Enamorada por casualidad.

|Capítulo 5|

**Esteban.**
*¿Qué? ¿Katherine estaba accediendo?, no entendía nada de lo que decía, pero si entendía la preocupación en sus ojos al preguntar lo anterior, no sabía nada de ella, quizás había sufrido por alguien, quizás algún idiota no la había valorado, no me entraba en la cabeza esa idea, ¿dañar a alguien como ella?.
La única manera de entender lo que le ocurría era que ella abriera sus sentimientos, que abriera su corazón y me contara todo, aunque aún no entendía como haría eso.*
—Oye, bonita. —Dijo tomando mi rostro y volteándolo hacía el suyo. —No te dañaré, ya verás, sólo necesito una oportunidad, una sola y te prometo que si te daño, me alejaré para siempre de ti.
En cuánto Esteban tomó mí rostro sentí una extraña sensación, sentí un remolino en el estómago y no comprendía porque. Sus palabras y su "promesa" sonaban sinceras, me negaba a aceptarlas así que decidí quitar sus manos de mi rostro y seguir mirando hacia la ventana.
—Katherine, no es un juego. —Gruñó.
—Nadie dijo que lo fuera. —Respondí sin mirarlo a los ojos.
Esteban no respondió hasta después de un largo rato:
—¿Podemos intentarlo? —Preguntó entusiasmado.
—No. —Respondí cortante
—Me encantas.
No pude evitarlo y empecé a sonrojarme, de verdad comenzaba a odiar a ese chico.
—Por favor, deja de insistir.
Se aproximaba mi parada, Esteban se levantó, tomó mí quijada suavemente y giró mi rostro a su dirección en ese momento se inclinó y dejó un suave y tierno beso en mi frente, después se bajó sin despedirse... Bueno, quizás el beso había sido la "despedida”, en ese momento deseaba que la despedida fuera para siempre.
Llegué a la universidad y tomé mis clases como habitualmente.
Perla por fin había regresado a la escuela, le comenté que había hablado con el profesor de química, que le daría una oportunidad y ella estaba muy emocionada y agradecida conmigo, me fascinaba mirar a mi amiga tan feliz.
Ya era hora de filosofía, entré al salón y ahí estaba Carlos esperándome con una sonrisa gigantesca.
*Carlos.*
*Miré entrar a Katy y sentí una sensación de paz, eso era lo qué me transmitía y eso era lo qué quería que sintiera ella al estar junto a mí.
Hace algunas semanas me contó que ella practicó durante mucho tiempo ballet.
[Flashback]
[—Katy, cuéntame algo que fue o qué es importante en tu vida.
—¿Puedo confiar en ti?
—Claro, bonita.
—Me fascina el ballet.
—Eres tan dulce.]

Y hace unos días miré qué en una ciudad cercana a la nuestra se presentará "el lago de los cisnes”, una obra de ballet de lo más tradicional y clásica. Algo muy aburrido para mí, sé que a ella le encantará ir.*
—Buenas tardes, ¿por qué tan sonriente?
—Estaba esperándote, te tengo una sorpresa.
—No, por favor. Nada de sorpresas. —Supliqué apenada.
—No tienes opción. —Dijo con una penetrante sonrisa que dejaba ver sus perfectos dientes.
—¿De qué se trata? —Pregunté intrigadísima.
—Buenas tardes jóvenes, abran su libro en la pág... 124 —Dijo el profesor.
Filosofía era una de mis clases favoritas, sin embargo en ese momento sentí rabia cuando llegó el profesor, ¿no podía llegar 2min tarde?
Abrí el libro en la página indicada y sentía que alguien me miraba, era obvio qué se trataba de Carlos.
Por fin terminó la clase de filosofía y me dirigí rápidamente con Carlos.
—Y bien, ¿de qué se trata? —Hablé cuán niña entusiasmada.
—Katy, te dije que es sorpresa. El Sábado pasaré por ti a las 12pm, como te dije, no tienes opción. —Plantó un beso en mi mejilla.
—¡¿Queeeeé?! —Refuté —No puedes dejarme así, debes decirme.
—No, pequeña y no insistas.
—Y, ¿cómo me visto, me maquillo, me arreglo? Necesito saber de qué se trata.—Sigue tus instintos, bonita.
Estaba tan molesta que sólo mirarlo me causaba conflicto, así que decidí salir del aula e ir a la biblioteca, pasaron algunos minutos y ya era hora de irme a casa.
Tomé el autobús e iba totalmente vacío, llegué a casa y miré el auto de papá.

Había regresado a casa luego de semanas fuera de la ciudad, su carrera de relaciones internacionales lo hacen mudarse de ciudad cada cierto tiempo, a veces es difícil no estar con esa persona a la que amas, pero llega el momento en el que comprendes que todo lo está haciendo por tu bienestar, él me premiaba por ser buena hija con recuerdos de todas las ciudades a las que asistía.
—Cariño, por fin llegaste. —Dijo con su tono más dulce y abrazando mi diminuto cuerpo a comparación del suyo.
—Hola, papá.
—Te extrañé demasiado, mi pequeña Katy.
—Te quiero papá. —Me despedí con un beso para irme a dormir y dejar a mis papás solos.
El amor que ellos se tenían era tan inmenso que me esperanzaban a encontrar un amor tan sincero y verdadero como el que ellos se tenían a pesar de todos los altibajos qué hay en las relaciones.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.