"Pre-baile"
Por fin ha llegado el día más esperado por todos —sorpresivamente, por mí también—. Aunque eso significa que el estrés de los organizadores va en aumento para decorar todo el gimnasio y que esté listo mucho antes de la hora acordada.
Maddie solicitó al director recibir la ayuda del equipo de fútbol y baloncesto para que todo fuese más rápido. Y sí, eso incluye la presencia de Roger, pero no se ha acercado a mí en todo el día, cosa que agradezco.
En mi caso, en el de Nathan, Jedd y Anne, estamos aquí porque Madison nos arrastró con ella, principalmente a mí...
Todo el mundo está haciendo algo; varios chicos están encaramados sobre sillas para colocar las cortinas que cubrirán las paredes y quitarle el ambiente deportivo al lugar, incluidos Nathan y Louis.
—Allison —llama uno de los chicos de primer año mientras termino de acomodar un mantel sobre la mesa—. Madison te encarga la organización de las butacas. Acaban de llegar —señala hacia la puerta de salida con el pulgar.
Le dedico un asentimiento antes de que se vaya a continuar con lo suyo. Al ser de último año, Madison, y tres personas más, son los principales organizadores, por ser los mayores son los encargados de dar órdenes a los de años inferiores.
Busco a alguno de los chicos con la mirada, con la esperanza de que estén disponibles para ayudarme.
—¿Necesitas ayuda? —una ronca voz llama mi atención.
Jedd.
—Ehm... sí. Estaba buscándote. Me tocó acomodar los asientos, pero todos están en el estacionamiento.
Con un movimiento de cabeza me avisa que vayamos a buscarlos.
Entre los tres —el conductor del camión incluido— llevamos todas las butacas, cuadradas y sin espaldar, al interior del gimnasio.
Hacemos varios semicírculos pegados a las paredes con ellos y una mesa cuadrada en medio de cada uno.
—Se ve perfecto —comenta Maddie, detrás de mí, cuando termino de acomodar la tercera tanda de asientos, y aún faltan unas cuantas más—. Todo está quedando mejor de lo que pensé —sonríe abiertamente, mirando a nuestro alrededor.
Los chicos están terminando de acomodar las cortinas según el boceto que Maddie les ha dado a varios de ellos para que las colocaran todas iguales, algunas de ellas amarradas sutilmente para dar un toque más elegante a todo.
—Solo imagínate cuando todo esto esté iluminado tenuemente y con las luces LED dándole color a todo —hace una mueca de estar orgullosa de su trabajo.
—Y tanto que me reclamaste por haberle dicho al director que me reemplazara por ti.
La excusa que di fue que debía dedicar la mayor cantidad de tiempo a mis estudios, que no hacía mucho había conseguido el primer lugar, académicamente hablando, y debía esforzarme por mantener esa posición, por lo que organizar el baile me desconcentraría.
Y funcionó, je, je.
—No me lo recuerdes —me fulmina con la mirada—. Todo fue una estrategia bien planeada para que no pudiera quitarte tu lugar como mejor estudiante —finaliza con tono de burla.
Realmente esa no fue la intención... pero sí funcionó de esa forma.
—¡Anne! —llama ella—. Ayuda a Jedd con los demás asientos —me mira—. Tú te vienes conmigo.
Entre las dos usamos una máquina para inflar globos de doble boquilla, llenándolos, haciéndoles un nudo y metiéndolos en una enorme bolsa para tenerlos todos juntos y evitar que alguien los pise sin querer.
Una vez hemos terminado, el gimnasio ha tenido una completa transformación. Lo único que permanece intacto es el piso. En una esquina, montaron una pequeña tarima improvisada para los encargados de la música.
Otra parte del gimnasio está predestinada para ser pista de baile, y la zona cerca de las paredes para los asientos.
Las decoraciones navideñas no faltan, siendo centros de mesa o guirnaldas con luces de navidad colocadas en partes estratégicas.
La zona de la sesión de fotos está acompañada por el tradicional árbol, que en esta ocasión es artificial, y me han dado el gusto de decorarlo a mi antojo.
Madison, y sus tres compañeros organizadores de último año, dan un discurso de agradecimiento a todos por haber sido un excelente comité organizativo para luego irnos a comer en la cafetería del instituto antes de que cada quien se vaya a su casa para alistarse.
Horas después, Maddie llega a casa con sus cosas en mano para alistarse conmigo, justo como ella ha dicho. Ha logrado escabullirse de Nathan para que no la viera mientras llevaba el vestido a mi cuarto y lo escondía entre mi ropa guindada.
—Esto es lo último —deja caer la caja de zapatos en mi cama.
La miro con una ceja elevada. —Trajiste casi toda tu peinadora. ¿Realmente era necesario? También tengo mis cosas.
—En mi defensa, mi kit de maquillaje es más extenso en cuanto a variedad de colores se refiere, considerando que tú casi no usas y cuando lo haces te ves muy natural.
—Como quieras —le resto importancia con movimiento de mano.
—Dúchate primero —ordena—. Iré a complacer un poco a tu hermano —alzo y bajo las cejas rápidamente con picardía—. ¡No en ese sentido! —sus mejillas imitan dos tomates.