Enamorado de un fantasma

Capítulo 21

"Salida nocturna"

 

—¡Ally! —exclamo su nombre en murmullos.

He estado arrojando pequeñas piedras hacia su ventana para avisarle de mi presencia, pero he sido ignorado monumentalmente por varios minutos. La lámpara de noche está encendida, anunciando que ella aún no está dormida, por lo que rebusco en el suelo hasta encontrar otra piedrecilla.

La lanzo hacia arriba, hacia el cristal, en el momento en que las cortinas se mueven y la ventana se sube. Entrecierro los ojos y hago una mueca cuando veo la trayectoria de la piedra, que aterriza justo en la frente de una despeinada Ally.

—¡Auch! —se queja, llevándose una mano a la zona afectada—. ¿Qué te sucede? Vas a despertar a todos en esta casa y, por si fuera poco, atentas contra mí.

—Llevo media hora aquí —exagero.

—Sube —refunfuña, alejándose de la ventana mientras sigue sobándose la frente, con un mohín de dolor y el entrecejo fruncido.

Trepo por el árbol cercano a su habitación hasta llegar a su ventana, y atravieso el alféizar de la forma más silenciosa posible.

—¿Qué haces aquí a esta hora? —cuestiona.

—Te dije que te llevaría a pasear cuando no estuvieras muy ocupada —le recuerdo, y alargo el dedo índice para que guarde silencio al verle intenciones de rechistar—. Estuviste de acuerdo.

Lucha por mantener sus párpados abiertos. Solo son las once de la noche, pero estar todo el día estudiando debe ser agotador para su mente.

—La noche sigue siendo joven —canturreo, haciendo un baile extraño, meneándome de un lado a otro al ritmo de mis palabras.

—Bien… —refunfuña—. Al menos espera que me lave la cara y me ponga algo más decente.

Se dirige al baño, murmurando quejas sobre no haber estado más pendiente y ver entrelíneas cualquier cosa que puede salir de mi boca. Dije que la llevaría de paseo cuando no estuviese tan ocupada, no especifiqué hora ni día.

Una vez está lista, vestida con un jean desgastado, una blusa manga larga y su abrigo, salgo por la ventana de la misma forma que entré.

—Ya te sabes la rutina —le digo antes de descender.

Desde el suelo, observo cómo saca primero una pierna y luego la otra, aferrándose con las manos a la rama más cercana a su ventana. Baja por el tronco hasta cierto punto, donde extiendo mis brazos para que ella se deje caer.

No es la primera vez que hacemos esto… y Ally no es la chica más fuerte que conozco, por lo que nos vimos obligados a crear una forma de bajar y subir por allí que sea más sencillo para ella.

—Estás perdiendo fuerza, deportista —comenta cuando está nuevamente de pie—, casi llego al suelo —aprieta mi bíceps varias veces, negando con la cabeza con decepción—. Ya estás flácido.

Al subir al auto, Ally baja un poco su ventanilla para que entre aire fresco, y hago lo mismo que ella para que entre más. De reojo veo que cierra los ojos e inhala profundamente el aroma a naturaleza.

La noche está despejada… y espero que siga así.

—¿A dónde piensas llevarme?

—Confía en mí, sé que te gustará.

Asiente lentamente, reposando la cabeza en el espaldar de su asiento, con la vista fija en mí.

—Te he notado más cariñoso conmigo últimamente… sin contar las veces que… tú sabes.

Desvío la mirada del camino fugazmente.

—Sí… bueno, antes tenía novia. Y me gusta pasar tiempo contigo.

—Pero estamos gran parte del día juntos, con Jedd, Madison y Nathan… —deja la frase al aire, incorporándose en su asiento.

«Te está poniendo a prueba… piensa rápido».

—A veces pienso que soy un idiota. En ocasiones te he hecho enojar y no sé el por qué… aunque en otras creo saber la razón. Tómalo como una compensación de los momentos que he sido un tonto.

—En ese caso, hacen falta unas cuantas salidas más —su tono de voz demuestra algo de satisfacción al decir eso, una forma sutil de insultarme.

—¿Estás insinuando que salgamos a solas?

—No —alarga—. Estoy diciendo que eres idiota, fastidioso, tierno… aunque a veces me saques de quicio…

—¿Dijiste que soy tierno? —la interrumpo, mirándola de soslayo.

Guarda silencio unos milisegundos.

—Y fastidioso e idiota.

Vuelvo mi vista a ella con cierta diversión, notando que sus mejillas se han tornado carmesí. Ella gira su cabeza hacia el frente, riendo, pero esa sonrisa se transforma rápidamente en una expresión de pánico.

—¡Cuidado! —grita Ally.

Mi primera reacción es pisar el freno de repente, siendo impulsados hacia adelante con brusquedad. Antes de mirarla a ella, me aseguré de que no hubiese autos cerca, la vía en la que estamos nos aleja de la ciudad y, por la hora, está poco transitada.

Al ver hacia adelante, una silueta situada justo en medio de mi canal me deja desconcertado. Se me ocurre que puede ser alguien con intentos de suicidio, pero, al estar más cerca —aún sin detener por completo el auto—, me percato de que es totalmente negra. Ni siquiera las luces del auto revelan qué es exactamente.



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En el texto hay: juvenil, romance, paranormal

Editado: 30.07.2023

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