Enamorado de un fantasma

Capítulo 6

“Reflejo”

 

Horas más tarde, ya ha comenzado a anochecer y el humor de Allison ha mejorado considerablemente… al menos ya no me mira mal cada vez que nuestros ojos se encuentran.

Sus padres ya tenían rato de haber llegado a su casa, pero ella decidió quedarse aquí un rato más a terminar unos deberes, inundando mi cama con su cuaderno de anotaciones, cartucheras llenas con distintos marcadores o bolígrafos, el libro de la materia y su teléfono para complementar la información.

Como si eso no hubiese sido suficiente desorden, más de lo habitual, ella me obligó a que también adelantara los míos, incrementando considerablemente la cantidad de cosas esparcidas por mi humilde habitación.

Allison está acostada en mi cama, a mis espaldas, mientras que yo me encuentro en la silla del escritorio. Doy la vuelta en mi asiento, aprovechando que una silla estilo oficina y puedo jugar al carrusel las veces que quiera.

Algo pequeño, pero de textura densa, choca contra el costado de mi cuello. Un leve escozor se hace sentir de inmediato.

—¿Qué arrojaste? —busco en el suelo cualquier objeto que se vea fuera de lugar, encontrándome con una goma de borrar naranja.

—Eso te pasa por lanzarme el tuyo —estando a punto de replicar en mi defensa, pues no he movido ni un músculo, ella levanta un trozo de borrador lleno de agujeros, dándome una mirada acusadora.

Ojeo mi escritorio con desconcierto, estoy cien por ciento seguro de que esa cosa estaba en mi escritorio la última vez que la usé.

—Yo no he hecho nada —digo, algo distante, con la vista fija en el lugar donde recuerdo haberlo dejado.

—No puedo decir que tengo pruebas visuales, porque estaba concentrada leyendo y no te vi. Pero, ¿quién más pudo haber sido? —enarca una ceja con un semblante acusador—. Solo estamos tú y yo aquí. Y claramente es tu borrador —me lo arroja de vuelta.

El objeto aterriza en mi escritorio al mismo tiempo que, desde fuera de mi habitación, se escucha algo caerse y quebrarse. Ally y yo nos miramos alarmados, con dos bebés aprendiendo a caminar rondando por allí, ese sonido no es buena señal.

Me coloco de pie y me dirijo a paso rápido hacia afuera, seguido por Ally. El pasillo de las habitaciones está totalmente desierto, y no logro escuchar más nada que nuestras leves respiraciones.

A unos pocos metros más allá de mis pies, se encuentran esparcidos por el suelo varios trozos de lo que solía ser un vaso. Seguramente Alissa o Evy lo habrán dejado mal puesto en la mesa de pasillo que adorna esa parte de la casa.

—Todos están en el patio trasero —me recuerda Ally. Desde que los mellizos empezaron a aprender cómo usar sus piernas, dejamos que estén un rato vagando por ahí a su antojo y bajo supervisión para que practicasen—. Será mejor que recoja eso antes que alguien suba, no quiero sentirme culpable si sucede algún accidente.

—Buscaré algo para limpiar los trozos más pequeños.

Ambos tomamos caminos diferentes. Allison se va hacia el pequeño desastre, amontonando los pedazos más grandes en un solo lugar. Por mi parte, me dirijo al piso inferior a buscar un cepillo de barrer, una pala para recoger basura y un contenedor donde echarlo.

Subo las escaleras en mi camino de regreso, encontrándome con que Ally se ha quedado mirando fijamente el espejo de cuerpo completo que se encuentra a un lado de la mesa de pasillo. Está de cuclillas, pero no mueve ni un músculo, y su rostro luce ligeramente pasmado.

—¿Ally? —me acerco a ella con cautela.

—Ven a ver esto —susurra con voz ahogada—. Por favor, dime que no estoy loca, que estás viendo lo mismo que yo.

Por un instante pienso que ha visto un fantasma, por su expresión, así parece. Al acercarme lo suficiente, reparo en el hecho de que tiene los ojos más abiertos de lo normal. Dirijo la vista hacia el espejo, y es cuando me doy cuenta que mi suposición no es tan disparatada.

El reflejo de ella evidentemente se refleja en el espejo, pero no es lo único. Su figura se encuentra mezclada con la sutil silueta de otra persona.

—¿Kate?

—Estaba acomodando todo para cuando volvieras y vi eso.

Lentamente, y con movimientos cautelosos, se coloca de pie. La silueta de Kate la imita, ajustándose a la estatura de Ally —Kate era un poco más alta—. Allison hace unos movimientos extraños— que en otra situación no habría desaprovechado la oportunidad para bromear al respecto, pero justo ahora estoy tan desconcertado como ella—, y ambos reflejos realizan los mismos movimientos.

Ally acerca su mano al vidrio. Automáticamente, Kate también lo hace. Cuando se tocan, retira la mano rápidamente.

—Está helado —me mira—. Tócalo, está demasiado frío —señala el objeto en cuestión.

Con la vista fija en la combinación de siluetas, estiro el brazo para hacer lo que Ally me pidió. La miro. Tiene razón, está absurdamente frío, pero no aparenta ni un poco la temperatura que tiene. No tiene condensación ni finos cristales de escarcha que demuestren lo que ambos acabamos de sentir.

Vuelvo mi cabeza hacia el espejo cuando siento el repentino cambio de temperatura, ahora considerablemente más cálido.



#16935 en Novela romántica
#2992 en Chick lit
#967 en Paranormal

En el texto hay: juvenil, romance, paranormal

Editado: 30.07.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.