Enamorado de una Ladrona

Capitulo XVII

{Elaia}

Despierto con dificultad ya que el sol está dándome justamente a los ojos, siento como el oleaje del mar choca sobre mi cuerpo, siento como mi cabeza va a explotar, me levanto con un poco de dolor en mis piernas y brazos, siento arena en toda mi ropa, decido caminar un poco por la zona, hasta que me topo con una mujer de mediana edad, ella me ve preocupada

- Hola señorita me puede decir que hace por aquí? – pregunta amablemente, en eso veo como dos niños salen de la casa jugueteando, al parecer sus nietos

- Solo me perdí – respondo seriamente, ella asiente no muy convencida, cuando estoy a punto de irme del lugar la señora me agarra el brazo, haciendo que la mire a los ojos

- Si quiere puede entrar para poder acicalarse un poco, así podremos atender sus heridas y no aceptare un no por respuesta – lo propone me deja sorprendida, me toma de la mano y me lleva adentro de la casa – Espere aquí le traeré algunas prendas para que pueda cambiarse – dice amablemente, yo solo asiento mientras ella desaparece por unas cortinas, comienzo a observar su casa, es muy playera, a la vez cálida, veo que los niños salen de su habitación, el más pequeño me ve con sorpresa, solo lo ignoro hasta esperar el regreso de la señora, veo unas cartas encima de una mesa, me acerco para ver la dirección de esta, al parecer estoy en Miami Florida, no sé cómo puedo viajar de un estado a otro en una sola noche, lo más seguro Adrián debe estar preocupado pero es mejor así, me alejare de el un tiempo, no quiero lastimarlo

- Aquí tengo unas cosas que puede servirle señorita – dice la señora, entregándome unos shorts azul, una blusa holgada de color gris con una franela blanca y una toalla – el baño esta al fondo del pasillo a la derecha – dice sonriente, yo solo asiento seria, me dirijo al baño, lo cual no es muy grande pero vale la pena, me desvisto mientras entro a la ducha, dejo que el agua corra desde mis cabellos relajándome, cierro un momento mis ojos y veo la mirada asustada de Adrián, los abro ya que no quiero pensar en eso, cierro la llave, tomo la toalla mientras me seco el cabello, en eso escucho que tocan la puerta, abro un poco viendo a la señora – perdón por interrumpirla pero tengo un secador de pelo por si quiere usarlo – dice mientras me lo paso, asiento tímidamente, conecto el secador a un tomacorriente, cuando termino de secar mi cabello, me coloco el sostén y las bragas, me coloco las prendas que me presto la señora, me pongo los mismos zapatos, me veo en el espejo, lo que veo me sorprende un poco, mi piel esta pálida, mis mejillas ya no tienen ese tono rosado, mis ojos ya no tienen vida, intento seguir adelante pero no puedo, las lágrimas salen parece que es lo único que se hacer, seco mi cara para que la señora no pregunte, cuando salgo del baño veo a la señora en la cocina me acerco para agradecerle

- Emm… señora? – hago una pausa ya que ella nunca me dijo su nombre

- Sarah es mi nombre querida – responde amablemente mientras tomaba un plato

- Bueno… Sarah…- trago grueso ya que me siento nerviosa pero decidí hacer esto – le agradezco por ayudarme y acogerme en su hogar – digo sonriendo, Sarah toma mi mano con sus dos manos haciéndome sentir incomoda

- Se nota que estas pasando por momentos difíciles - dice mirándome a los ojos – lo que sea que estas pasando debes tener cerca a las personas que amas, no es una solución alejarte de ellos

Lo que dice me deja pensativa, me brinda un plato de comida, comemos tranquilamente hasta que percibo un olor conocido, tocan la puerta de la Sra. Sarah, ella se levanta de la mesa para abrir la puerta, yo me concentro en comer ya que llevo un día entero sin comer

- Sra. Galassco su esposo está en la puerta – casi me ahogo con la comida al escuchar eso, me levanto para encontrarme con Adrián y su sonrisa, porque este hombre tiene que ser tan sexy, lleva una camisa blanca con los dos primeros botones desabotonados, dándole un aire atractivo con unas gafas negras, unas bermudas negras con unos tenis negros y un sombrero casual de color marrón claro

- Hola Cariño – dice dándome un casto beso en los labios – Gracias por atenderla

- Es un gusto Sr. Galassco – Sarah se despide de mi dándome un beso en la mejilla, Adrián alza su mano derecha para que la tome, entrelazamos nuestros dedos mientras caminamos en la arena, cualquiera que nos viera parecemos una pareja de enamorados

- ¿Cómo me encontraste? -  pregunto, ya que nunca pensé que me encontraría aquí

- Simple use un hechizo de búsqueda, con una hebra de tu cabello dándome tu ubicación exacta – dice mientras besa mis nudillos – Además Scott me obligo a usarlo así que no tuve opción

-Oye lo de anoche…- hago una pausa, unas lágrimas salen – No fue mi intención hacerles eso solo quería estar sola… oye de verdad…- no termino ya que el posa su labios con los míos, haciéndome callar, pone sus manos en mi cintura mientras yo poso mis manos en su cuello, es un beso sediento pero lleno de amor, nos separamos por la falta de aire pero el me mira con intensidad

- Acepto tus disculpas – dice juntando nuestras frentes, mientras me rozaba nuestras narices provocando que me ría por esa acción tan tierna, entrelazamos nuestras manos para continuar caminando, surgieron varios temas en donde pude conocer mejor a Adrián, es un empresario que tiene su propia cadena de hoteles tras la muerte de su padre hereda los casinos que este dirigía, es bastante carismático y a la vez tierno, cuando llega el anochecer, nos sentamos en la arena, nos reímos y besamos varias veces

-  Oye eres demasiado cosquilluda lo sabes? – dice haciéndome cosquillas en la barriga

- Déjame ya! – logre decir entre risas, pero el solo se sube encima de mi para llenar mi cara de besos luego besa mi labios, dándome un beso lento y a la vez tierno




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