Más tarde, cuando todos estaban de vuelta en clase, Jimin esperó el momento adecuado. Vio a Gaby en su asiento, concentrada en sus apuntes. Caminó hacia ella con una sonrisa suave.
Jimin: Gaby, esto es para ti, dijo colocando la bolsa de galletas sobre una mesa. Gaby levanto la mirada sorprendida
Gaby: ¿Para mi? pregunto, tomando la bolsa con curiosidad
Jimin: Si, pase a la cafeteria y recorde que te gustan las galletas de chocolate. Pense que te vendrian bien para animarte un poco, dijo rascandose la nuca, tratando de sonar casual.
Gaby sonrio simplemente, tocada por el gesto.
Gaby: Gracias Jimin. Eres muy atento, dijo abriendo la bolsa y sacando una galleta. Que rico. ¿Quieres una?
Jimin nego con la cabeza, riendo
Jimin: No son todas tuyas. Pero me alegra que te gusten
Mientras se alejaba para regresar a su asiento, Jimin no pudo evitar sentir una mezcla de satisfacción y melancolía. Sabía que su lugar en la vida de Gaby era el de un buen amigo, y aunque eso a veces dolía, estaba decidido a seguir siendo alguien en quien ella pudiera confiar.
Desde su asiento, miró de reojo a Jungkook, quien también le dirigió una breve mirada. Ambos sabían que compartían un afecto especial por Gaby, pero cada uno lo demostraba a su manera
Jungkook entró al salón unos minutos después del receso. Al pasar por la puerta, lo primero que vio fue a Jimin inclinado sobre la mesa de Gaby, entregándole una pequeña bolsa. Desde su posición, podía notar la expresión de sorpresa y alegría en el rostro de Gaby mientras sacaba algo de la bolsa y comenzaba a hablar con Jimin, agradeciéndole con una sonrisa que iluminaba toda la sala.
Jungkook se detuvo por un instante, observando la escena con atención. ¿Galletas? pensó, reconociendo la bolsa de la cafetería. No pudo evitar sentir un pequeño pinchazo de celos en el pecho. Era un gesto simple, pero significativo. ¿Por qué no pensé en algo así antes?.
Se dirigió a su asiento sin hacer ruido, pero sus pensamientos seguían enredados en lo que acababa de ver. Sabía que Gaby y Jimin compartían una relación cercana, pero cada vez que los veía juntos, sentía esa molesta punzada de inseguridad. ¿Estaba haciendo lo suficiente para que Gaby supiera lo que realmente significaba para él?
"Debo esforzarme más", pensó. "Si Jimin puede hacerla sonreír con algo tan sencillo, yo también puedo encontrar formas de mostrarle cuánto me importa. No quiero que piense que estoy distante o que no soy capaz de cuidarla de la misma manera."
Desde su asiento, Jungkook mantuvo su mirada fija en Gaby mientras ella y Jimin seguían conversando. No era tanto por celos, sino por una creciente determinación. Quería asegurarse de que cada día que pasara, Gaby sintiera lo especial que era para él, que no le quedara duda de que, en su corazón, ocupaba un lugar que nadie más podía llenar.
Cuando la clase terminó, Jungkook se acercó a Gaby con una sonrisa relajada, como si nada le preocupara.
Jungkook: ¿Que tal las galletas? pregunto con neutralidad
Gaby lo miró sorprendida y luego sonrió ampliamente.
Gaby: ¡Deliciosas! Jimin me las trajo
Jungkook asintió, pero en su mente ya planeaba su próximo movimiento. Pronto te sorprenderé yo también, pensó, decidido a mostrarle a Gaby que su cariño iba más allá de las palabras.
Esa noche, después de que terminó el día de clases, Jungkook se encontró solo en su habitación, repensando los momentos del día. Mientras se tumbaba en la cama, su mente no dejaba de dar vueltas. Había algo que no lograba sacarse de la cabeza: las galletas.
Cuando Gaby le había hablado sobre ellas, él había notado algo en su expresión. Su sonrisa había sido genuina, pero hubo un brillo particular en sus ojos cuando mencionó que Jimin se las había dado. Aunque había intentado ocultarlo, Jungkook no pudo evitar sentir una pequeña punzada en su pecho.
"Tal vez mis galletas no fueron suficientes", pensó, rascándose la cabeza con frustración. Recordó cómo había ido a la cafetería, con la esperanza de sorprenderla, de hacerla sonreír con un detalle simple pero sincero. Pero al ver cómo Gaby reaccionó a las galletas de Jimin, algo en él comenzó a dudar.
Jungkook se sentó en la cama, abrazando sus rodillas contra su pecho mientras sus pensamientos seguían girando alrededor de lo sucedido. A pesar de que sabía que Gaby no era alguien que se dejara influenciar por pequeños detalles, no podía evitar sentir que quizás sus gestos no eran lo que ella esperaba.
“Las mías no fueron tan buenas como las de Jimin, ¿verdad?” murmuró para sí mismo, con una mezcla de inseguridad y celos. Tal vez debería haber hecho algo diferente...
La idea de que algo tan pequeño como unas galletas pudiera afectar la percepción que Gaby tenía de él le parecía ridícula, pero aún así, ese pensamiento persistía en su mente.
Jungkook se recostó nuevamente, mirando al techo con el corazón ligeramente oprimido. Se le ocurrió que, a lo mejor, no se trataba solo de las galletas, sino de algo más profundo. Tal vez se estaba comparando con Jimin sin necesidad, y eso le estaba causando más ansiedad de la que realmente merecía. Sin embargo, el sentimiento persistente de no ser suficiente para Gaby seguía acechando.
“Tal vez nunca seré tan perfecto para ella como lo es Jimin", pensó, sintiendo que su propio esfuerzo nunca sería lo suficiente comparado con lo que Jimin parecía dar tan fácilmente.
Finalmente, después de una larga noche de pensamientos, Jungkook tomó una decisión. En lugar de dejar que sus dudas lo dominaran, se prometió que no dejaría que esas inseguridades se interpusieran en su relación con Gaby. Lo que realmente importa es lo que yo le ofrezca, reflexionó. Si bien las galletas no fueron un gran detalle, hay muchas otras formas en las que puedo hacerla sentir especial. Y lo haré, a mi manera.