Enamorado de la chica de lentes

Capitulo 23

El bullicio en el pasillo era constante, como siempre, pero hoy, algo parecía distinto. Gaby caminaba por el corredor, con su mochila al hombro y la mirada fija al frente, buscando llegar a su clase lo más rápido posible para evitar las típicas risas y comentarios de los chicos que siempre solían molestarla. No era que le importaran realmente, pero en los últimos días algo dentro de ella le decía que debía ignorarlos, que no era necesario darles el espacio que se esforzaban por obtener.

Pero en esta ocasión, su silencio no les fue suficiente. Un grupo de chicos se acercó a ella, liderado por el mismo chico que siempre la miraba con una sonrisa burlona, Tomás, quien no perdía oportunidad de lanzarle algún comentario hiriente.

Oye, ¿no te cansas de estar todo el día con esos lentes? ¿Te hace falta ver bien o qué? —dijo Tomás, acompañando su pregunta con una risa que sonó despectiva.

Gaby, como siempre, intentó ignorarlos y siguió caminando, pero otro de los chicos, Raúl, se acercó a ella, empujándola levemente con el hombro, como si quisiera hacerla tropezar.

Raul: Vamos ¿Que pasa? No puedes ser tan tranquila todo el tiempo. ¿No vas a decir nada? dijo con una sonrisa burlona

El grupo de chicos comenzó a reírse, disfrutando de la incomodidad que provocaban en Gaby, cuando, de repente, el sonido de pasos firmes y decididos se escuchó a lo lejos. Era un sonido inconfundible, y Gaby, al igual que el grupo de chicos, levantó la mirada y vio a Jungkook acercándose rápidamente por el pasillo. Aunque aún no eran pareja, Jungkook ya había demostrado varias veces que no dejaba que nadie lastimara a Gaby.

Los chicos lo vieron y, aunque no sabían muy bien qué pensar, se callaron al instante. Jungkook se detuvo frente a Gaby, su mirada fija y calmada, pero al mismo tiempo llena de seguridad y determinación. No necesitaba decir una sola palabra para que su mensaje fuera claro

Tomás, sorprendido por la presencia de Jungkook, se rió nerviosamente. —¿Qué pasa, Jungkook? ¿Vas a defender a esta chica? No es para tanto.

Jungkook no respondió, pero su postura, erguida y firme, lo decía todo. Dio un paso hacia adelante, acercándose a Tomás y a los otros chicos. Su presencia en el pasillo parecía llenar todo el espacio, como si estuviera dispuesto a no permitir que nadie lo desafiara.

Jungkook: ¡Ya basta! dijo con una voz profunda y tranquila pero llena de autoridad. Dejen de molestarla.Y si vuelven a hacerle algo, las consecuencias no serán tan fáciles de ignorar.

El grupo de chicos se miró entre ellos, sorprendidos por la calma con la que Jungkook hablaba, pero también intimidado por la seriedad en sus palabras. Por un momento, nadie dijo nada, hasta que Tomás, visiblemente incomodado, decidió dar un paso atrás.

Está bien, está bien —dijo, levantando las manos en señal de rendición. —No pasa nada. Nos vamos.

Y, aunque el silencio reinó en el pasillo por unos segundos, el grupo de chicos finalmente se alejó, dándose cuenta de que no valía la pena continuar.

Jungkook, al ver que ya no había peligro, volvió su mirada hacia Gaby, quien lo observaba con sorpresa, casi sin poder creer lo que acababa de ocurrir. Sin embargo, no dijo nada.

Jungkook: ¿Estas bien? pregunto suavizando su tono

Gaby asintió lentamente, agradecida pero aún procesando todo lo que había sucedido. El hecho de que Jungkook hubiera intervenido por ella, tan directamente, sin dudarlo ni un segundo, la tocó profundamente.

Gaby: Gracias respondio con una sonrisa tímida que escondía un torrente de emociones.

Jungkook la miró fijamente, como si quisiera decir algo más, pero las palabras no llegaron. En ese momento, las miradas entre ellos fueron suficientes. Algo había cambiado, y aunque ninguno de los dos lo dijera, ambos sabían que esa amistad que compartían empezaba a tomar un rumbo nuevo, más profundo, más cercano.

Después de un breve silencio, Jungkook rompió la quietud.

Jungkook: No dejaré que nadie te haga daño, Gaby. —Y con una sonrisa genuina, añadió—: Nadie más

Gaby, con el corazón acelerado y una sensación de seguridad en su pecho, asintió nuevamente. El resto del día continuó, pero en su mente y su corazón, algo había cambiado. Jungkook, aunque no lo sabía aún, había comenzado a ocupar un lugar mucho más grande en su vida.

Y aunque ninguno de los dos se atrevió a decirlo en voz alta, sabían que algo más grande que la amistad comenzaba a gestarse entre ellos. Un vínculo que, aunque aún no estaba definido, se sentía inevitable.



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En el texto hay: romance celos nuevas amistades

Editado: 14.12.2024

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