"Atormentado"
Louis
Faltando media hora para la media noche, todos los presentes nos hemos reunido alrededor del pastel.
La noche se ha tornado mucho más fría luego que Ally se descompusiera levemente. La fogata ya no sustenta el calor suficiente, hay que estar muy cerca y alrededor para mantener el calor, por lo que nos hemos visto obligados a apagarla y entrar.
Hace años, me había imaginado pasar mi decimoctavo cumpleaños en una fiesta a lo grande, con por lo menos medio instituto en ella, bebidas alcohólicas y todo eso... la típica fiesta de un recién mayor de edad que ya puede beber legalmente.
En vez de eso, he elegido algo más privado, entre familiares y amigos. Quería que Ally se sintiera cómoda asistiendo, y no obligada, como se habría sentido si hubiera escogido la fiesta a lo grande. Ahora mi novia es ella, no Kate, y también debía disfrutar.
Ha cambiado un poco últimamente, la noto un poco más segura de sí misma desde que me comentó lo del proceso de renovación.
Claro que, ¿quién se sentiría seguro de sí mismo, teniendo a alguien que te mortifique la vida con insultos y comentarios destructivos?
La perspectiva que tenía de Kate se ha visto afectada desde la confesión de Ally, y me pregunté un millón de veces, como mínimo, cómo no me di cuenta.
Rememoré muchos de los momentos en que los tres estuvimos en el mismo espacio, la actitud de Kate en esos días o cuando solo estábamos los dos solos... Todo lucía tan normal.
Lamentablemente, no he tenido ni la mitad del valor que Ally tuvo para decirle lo que yo le escondo.
Ally me rodea con sus brazos por la cintura y besa mi mejilla, dejando su vista fija en mis ojos y una pequeña sonrisa en su boca.
Rodeo su cintura con un brazo, acercándola más a mí para rozar nuestros labios. Ella frunce los suyos, convirtiendo el roce en un suave beso. Noto un flash apuntar hacia nosotros y hago una nota mental: pedirle la foto a quién sea que la haya tomado.
Ally muerde mi labio con delicadeza antes de comenzar a alejarse, cuando abro los ojos ella me estaba mirando provocativamente.
Soplo las velas al culminar la canción. No hace falta pedir un deseo, lo que quiero justo ahora está conmigo; mi familia, mi mejor amiga —que ahora es mi novia—, su familia y nuevos amigos, todos juntos.
La chica entre mis brazos es la primera en abrazarme y pronto quedamos en medio de todos nuestros amigos y familiares, que se han aglomerado a nuestro alrededor, formando un gran abrazo grupal.
—Te quiero mucho, bonita —la beso castamente.
—También te quiero mucho —me devuelve el beso.
"No lo vale."
La felicidad había durado demasiado.
Aprieto la cintura de Ally entre mis manos, buscando más contacto entre nosotros y abrazándola fuertemente para alejar esa voz.
Me he mantenido estable frente a ella todos estos días, pero la verdad es que cada vez estoy más confundido.
Allison.
Kate.
Allison.
Kate.
Durante el día gana Ally. Por las noches domina Kate. Si sigo así, pronto me volveré loco, y si pido ayuda psicológica, lo único que conseguiré será que me internen.
—¿Estás bien? —ella me mira con preocupación, rodea mi rostro con sus manos, acariciando mis mejillas.
—Estoy algo cansado —miento.
Dando una última caricia a mis mejillas, sus brazos envuelven mi cuello y los míos su cintura. Hundo la nariz detrás de su oreja y cierro los ojos, embriagándome con su delicioso aroma.
Allison.
La promesa que le hice a Kate la noche de su muerte estaba a punto de romperla, no es conveniente para nadie que siga así. Además de ser algo como una falta de respeto hacia Ally.
He soñado con Kate constantemente, incluso he querido no dormir para no tener que verla. Pero, tarde o temprano, el cansancio y la falta de sueño puede conmigo.
En ocasiones, me ha parecido sentir su presencia cerca de mi cama. Mi habitación se torna más fría cuando es así, a pesar de tener la calefacción recién apagada.
Solo espero que esta noche sea distinta, ya que Ally y Nathan dormirán en la misma habitación que yo.
Ally es mi fuerte en estos momentos, ella es mi ayuda para no volverme loco y aguantar una noche más, esperando despertar con la cordura intacta.
—Te necesito —las palabras salen de mi boca inconscientemente, pero es lo que realmente siento.
La necesito. Necesito su presencia, su compañía, su apoyo, comprensión. La necesito a ella.
Alejándose un poco de mí, me mira con el entrecejo fruncido y noto la extrañeza en sus ojos. Le devuelvo la mirada, suplicándole que me comprenda.
—Aquí me tienes —murmura.
—Tengo algo que contarte —le hablo, usando el mismo tono que ella—. Pero quiero que estemos a solas.