"Chica nueva"
Beso la mejilla de Ally como por quinta vez en lo que va de día. Es una buena forma de molestarla... debo admitir que suele ser divertido sacarla de quicio, y este es uno de esos momentos.
Aún no ha dicho nada al respecto, pero con ese último beso, soltó una exhalación llena de exasperación... poco a poco voy logrando mi cometido, aunque creo que también me estoy viendo afectado, besándola solo para poder sentir su piel en mi boca.
Es hora del almuerzo y, como es habitual, estoy esperando que Ally termine de guardar sus cosas en su casillero. Nunca entenderé su afán por llevar tantas cosas encima.
—¿Qué te pasa hoy? —se aparta en mi intento por darle el sexto beso, mirándome con ojos de «déjame tranquila»—. Comenzaré a pensar que esa cosa gritona de anoche te afectó seriamente.
Lo que me afectó fue otra cosa... pero ella estaba tan somnolienta que creo que no recuerda haberse desvestido frente a mí.
Me dispongo a encogerme de hombros. Ally pone los ojos en blanco, cerrando su casillero para luego alejarse caminando hacia la cafetería.
De un momento a otro, Allison toma mi brazo para detenerme y, cuando la miro, me hace un gesto para que mire en una dirección específica. Unos metros más allá de nosotros, una chica morena, de cabello negro y ondulado, es acosada nada más y nada menos que por Roger.
Él la tiene acorralada contra la pared, ella con un semblante de frustración y enojo, y él con un deje de diversión perversa. Otros dos chicos los acompañan, el séquito de Roger, quienes los rodean para dificultarle a la chica la tarea de escapar.
—Déjame tranquila —espeta ella, intentando escabullirse por el lado derecho de Roger y fallando.
—Veamos qué cosas traes hoy —toma una de las tiras de la mochila de la chica, forcejeando para quitársela—. Tu aburrido libro de la vez pasada hizo muy mal su función de papel higiénico…
—Descerebrado —escucho murmurar a Ally.
Tira más fuerte del bolso, la chica hace una mueca de dolor y cede ante la fuerza de su agresor. Roger abre la mochila, vaciando el contenido en el suelo junto a sus pies.
—¡No! —exclama ella.
—¿Eres sordo, o qué? —intervengo, levantando la voz para escucharme por encima de la chica.
Ally me mira inmediatamente. Este instituto es como cualquier otro, con chicas fáciles, chicos aprovechando eso, «nerds», populares y todo lo demás. No es un secreto que tengo cierta popularidad, aunque no me guste vanagloriarme de ello, pero prefiero pasar mi tiempo con personas que sí valen la pena en lugar de estar metiéndome en problemas.
Vivo mi vida social como me parece mejor, sin prestar atención a aquellos populares que tienen ese título solo por pertenecer a mi equipo.
¿Me he ganado apodos como «aburrido» o cosas así? Sí. Pero eso realmente no me importa.
Puede que no sea muy aplicado con muchas asignaturas, sobre todo las que me dan sueño. Pero, hay algo que sí tengo muy claro, y es que me apasiona jugar al fútbol. Llegué hasta donde estoy por esfuerzo propio y no me regocijo con mi posición de capitán, no como otro tipo que estoy viendo y ni siquiera tiene una posición importante dentro del equipo.
—¿Vienes a hacer tu papel de héroe, Townsend? —Roger me mira con cara de pocos amigos, dejando caer la mochila encima de las demás cosas en el suelo para encararme.
Avanzo un paso, poniéndome levemente delante de Ally en un gesto protector, encargándome de disimular bien la intención para que él no haga algún comentario incómodo.
Por encima del hombro de Roger, noto cómo la chica se inclina para recoger sus cosas. Los guardaespaldas del inútil frente a mí no se lo impiden, de hecho, se han colocado detrás de él, con sus ojos fijos en mí.
—No querrás meterte en problemas justo ahora… —miro a nuestro alrededor, las personas poco a poco se aglomeran cerca de nosotros, lo que llamará la atención de los profesores en cualquier momento.
Roger ríe sarcásticamente.
—El favorito del entrenador Nelson tiene miedo —lloriquea falsamente, haciendo que su par de mensos ría—. No sé cómo sigues siendo el capitán —desliza su mirada sobre mí de forma despectiva—, soy más alto y más grande que tú.
—Y más lento también —comento con calma—. Soy más ágil y más rápido —me encojo de hombros—. Y eso es lo que cuenta.
—Lamebotas —su expresión arrogante poco a poco va colmando mi paciencia.
Hago un esfuerzo sobrehumano por contener la ira creciente que amenaza con salir a la luz.
—Louis… —susurra Ally detrás de mí con tono de advertencia, queriéndome decir con esa mera palabra que no me atreva a hacer algo que me perjudique.
—Hola, Allison —él mira detrás de mí, hacia ella, dedicándole una sonrisa ladina y lobuna.
Me remuevo hacia mi derecha, cubriendo a mi amiga de él al colocarme en su campo de visión.
—Le tocas un pelo y me encargo personalmente de sacarte del equipo.