Enamorado de un fantasma

Capítulo 51

"Alivio"

Mi mirada enfoca solo a Ally, sin embargo, veo en segundo plano cómo Madison se acerca a mí con paso apresurado, y sostiene mis manos entre las suyas en un intento de captar mi atención.

—Louis —escucho su voz muy lejana—. ¿Estás bien?

—E-ella… —logro balbucear.

—Ya todo terminó. Ally está viva —no puedo dejar de mirar a otra parte que no sea Ally sobre su hermano. Parece dormida, pero en realidad no sé en qué estado está.

Nathan se coloca de pie y la carga en sus brazos. Se la lleva. La aleja de mí.

—Ally…

—Vamos —Madison tira de mi brazo—. Hay que llevarlos a ambos al hospital.

No me muevo de mi lugar. Aún no puedo, algo me lo impide. La mano de Maddie toca la mía más a fondo, e inmediatamente siento un ardor que me hace reaccionar y alejar mi mano de la suya. Ambos miramos allí, dándonos cuenta que tengo la piel enrojecida en ambas palmas.

—Ally… s-su… su brazo… —la miro, alarmado.

—Vamos —vuelve a tirar de mí—. Nathan la subió al auto para llevarla al hospital. Tienes que venir con nosotros… Ally te necesita también.

Prácticamente a rastras, ella logra hacerme avanzar, bajando poco a poco cada escalón hasta llegar a planta baja. Maddie se acomoda en el asiento de atrás, colocando la cabeza de Ally en su regazo, mientras que Nathan me dirige al asiento del copiloto.

Durante el camino, la pareja se dicen cosas entre sí, pero lo cierto es que no les presto atención; mi mente no deja de reproducir continuamente los últimos minutos en la casa de los mellizos, específicamente su expresión aterrorizada mientras comenzaba a caer. Quiero girarme y ver cómo esta, pero ni siquiera soy capaz de hablar.

Al llegar al hospital, Ally inmediatamente es atendida, por lo que los tres nos disponemos a sentarnos a esperar. Mis manos reclaman al momento de apoyarlas en el reposabrazos, me dejo caer en la silla y observo mis palmas.

—¿Qué pasó ahí arriba? —pregunta Nathan a mi lado y, mirando hacia él, me doy cuenta que está viendo lo mismo que yo hace un segundo.

—Creo que ya Ally y tú podrán tener una vida normal… —comenta Maddie dirigiéndose a mí—. Ella lo logró. Ambas lo lograron.

Mi cuerpo se relaja apenas asimilo esas palabras… por fin no más alucinaciones, por fin dejaré de sentir que poco a poco iba perdiendo la cabeza al no saber qué es real y qué no. Siento cómo, poco a poco, la felicidad me va invadiendo al darme cuenta que podré tener una relación normal con Ally.

—¿Te arde mucho? —pregunta Maddie viendo mis manos.

Niego con la cabeza.

—Es un ardor soportable —apenas logro empujar las palabras.

***

Esta vez, no tuvimos que esperar tanto tiempo en la sala de espera. Las consecuencias de la caída solo fueron numerosos golpes superficiales en su cuerpo, que pronto se notarían en su piel… en resumen: fue más susto que cualquier otra cosa.

Sus costillas increíblemente están bien, de alguna, forma no resultaron afectadas por la caída, lo cual es un gran alivio para todos. Sin embargo, deberá pasar la noche hospitalizada y en observación, solo por prevención.

Nos dejan verla de una vez, por lo que no perdemos tiempo en dirigirnos hacia su habitación.

—¿Cómo te sientes? —le pregunta Avery apenas se acerca a la camilla.

—Como si me hubiesen usado como un saco de boxeo… —murmura mientras se intenta acomodar, arrugando el rostro cuando hace esfuerzo en mover las piernas.

—No te muevas tanto —le reprocha su hermano, acercándose a ella para ayudarla.

—Estoy incómoda, tonto —se relaja, dejando que Nathan la acomode—. ¿Tú cómo estás?

—Como si una vaca me hubiese caído encima —bromea, ganándose una mirada fulminante de su hermana—. Mentira, boba… —besa su frente—. Estoy un poco golpeado, pero nada que no se cure sin ayuda médica.

—Ay, mis niños —Avery los abraza a ambos, dándole un beso a cada uno—. Ustedes dos nunca dejarán de darnos sustos de infarto, ¿no? —los reprocha con la mirada.

—Regáñala a ella —señala Nathan—. Yo solo hice el papel de héroe… —mira a su hermana con fingida indignación—. Casi dejo la cabeza en el escalón intentando atraparte.

Ally lo mira con suma admiración, soltando a su madre para extender los brazos en dirección a Nathan… no sin antes hacer otra mueca de dolor. Él no duda en acercarse a ella para recibir el abrazo.

—Gracias.

—Lo haría mil veces más sin dudarlo, pulga —besa su cabello—. Te amo.

—También te amo, pulgoso —le da un pellizco en la espalda, a lo que él se queja y se aleja de ella.

Como estamos prácticamente todos dentro de la habitación, no tengo oportunidad de hablar a solas con Ally.

Aún no he salido de mi impresión. Me alegra, y me cuesta, creer que ella esté allí, frente a mí, siendo la Allison de siempre, cuando hace unas pocas horas creí que su vida se había ido de mis manos cuando cayó por las escaleras.



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En el texto hay: juvenil, romance, paranormal

Editado: 24.08.2024

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