baño en donde se encuentran encerradas sus amigas. No parece haber señal de que salgan pronto.

Me acerco a ella con tranquilidad y apoyo una mano sobre su espalda.

Este problema es mérito mío, así que también tengo que solucionarlo. Sé que no pretendía decir eso, es extraño que consiga algo cuando no lo quiero. Esto lo habría ayudado a James en otro momento, pero ahora que no busco romper nada, funciona de maravilla.

—Tranquila, seguro lo hizo para evitar problemas—intento consolarla.

—Pero, acaso, ¿No confía en mí?—pregunta acongojada, cuando alza la mirada, noto que el rímel corre por sus mejillas.

—Claro que sí, pero debe ser un estrés que quería evitar.

Frunce el ceño.

—¿Yo soy un estrés?—pregunta.

No me considero buena en lo que involucra esto de recomponer lazos, con mis amigos de toda la vida es sencillo pero con ella, siento que todo lo que digo está mal. Además, no es nada fácil, trato de justificar a Jake por una mentira que nunca debió haber dicho.

¿Por qué no le dijo a su prometida la situación con Rose? ¿Será por estrés o por otra razón? Es que ni siquiera lo sé, solo intento que Celina mantenga la calma para no ser la causante de un rompimiento. Aunque Jake estuvo mal, eso es un hecho.

—No, tú no, pero pelearse por cosas innecesarias del pasado es algo que seguramente sea mejor saltarse, por el bien de los dos—le digo.

Ella me mira, inquieta y de pronto, baja la mirada como si estuviera reflexionando. Comienza a asentir lentamente y yo hago lo mismo. Se seca las lagrimas con el dorso de su muñeca.

—Tienes razón, no quisiera pelear con él—cede—. No, otra vez.

Entorno los ojos.

—¿Lo hacen muy seguido?

—Últimamente todo el tiempo—muerde su labio inferior para reprimir el llanto.



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Editado: 29.04.2024

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