"Disputa"
Luego de clases, y casi al anochecer, nos hemos reunido todos en casa de los mellizos, a excepción de Jedd y Glenn. Nathan no se ha mostrado muy a gusto con la nueva relación de su amigo, se siente desplazado y plato de segunda mesa, pues el moreno solo le presta atención cuando Glenn no está disponible. Aunque en el fondo está muy feliz por ellos.
Noah es el centro de atención, sobre todo de Anne, Madison y Nathan, que son los que están más cerca.
Allison sale de la cocina, acompañada de Daphne, trayendo cada una bandeja con bebidas y golosinas para nosotros, y otras más suaves para Noah.
Reparten cada vaso, dejándome de último.
Ally se sienta despreocupadamente en mi regazo, dándome mi vaso mientras bebe del suyo. Se acomoda, quedando con las piernas a un lado, me pasa un brazo por los hombros y juega con mi pelo.
Noah salta en las piernas de su tío como si éste fuera un trampolín, haciendo que él haga varias muecas de dolor. Suelta un gruñido por lo bajo y se lo dé a Maddie, le ha dado en las rodillas.
—Él sería un excelente exprimidor de uvas con esos pies —se queja, sobándose la zona afectada.
—¡Tío! —exclama el niño, estirando los brazos en su dirección y queriendo ir hacia él, pero Madison se lo impide.
—Quédate con ella —le dice de mala gana, aún resentido.
—No le hables así —le reclaman Ally, Daphne, Anne y Maddie al unísono. Él las mira, haciéndose la víctima.
La pelinegra lo acurruca entre sus brazos cuando Noah se encoge en el regazo de ella, como escondiéndose, y poniendo una expresión de querer llorar.
—No le hagas caso a ese amargado —acaricia el rostro de Noah, quitando con suavidad las lágrimas que comenzaban a salir de sus ojitos azules.
—No tenías que hablarle de esa forma —continúa Ally—. Aún no es muy consciente de lo que hace.
—Fue sin querer —se excusa—. Fue un golpe fuerte.
Reposa la cabeza en el hombro de su novia para mirar a Noah y pellizcarle las mejillas.
—¡No! —el niño le da un manotazo y lo mira mal para que se aleje.
—Discúlpame, enano —le revuelve el cabello.
—Maie me quiere —se pone de pie en las piernas de ella y se abalanza para abrazarla—. Tú no.
—Se llama Maddie, no Maie —le corrige, teniendo como respuesta la lengua de Noah.
—Ellos discuten cada vez más —me dice Ally—. Nathan parece el niño y Noah el maduro.
Sus dedos acarician mi nuca y tiran de mi cabello para que eche la cabeza hacia atrás, tomándome por sorpresa cuando su boca busca la mía y nos fundimos en un suave beso. Su otra mano se dirige a mi cuello para profundizar y las mías a su cintura, no precisamente para acariciar.
Le hago cosquillas en el abdomen, haciendo que contraiga las piernas y se separe para reír, llamando la atención de los demás. Dirijo una mano a su cuello y continúo con lo mío allí, sube el hombro con la intención de aplastar mi mano y detenerme, pero sigo moviendo los dedos.
—¡Louis! —exclama, dándome en el hombro.
—Ni que estuviera torturándote —me excuso.
Noah es más consciente que los demás del regocijo de Ally y siente curiosidad como todo niño, se baja del regazo de Maddie, usando las piernas de ella como tobogán, y llega hasta nosotros con pasos casi perfectos. Reposa las manos en mi rodilla donde no está Ally para ayudarse a mantener el equilibrio, y le sostengo las piernas a ella para que no golpee al niño mientras se remueve y ríe.
—Quiero —murmura Noah.
Me detengo para que Ally respire, su tórax se mueve rápidamente y me mira mal.
—Más necio imposible —se dirige a mí, palmeándome el hombro con golpes indefensos.
Le suelto las piernas y se inclina para cargar a Noah y ponerlo sobre sus piernas, paso un brazo por su espalda para que no caiga hacia atrás mientas acomoda al niño.
—¿Quieres hacerme cosquillas? —le pregunta a su sobrino.
—Sí —asiente lentamente.
—Hazlo —Ally echa los brazos hacia atrás, exponiendo su punto débil de las cosquillas.
Noah pone sus manos en la barriga de su tía, moviéndolos lenta y torpemente. El abdomen de Ally se contrae involuntariamente con algunos toques en su zona más débil y le sonríe al niño, quien tiene el ceño fruncido y se concentra sólo en lo que está haciendo.
Amo ver esa expresión en el rostro de ella, una amorosa y llena de orgullo del bueno. A veces quisiera que más personas conozcan esa parte de su personalidad que casi nadie ve, que se den cuenta de lo que realmente vale. Pero, si fuese así, quizás Allison no sería la misma que conozco, quizás todo fuese muy diferente, y no estoy seguro de si esa otra realidad sería tan agradable como esta.
—Te amo, Ally —lo pienso, y un segundo después me doy cuenta que lo he dicho en voz susurrante.
La sonrisa en su rostro se amplía, dándome a entender que me escuchó y me mira. Afortunadamente, solo ella lo ha hecho, de no ser así, Nathan no habría perdido ni un segundo de su tiempo para devolverme todos los comentarios bromitas que alguna vez le dije cuando él y Maddie iban comenzando. Pero ellos han entablado una conversación lo suficientemente animada como para que hayan dejado de prestarnos atención.