Camille.
Entramos al aula, un poco tarde porque Livi necesitaba pasar por el baño, y quiso que la acompañara.
-Buenos días señorita Livi Brian y señorita Camille Daller. Un poco tarde, ¿no les parece?- Nos sermonea el profesor Omar.
-Disculpe señor Gonson. Tuve una emergencia femenina y mi amiga Camille me acompañó al baño. Yo sé lo pedí ella no tiene la culpa.- Se excusa Livi, tratando que no me sermonee el maestro.
-Está bien, pero la próxima vez avisen que llegan unos minutos más tarde y se ahorran sermones.- Ese comentario hace que algunos alumnos se rían.
-No volverá a ocurrir se lo aseguro- declara mi amiga.
🌸🏵️🌸
Nos sentamos en nuestros respectivos asientos, los cuales lamentablemente no están juntos. Los profesores son quienes asignan los lugares, y a mi me han puesto a mitad de la clase, mientras que a Livi al frente.
Claramente no me soportan.
Comienza la lección, por lo que saco mi libro de biología.
-Abran el libro por la página catorce y lean todo lo que dice hasta la página treinta. Tomen apuntes y hagan un resumen del tema. Con eso, deberán trabajar durante toda la primer semana. Mañana les comentaré de que trata el nuevo trabajo, ahora no pierdan más el tiempo que les quedan una hora y media.- Anuncia Omar.
Primer día de clases y ya nos están matando de deberes. Agradezco que soy bastante inteligente y tal vez logre hacerlo en esta hora y media.
Comienzo mi lectura, pero en un momento me distraigo y noto que agregaron un banco, pero no hay nadie que lo ocupe.
¿Tendremos una nueva compañera? Tal vez me caiga bien y podamos ser amigas, aunque no creo que alguien quiera ser mi amiga. Ni que hablar si se trata de un chico, quien será nuestro nuevo compañero. Los chicos no hacen otra cosa que maltratarme o ignorarme.
Decido seguir con la actividad, y despejo mi cabeza de esos tontos pensamientos.
🌸🏵️🌸
Suena el timbre para ir al recreo, junto mis cosas y las ordeno dentro de la mochila. Busco a Livi con la mirada, encontrándola agachada recogiendo un cuaderno que se ve que se le ha caído a alguien. Lo toma y se lo entrega a Mob. Detesto a esa chica. Literalmente se pasa el tiempo haciéndome la vida imposible.
Desde que tengo memoria, me estuvo humillando de todos los modos posibles. Recuerdo que un día Lara Jhonson, una vieja compañera de clase, festejó su cumpleaños de los nueve años en un parque acuático. Todos estaban invitados menos yo. Y obviamente, Mob, aprovechó la situación para echármelo en cara, pero para hacerlo más cruel, lo hizo frente a toda la clase. Todos se burlaron de mí por más de dos meses.
Ni que hablar del día en que me pegó en el cabello todos los chicles que se había comido durante el día. Me lo tuve que cortar demasiado corto, y para colmo, sola, porque no podía pagar una peluquera, (y ese fue otro motivo de burla), por lo que me quedaron todos los mechones desparejos.
En fin, siempre hizo lo posible por humillarme.
Saco esos recuerdos de mi mente para no enfadarme más de lo que ya estoy.
Mob agradece a Livi por levantar su cuaderno del suelo, se despide de ella y el profesor y sale del aula dándome una mirada de desprecio. Tomo mi mochila y el celular y me acerco a Livi con intención de llevármela para recordarle quién es mi enemiga.
-Liv, sabes que Mob y yo nos odiamos, ¿por qué eres siempre tan gentil con ella y con todos?- Le reprendo mientras nos dirigimos al patio para comer una manzana y tomar un jugo antes de la siguiente clase.
-Perdóname Cami. No es nada personal, sabes que te quiero, pero también sabes que no le guardo rencor a nadie, porque no me gustaría tener enemigos. Soy una persona pacífica.- Me recuerda.
-Tú y tu paz. Es imposible enojarme contigo.- Le doy palmaditas sobre la cabeza, como suelo hacerlo cuando ya no estoy enfadada con ella.
-Ven, ¿quieres que nos sentemos bajo el árbol?- pregunta ni bien nos adentramos al jardín del Instituto.
-Está bien- acepto y nos acercamos al árbol con el objetivo de sentarnos a la sombra de éste.
De repente me llega el recuerdo del banco vacío que se situaba en nuestra aula. Se me ocurre que le puedo preguntar a Livi si tendremos una nueva compañera o compañero.
Pero...
-¡Oh, Dios! Fíjate por donde andas niña, acabas de arruinar mi remera de Gucci.- exclama la amiga de Mob, Elda.
Resulta, que por caminar sumida en mis pensamientos, me tropecé con una piedra y le tiré mi jugo, el cual estaba abierto, a Elda. La manzana salió rodando quien sabe donde.
-Lo siento, no te vi, me tropecé y...- No pude terminar de hablar porque Elda me pegó una fuerte cachetada.
Muchos de los que estaban alrededor nuestro, observando la escena, se sorprendieron, mientras que otros se reían.
Volteo mi rostro en dirección a Livi, que me está mirando preocupada, a la espera de que le diga algo como: estoy bien.
Pero, ese momento nunca llega porque ahora la que recibe una cachetada es Elda.
Sí. Acabo de abofetearla. No soporto más tanta humillación. Sólo quiero que quienes me hicieron daño, sientan lo que ellos me hacen sentir. Por lo menos por unos instantes.
Ahora todos se sorprenden por mi acción y quien mira preocupada a Elda es Mob.
-Ya verás niña pobre lo que...- otra vez la interrumpo proporcionándole otra cachetada, está vez en la mejilla sana.
-Oh Dios, chicas, ya paren, no se peleen- Ninguna de nosotras le hace caso a las palabras de Liv, sino que nos lanzamos a golpearnos.
La primera en recibir un golpe fui yo, ya que Elda me pilló desprevenida y me atizó una cachetada. Se la devuelvo y entonces me lanzo encima de ella, sujetándola por el cabello, y tirando. Grita y me patalea con su pie derecho, pero no la suelto.
-Escúchame bien. No vuelvas a humillarme, ni una vez más en tu vida, porque juro que te las devolveré todas y estoy segura que no te va a gustar.- Se forma un silencio de tumba.