Enamorada por casualidad.

|Capítulo 28|

A la mañana siguiente desperté y Pablo estaba frente a mí sonriendo.

—Buenos días, linda.

—Buenos días, Pablo.

—El desayuno está listo.

—Enseguida voy. —Sonreí.

Me di una rápida ducha, me coloqué un vestido azul con pequeñas flores, cepillé mi cabello, esparcí mi perfume por mi cuello y fui a desayunar.

—Te miras muy hermosa.

—Tú siempre te miras guapo. —Le guiñé el ojo.

—No soy chef, pero esto no quedó tan mal.

—¿Bromeas?, se mira delicioso. —Partí mis pancakes tomé un trozo y me deleité ante el sabor. —¡Están increíbles!

Estaban esponjosos, los decoró con helado, frutos rojos y eso era lo que les daba el toque tan delicioso y especial.

—¿De verdad? —Fingió llorar.

—Sí. —Reí.

Terminamos de desayunar y salimos a la clínica, tuve la oportunidad de conocer un poco de los pacientes y de preparar nuevamente su postre, la jornada de Pablo terminó y decidió llevarme a un centro de patinaje, ordenamos nuestros patines y disfruté de la pista mientras que él no salía del suelo.

—Pensé que nos divertiríamos. —Gruñó molesto.

—Y lo estoy haciendo. —Comencé a reírme.

—¿Me ayudas a levantarme? —Tomé sus manos y debido a su peso caí con él.

—¡Qué tramposo! —Le di un codazo. —Ahora tendrás que levantarte solo.

—Ayúdame. —Suplicó.

—Si me vuelves a tirar, te levantarás solo. —Rodé los ojos y él asintió.

Tomé sus manos nuevamente, lo levanté y seguimos disfrutando de la pista de patinaje.

—Mira esto. —Giró sobre su propio eje hasta que cayó y provocó que riera.

—Increíble. —Dije con sarcasmo.

—Inténtalo. —Me retó.

—De acuerdo. —Respondí dudosa y comencé a dar vueltas.

—¡Hermoso! —Aplaudió e hice una reverencia riendo.

—Gracias. —Sonreí.

Después de patinar durante un gran período entregamos los patines y nos dirigimos al área de comida.

—¿Qué pedirás?

—Una hamburguesa con papas fritas, ¿y tú?

—Lo mismo.

La comida llegó y mi boca se abrió a manera de sorpresa.

—Creo que es la hamburguesa más enorme del mundo.

—Vaya qué sí. —Rio.

Le di un mordisco a la hamburguesa, comí las papas y asentí debido a lo exquisita que estaba, le di un sorbo a mi bebida y me dispuse a hablar.

—Muchas gracias por todo esto.

—Deja de agradecer, mi linda. —Tomó mi mano y la acarició. —¿La has pasado bien?

—Bien es poco.

—Esa era la intención. —Besó mi frente.

Terminamos de comer y volvimos a casa.

[...]

Desperté, me di una ducha, coloqué un suéter verde militar, una falda de mezclilla y unos tenis, sequé mi cabello, lo planché, coloqué una bandana de mezclilla, mis aretes, perfume y salí de la habitación de Pablo.

—Ya estoy lista. —No lo miré por ningún lado. —¿Pablo?

—¡Feliz cumpleaños! —Me cargó y besó mi rostro.

—¡Gracias! —Sonreí.

**Pablo.**

*Hoy es el cumpleaños de mi mejor amiga, tardé muchos días en idear un plan para que la pase bien y no lamente que su novio no esté para ella.

Le compré una cámara Polaroid OneStep , no conozco tanto de cámaras como ella, pero según la chica del local tiene muy buena calidad y las fotos salen instantáneamente, pedí que la envolvieran, compré un cheesecake y flores.

Llegué a casa, ella aún dormía así que decidí decorar un poco la casa y a los pocos minutos salió.




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