"Baile"
La noche.
Por fin ha llegado el momento de lucir nuestro esfuerzo por escoger un vestido que nos haga ver decentemente atractivas.
Anne y Daphne llegaron hace pocos minutos casi listas, a las cuatro nos faltaban los últimos retoques de maquillaje y listo.
—Si Louis o tu hermano te llaman pulga con esos zapatos, dales con el tacón en el ojo —comenta Anne al fijarse en mis pies.
Llevo puestos unos tacones de unos diez centímetros de alto, negros y de tacón grueso. Con esto claramente le llego a Louis a los ojos, aunque sea.
Una exclamación de parte de mamá desde la planta baja es suficiente para informarnos que Louis ha llegado, lo que significa que es hora de irnos. Al estar Maddie dentro del comité organizativo, debe llegar un poco más temprano que el resto de los estudiantes, y nosotros, por ser su nuevo grupo de amigos, estamos destinados a ser arrastrados.
Mis manos han comenzado a sudar de los nervios de que Louis me vea de esta forma tan arreglada. Extiendo las palmas y las sacudo levemente para secarlas con el aire a medida que las tres chicas van abandonando mi habitación.
Bajamos una detrás de la otra, y los piropos de los cuatro hombres, Jedd y mi papá incluidos, no tardan en llegar a nuestros oídos.
Daphne lidera el grupo, caminando como toda una modelo y haciendo poses al llegar a la planta baja, como si realmente estuviese en una pasarela.
—Nos quieren envenenar —Nathan tose falsamente, sacudiendo la mano frente a su nariz y boca para apartar el fuerte olor a perfume que ha inundado la estancia.
Cuatro chicas, cada una con una fragancia diferente, más tres chicos con tres aromas que nos derriten solo por ser perfume de hombre, no es para menos.
Un par de ojos verdes ignoran al resto de las chicas, fijándose en la última que baja las escaleras; en mí. Louis viste un traje negro, lleva el cabello peinado hacia arriba y hacia un lado, en un estilo no tan formal que contrasta perfectamente con la elegancia del traje.
Su mirada pícara y chispeante no abandona la mía en ningún momento, y siento cómo mis mejillas reaccionan ante eso... A veces es frustrante sonrojarme fácilmente.
Luego de saludar a cada una con un beso en la mejilla, centra su atención en mí, acercándose.
—Estás hermosa —murmura en mi oído cuando se ha acercado para saludarme de la misma forma que a las demás, dándome un suave beso antes de alejarse.
—Ahora quiero que posen —comenta mamá, sacando su teléfono y alistándolo—. Esta es una noche inolvidable e irrepetible, es su último baile de secundaria y debe quedar grabado no solo en sus mentes.
Louis y Nathan se colocan en los extremos, con Maddie y mi persona cerca de ellos, mientras que Jedd se coloca en medio de Anne y Daphne, haciendo una mueca orgullosa y fanfarrona, como queriendo dar a entender de que ambas son su cita para el baile. El flash llega a nuestros ojos, cegándonos por escasos segundos, en señal de que la foto ha sido tomada.
Como esperaba, somos de los primeros en llegar. Los globos que antes estaban en las bolsas ahora están esparcidos por el suelo, específicamente en el área de la pista de baile.
Conforme pasan los minutos, el gimnasio va llenándose poco a poco. Nosotros hemos aprovechado que la sección de las fotografías había estado vacía para tomarnos unas cuantas antes que las personas fuesen aglomerándose alrededor.
Un mini bar y un barman contratado se encargan de mantenernos hidratados con agua, refrescos o cóctel sin alcohol, así que todo lo que pasara aquí dentro quedaría grabado en la mente de todos los presentes, sin borradas de memoria por borrachera.
Todo está levemente iluminado entre luces amarillas para darle cierta calidez al ambiente, con una intensidad lo suficientemente baja como para poder ver bien, mientras que las luces LED moviéndose a todas partes con patrones al azar le dan el toque fiestero y animado.
La música resuena a todo volumen mediante unos enormes parlantes, sintiendo las vibraciones del bajo en mi cuerpo, retumbando en mis oídos.
Glenn aparece a través de la entrada principal, luciendo una apariencia completamente diferente a la que estamos acostumbrados. Miro a Jedd, quien ya se encuentra mirándola con ojos embelesados.
Noto que toma una respiración profunda, como adquiriendo valor, antes de comenzar a caminar hacia ella.
Nathan, Anne y Louis se han perdido en alguno de los minutos transcurridos desde nuestra sesión de fotos grupal hasta ahora, dejándonos solas a nosotras cuatro que, ni cortas ni perezosas, nos dirigimos a la pista de baile.
He de admitir que ellas me arrastran hacia allí ante mi estado dubitativo, no sé bailar, y no tengo ganas de ser el hazmerreír de todos.
Varias personas a nuestro alrededor se divierten y mueven al ritmo de la música… y otros al mismo ritmo.
«Se burlarán de ti cuando bailes».
«No sabes moverte».
«Ellos bailan mejor que tú».
Respiro profundo ante esos pensamientos, no es el momento para dejarme llevar por ellos. Mi inseguridad e inexperiencia no pueden hablar por mí siempre… Sí, puede que esas personas se muevan mejor que yo, pero es porque tienen más práctica y, si no practico, ¿cómo se supone que aprenderé a moverme?