Enamorado de un fantasma

Capítulo 37

"Confesión"

Dos días después del baile, mi estado ha mejorado por completo, volviéndome a sentir yo misma.

Los padres de Maddie vinieron por ella en la mañana, justo como habían dicho. Ni ella ni Nathan tenían buen aspecto, ambos pasaron una noche pésima, pues Madison se despertaba cada media hora por unas molestias corporales y mi hermano con ella.

Los señores Armstrong le llamaron la atención por no haber comunicado nada, dejándolo entre la espada y la pared, pues Maddie le pidió que no lo hiciera, pero esa acción hizo que la percepción que tiene el papá de ella sobre mi hermano empeorara.

Luego que todos se fueran, Gregory y Helen llegaron con Noah, lo cual significó algo muy bueno para Nathan. Pudo distraerse jugando con nuestro sobrino y olvidar la frustración de no caerle bien al padre de su novia por un momento.

Justo ahora, estamos Louis y yo en mi habitación, sentados en mi cama en la posición del indio, uno al lado del otro. Apenas son las cinco de la tarde y nos pusimos de acuerdo para terminar juntos un trabajo individual.

Estamos en la última semana de clases antes de salir de vacaciones navideñas, lo que significa que estamos en la recta final para entregar todo lo que está pendiente.

—¿Recuerdas nuestra salida nocturna de hace tiempo? —Louis deja caer el lápiz sobre las hojas en las que está escribiendo para mirarme.

—No me la recuerdes —respondo pensativa, intentando leer las palabras que están el libro frente a mí.

—¿Qué te parece la idea de repetirla? —su tono ligeramente entusiasmado me desconcierta un poco. Lo miro como si se hubiese vuelto loco… loco de verdad.

—¿Escuchaste lo que acabo de decir?

—Claro que sí, pero no dejaste que terminara de hablar —sonríe con inocencia, sin mostrar los dientes.

Dejo mi lápiz a un lado y aparto el libro, fijando toda mi atención en él.

—No prometo nada sobre cosas sobrenaturales, porque eso no depende de mí… Pero quiero pasar un rato así contigo… otra vez —abro la boca para replicar, y él alza el índice en señal de que guarde silencio—. No tiene por qué ser a altas horas de la noche, de hecho, podría ser ya mismo.

—Aún no hemos terminado —señalo los útiles frente a nosotros con un movimiento de cabeza.

—Podemos terminar eso después —alarga el brazo, colocando un mechón de pelo detrás de mi oreja—. Todavía faltan dos días para la fecha de entrega de esa cosa.

—Sabes que no me gusta dejar las cosas para último momento.

Ríe levemente, aunque noto que es sin mucha gracia.

—A veces supones que sé absolutamente todo de ti —murmura con voz apagada—. Y no es así.

Mi cuerpo se tensa al entender por dónde viene la cosa. Hace un tiempo le dije que luego le contaría lo relacionado con Kate y no lo he hecho… ni siquiera lo había recordado en todo este tiempo. Aparto la mirada de sus ojos al no poder mantenerla sobre la suya.

—Te dije que lo haría cuando me sintiera preparada —mascullo.

—¿Qué pasa si nunca lo estás? ¿Te guardarás eso hasta la tumba? —su tono se eleva poco a poco, mostrando exasperación. Seguidamente, suelta un largo y pesado suspiro, abrazándome por los hombros—. No quiero presionarte, Ally, pero es algo que nos incluye a los tres, y creo que tengo algo de derecho a saber.

Dejando los cuadernos aún más apartados, me apoyo en mis manos para incorporarme y sentarme frente a él. Tomo sus manos entre las mías, acariciándolas con suavidad.

—Entiendo que estés frustrado. No me ocultas nada, y yo sé algo que tú no… Si la situación fuese al revés, me sentiría igual.

Su mirada divaga por mi habitación mientras su boca se abre levemente, como si quisiera decir algo. Finalmente, opta por guardar silencio. Frunzo ligeramente el ceño.

¿Es mi impresión, o eso se vio raro?

Intento no enfocarme en ese gesto. Alejo rápidamente esos pensamientos antes de comenzar a indagar en ellos. Soy experta en sobrepensar todo, y no quero hacerme un mundo por un simple movimiento de su mandíbula.

—Te quiero mucho, Ally —entorno los ojos muy ligeramente, movimiento que él no nota—. No me agrada la idea que haya secretos entre nosotros, mucho menos ahora que estamos en una relación. Sabes que no me gusta discutir contigo.

—¿Porque sabes que, de todas formas, ganaré? —comento con cierta gracia, tratando de animar el ambiente. Sin embargo, él no lo ve de ese modo—. Creo que estamos a mano —continúo, más seria.

—¿Por qué lo dices? —una fina arruga se abre paso en su entrecejo.

—Sé que también me ocultas algo. Te conozco.

Dije que intentaría no enfocarme en eso… no que no lo haría.

—Titubeaste y decidiste callar —prosigo—. Linda forma de comenzar una relación, ¿no crees? —ladeo la cabeza y lo miro con cierto cinismo.

—¿Qué me estás queriendo decir con eso, Ally?

—Que te quiero, tú me quieres. Somos novios desde hace muy poco y amigos desde hace muchísimos años, ¿por qué no confiamos lo suficiente en el otro como para contarnos lo que ocultamos?



#20326 en Novela romántica
#3549 en Chick lit
#1253 en Paranormal

En el texto hay: juvenil, romance, paranormal

Editado: 24.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.