Enamorado de una rara.

Capítulo 10.

Camille.

Estoy sentada en el mismo sillón de ayer, desde hace veinte minutos en casa de Michael y su mamá. En todo este tiempo no hemos hecho otra cosa que no sea hojear diarios para buscar empleo para su madre, y ya que estoy también busco para mí. Todavía no le he dicho a nadie que quiero trabajar, porque si le digo a mi madre, ella se negará, y si le digo a Liv y mis nuevos amigos, seguro que van a querer ayudarme, pero quiero hacer ésto sola, y con calma. No quiero trabajar de lo que sea con tal que me paguen mucho, porque aunque ésto lo hago por ahorrar dinero, tampoco quiero hacer algo que no me agrade. En estos veinte minutos ninguno de los tres tuvo éxito en su búsqueda. Encontramos propuestas de teatro, pero Sarah dijo que no sabe nada de ser actriz; había un puesto de remisería de medio tiempo, pero no confía mucho en llevar sola a desconocidos a lugares, más aún cuando no conoce la ciudad. También había un puesto de ayudante en una tienda de artículos para mascotas, que fue el que más le interesó, pero cuando llamamos, dijeron que hace unas horas había llamado otra persona y se lo habían dado a ella, pero que la tendriyen cuenta de ser necesario.

Ya van dos diarios que tiro a la basura, y ahora estoy por ojear el tercero.

-Es una pena, el trabajo en la tienda de mascotas era el más interesante de los tres, aunque no tenga nada que ver con lo que yo estoy acostumbrada a hacer. ¿Verdad chicos?- Inquiere apenada la mamá de mi amigo.

-No te preocupes, ya encontraremos algo.- La tranquiliza Mich.

-Y uno mejor y más adaptado a lo que estás acostumbrada a hacer, créeme.- La señora Sarah me sonríe.

Sigo observando las grandes páginas del diario que tengo entre mis manos y de pronto encuentro algo interesante:

"Peluquería Capelli Da Principessa busca empleadas de medio tiempo con experiencia en tratado del cabello. Para consultas llamar al 02392358972. Gracias."

¡Eso es algo bastante bueno! Le muestro a Sarah y si ella no quiere, más tarde llamo yo.

-Sarah mira. Es en una buena peluquería ¿Qué tal?- Le digo mostrándole el anuncio.

La señora parece pensarlo un poco pero luego con una pequeña sonrisa dice.

-Gracias Camille, pero no creo que la peluquería sea lo mío. Cuido bien de mi cabello pero me da miedo tratar con el de otra persona. ¡¿Se imaginan si les quemo el cabello?!- Estalla en risas y luego Michael y yo la miramos sonrientes, y nos contagiamos la risa.

Decido arrancar disimuladamente el trozo de diario en el que se encuentra la propuesta de trabajo de peluquera. Quisiera llamar y averiguar más al respecto, pero tengo que practicar muchísimo para postularme. Ya es mucho si me puedo hacer una coleta, y si Sarah no quiso aceptar, que ella sabe decididamente mucho más que yo sobre tratado del cabello, sólo me tengo que imaginar cómo sería yo trabajando de peluquera. ¡Wow! Las personas saldrían con los pelos parados, de colores feos, quemados y despeinados.

Claramente tengo que pensarlo mejor antes de contactarme, pero por las dudas comenzaré a practicar en mi cabello. Total, quería comenzar a arreglarlo un poco más, aunque no creo que practicando hacer trenzas comunes, colas con el elástico tapado con un mechón de cabello, o la media cola, me alcanze para ser aceptada. Creo que tal vez debo decirle a Liv, ella sabe de peinados y puede que me enseñe algunas cosas. Más tarde cuando nos veamos le diré.

Guardo el papelito en mi mochila y sigo leyendo los diarios para buscar algo interesante para la mamá de Michael. Ésto es más complicado de lo que creí.

 

🌸🌺🌸

 

Ya ha pasado una hora y debo irme a casa, al final no hallamos nada en los diarios, así que la próxima vez iremos a recorrer las calles y preguntaremos en algunos locales si necesitan empleados. He decidido que le diré a Livi del puesto de peluquera, así me ayuda a que me salgan peinados, y de paso si no es para mí, puede que ella lo acepte,ya que le encanta peinar. Aunque no me ha hablado nunca de querer trabajar por ahora.

Saludo a la mamá de mi amigo y con él a mi lado me dirijo hacia la salida, tomo mi mochila, que la estaba cargando él y mientras la pongo en mi espalda, oímos un auto estacionarse frente a la casa, seguido de pasos acercándose y el sonido del timbre retumbar por el lugar.

Michael me sonríe y abre la puerta contento. No puedo ver quién es porque estoy detrás de él, así que me asomo disimuladamente para saber quién es.

-Hola Michael, ¿Cómo estás?- Saluda alegremente un chico alto, fornido, de ojos mieles y cabello rubio.

Al tiempo que Michael le contesta deja entrar al rubio.

-Ethan, ella es mí amiga Camille.- Me presenta con una sonrisa.

-Hola Camille, es un gusto.-

-El gusto es mío.-

Ethan queda viéndome unos segundos con una gran sonrisa en el rostro. Me intimida un poco pero por no ser maleducada me correspondo. Además debo ser más sociable, no todos son unas bolsas de basura como la mayoría de mis compañeros.

Miro la hora en el reloj que está colgado en una pared a mi costado y veo que son las cuatro y diez por lo que debo volver a mí casa, ya que hace diez minutos debía estar allí. Encima tengo que ir caminando, y no son pocas las cuadras que debo hacer.

-Chicos, me gustaría quedarme a charlar con ustedes, pero voy tarde a mi casa, mamá me espera.- Me disculpo lista para irme.

-Ohh, no te preocupes. Te llevo en el auto de mamá.- Propone mi amigo.

-No quiero molestarte.-

-No es molestia. Espérame que le aviso a mamá. Ah y Ethan, ¿Quieres acompañarnos?-




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