Un encuentro emocional entre Gaby y Jungkook sobre su futuro
La tarde comenzaba a desvanecerse, y los últimos rayos del sol se filtraban a través de las ventanas, iluminando la sala con una luz cálida y suave. Gaby y Jungkook se encontraban sentados juntos en el sofá, sus manos entrelazadas, un silencio cómodo envolviendo el espacio mientras miraban hacia el horizonte, donde las sombras comenzaban a alargarse con el ocaso.
Gaby, con una ligera sonrisa melancólica, rompió el silencio con una voz suave, casi temerosa de lo que iba a decir.
Gaby: ¿Sabes? Me pasa algo extraño. No puedo evitar pensar cómo era mi vida antes de ti… antes de todo esto dijo, mirando sus manos entrelazadas. La pregunta flotaba en el aire, como si quisiera desentrañar todo lo que había cambiado en ella desde que Jungkook había llegado a su vida.
Jungkook, observando cómo el sol tocaba suavemente su rostro, sintió un nudo en el estómago al escucharla. No quería que ese miedo a lo desconocido los separara. Se acercó un poco más, sus ojos fijos en ella, leyendo entre líneas todo lo que su voz no decía.
Jungkook: Creo que ambos hemos cambiado más de lo que podríamos haber imaginado espondió con suavidad, apretando ligeramente su mano, como si al tocarla pudiera transmitirse toda la seguridad que sentía en ese momento. Pero más allá de eso, lo que me hace pensar es que, en todo este tiempo, hemos aprendido a enfrentarnos a lo imposible. Y, Gaby, lo hemos hecho juntos.
Gaby giró ligeramente la cabeza hacia él, sus ojos reflejando una mezcla de duda y gratitud, como si aún no pudiera creer que todo lo que había vivido fuera real. Sentía que, a veces, la vida le había jugado malas pasadas, y aún le costaba aceptar que algo tan hermoso podía ser tan cierto.
Gaby: ¿Y si no somos suficientes? preguntó con una vulnerabilidad que nunca antes había mostrado. Era una pregunta sencilla, pero con ella, todos los miedos, las inseguridades y las dudas sobre el futuro salían a la superficie. El miedo a no ser suficiente para él, el miedo a no ser suficiente para sí misma, el miedo a no estar a la altura del amor que él le ofrecía.
Jungkook la miró profundamente, sus ojos fijos en ella, como si estuviera buscando un puente hacia su alma. No tenía todas las respuestas, pero lo que sí sabía era que, juntos, podrían enfrentarlo todo.
Jungkook: Creo que lo único que importa es que seguimos eligiéndonos cada día, a pesar de todo lo que hemos vivido. No somos perfectos, ni yo, ni tú, pero... te elijo a ti. Siempre te voy a elegir.
Una calma recorrió a Gaby al escuchar esas palabras. En ese momento, no importaba lo que pudieran encontrar en su futuro. Ella y Jungkook se habían convertido en la fuerza del otro, y no había nada más reconfortante que saber que podían seguir adelante con sus miedos y sueños, juntos.
Gaby: Y yo a ti, Jungkook respondió con una sonrisa que iluminó su rostro, la cual, por fin, era completamente sincera. Yo también te elijo.
Ambos se quedaron en silencio un momento más, no por falta de palabras, sino por la quietud profunda que ambos sentían. El futuro, aunque incierto, ya no les parecía tan aterrador, porque ahora lo enfrentarían de la mano.
El día del parto de Gaby
El aire fresco de la mañana se filtraba por las ventanas abiertas, trayendo consigo una calma que parecía reflejar la tranquilidad que Gaby sentía ese día. Había llegado el día en que su vida cambiaría para siempre, y aunque su corazón latía con fuerza por la emoción, sentía una paz profunda, como si estuviera lista para enfrentar todo lo que vendría. Su vientre, ya grande por el embarazo avanzado, parecía llenarla de fuerza, cada movimiento de su hija dentro de ella le recordaba lo que había estado esperando con tanto amor.
Gaby se encontraba en la sala de su casa, observando el reflejo de su rostro en el espejo. Sin embargo, una sensación extraña la recorrió repentinamente, como un tirón intenso en su abdomen. La incomodidad fue seguida de un dolor tan agudo que le hizo doblar las rodillas. Un sudor frío cubrió su frente mientras un pensamiento aterrador cruzaba su mente: ¿es hora de dar a luz?
Se mantuvo tranquila al principio, respirando profundamente, pero luego el dolor aumentó, y Gaby sintió que algo dentro de ella se rompía. El miedo comenzó a invadir su pecho, y sin pensarlo dos veces, sacó el teléfono de su bolso y marcó el número de Jungkook. La llamada solo tardó unos segundos en ser atendida, pero para Gaby esos momentos parecieron eternos.
Gaby: Jungkook... dijo, su voz temblorosa y apenas audible. Tengo dolor... siento que algo se rompió...
En ese momento, Jungkook, que había estado en una reunión de trabajo, se detuvo al escuchar la voz de Gaby. Supo al instante que algo grave estaba sucediendo.
Jungkook: Gaby, ¿dónde estás? respondió con rapidez, su tono lleno de preocupación y ansiedad. El amor por ella y la responsabilidad de la situación lo hicieron sentir como si todo el mundo se estuviera desmoronando a su alrededor.
Gaby: Estoy en casa... siento mucho dolor, Jungkook... respondió intentando calmarse, pero las contracciones seguían aumentando.
El pánico comenzó a aflorar en el pecho de Jungkook, pero inmediatamente se centró en lo más importante: llevar a Gaby al hospital lo más rápido posible.
Jungkook: No te preocupes, cariño, voy a estar ahí en un segundo. Estás bien, todo va a salir bien. Solo respira, ¿está bien? Yo te cuido. dijo, con una seguridad que no sentía en su interior, pero que necesitaba transmitirle a Gaby.
Colgó el teléfono y, sin pensarlo dos veces, salió disparado de su oficina. Estaba seguro de que su vida, y la de Gaby, había llegado a un punto culminante, y en ese momento, todo lo que podía hacer era estar a su lado.
Cuando Jungkook llegó a la casa, la encontró a Gaby apoyada en el sofá, respirando con dificultad. Su rostro estaba pálido, pero cuando lo vio entrar, la calma volvió a sus ojos por un momento.