Capítulo 1

Leía un libro recostado en la cama para no estar aburrido, los libros nunca han sido mucho de mi agrado, aún así desde siempre los eh leído para tener conocimiento y no ser tan ignorante ya que en mi manada siempre buscaban cualquier pretexto para burlarse de mi y menospreciarme, les encantaba buscarme algún defecto. 

Veo como la puerta es abierta y un soldado de mi padre hace presencia —El líder quiere que vaya a su despacho— informa sin mirarme siquiera. 

Viéndolo con fastidio dejo caer el libro a un lado y me levanto, al pasar por su lado digo lo siguiente: 

—Para la próxima toca antes de entrar, atrevido— mencioné sin detenerme.

El guardia me siguió mientras caminaba a mí lado con la frente en alto creyéndose la gran cosa, ese tipo de actitudes me molestaban demasiado. 

Me acerque a una gran puerta y soltando un suspiro de cansancio di tres toques esperando una respuesta. 

—Pase— se escuchó desde el interior, abrí y entré cerrándole la puerta en la cara a ese alfa arrogante.  

—¿Qué quieres?— pregunté sentándome enfrente suyo.

—Veo que nunca dejaras de ser un mocoso irrespetuoso, ya sabía yo desde el inicio que serías un bueno para nada— habló soltando un bufido mientras me analizaba con esa mirada dura que solo solía dedicarme a mi. 

—No debió permitir que naciera— le dije apoyando mi brazo en su mesa. 

—No sabía que serías omega— rebatió. 

—Me hubieras vendido entonces, que se yo— rodé los ojos con fastidio y Levi se quedó en silencio unos segundos. 

—Fíjate que no es mala idea— sonrió de lado —Pero ese tema podemos hablarlo después, ahora hay algo más importante. Te casarás con el heredero del Este— declaró con una sonrisa en su rostro. 

Al escuchar la noticia abrí mis ojos con sorpresa, ¿Casarme yo? Debía de estar de broma. 

—No puede ser— balbucee. 

—Claro que puede ser, te vas a casar y por medio de eso construiremos una alianza para hacer más fuerte a nuestra manada— comenzó a hablar sin parar mientras que yo aún no salía de mi asombro —Hijo mío, resultaste no ser tan inútil como todos creen, gracias a ti nuestro pueblo será más próspero— comentó entrelazando sus dedos.

—No quiero casarme con ese cretino— impuse viéndolo con molestia —Así que lamento arruinar tus planes papá pero no hay boda— sentencié recostándome en el respaldo de la silla.  

—Ay Liam. ¿Quién te preguntó si querías o no?— negó con la cabeza sin borrar esa sonrisa en su rostro —Tu casamiento es un hecho, en unos días llegará tu prometido así que espero que te comportes por primera vez en tu vida— enderezó su postura —Sé un buen chico como tú hermano. 

—No soy tu marioneta y nunca lo seré, no soy como mi hermano que sigue todas tus órdenes al pie de la letra, el pobre no tiene alma y tampoco es capaz de tomar decisiones por su cuenta— me burlé —No voy a casarme y punto final, hazle como quieras pero yo no seré parte de esto. 

—Ains— suspiró —Esa lengua viperina tuya— comentó relamiéndose los labios —Liam te vas a casar te guste o no. 

—Levi, no voy a casarme, ¿Quieres prosperidad y fuerza para nuestra manada? Entonces consíguela sin necesidad de un matrimonio, eres fuerte y capaz, no necesitamos un método tan anticuado— pase la mano por mi cabello mirando hacia otro lado que no sea su rostro. 

—Esto es necesario para todos y mis decisiones no se discuten ¿Cuándo lo vas a entender?— preguntó. 

—Cuando tu entiendas que no soy como Shión— contesté. 

—Queda clarísimo que no son iguales, tu hermano es mejor que tú en muchos sentidos, es absurdo compararlos— habló con un tono lleno de burla. 

Blanquee los ojos —¿Eso era todo lo que tenías para decirme? Si es así me voy. 

—Liam, no importa lo que hagas te vas a casar, la noticia ya fue esparcida y ya todo el mundo lo sabe— sentenció. 

—No debiste haber hecho eso, quedarás en ridículo cuando no me case pero bueno….confío en que sabrás cómo salir del problema— sonreí ladino. 

Mi padre frunció el ceño, me levanté y al momento de dar la espalda escuché un fuerte golpe, al girarme veo la mano de mi papá hecha puño sobre su escritorio. 

—No vas hacer lo que se te dé la gana— advirtió —No te atrevas a desobedecer porque te juro que te irá mal— me amenazó soltando sus feromonas. 

Al sentir el olor a hierro oxidado arrugue mi nariz y me la tape con ambas manos. 

—Apestas— me quejé —Levi, no puede irme más mal de lo que ya me ha ido— le dije saliendo del lugar no sin antes azotar la puerta mientras comenzaba a sentirme mareado por el asqueroso olor. 

—¡Liam! ¡Liam!— lo escuché gritar. 

Dispuesto a irme un alfa se puso en mi camino sin tener intensión alguna de dejarme pasar. 

—¿Te quitas o te quito idiota?— amenacé molesto. 

Este me miró con rabia y soltó un gruñido. 

—¿Qué? Muévete estorbo— lo empuje para luego pasar por su lado e irme a mi cuarto. 

A mis espaldas podía sentir la mirada asesina que me era dedicada por ese tipo, estando ya afuera sentía varias miradas y escuchaba los susurros, sabía que estaban hablando de mi, siempre era lo mismo. En mi manada hablar pestes de mi era el mejor chisme, estaba tan acostumbrado a eso que ya ni les prestaba atención. 

Me detuve de forma abrupta al ver a Shión parado en frente de mi. 

—Por la cara que traes asumo que ya lo sabes todo— comentó viéndome con seriedad. 

—¿Lo del matrimonio? Claro que ya lo sé. Deberías ir a ver a mi papá antes de que le dé un paro— dije con burla.

—¿Por qué te empeñas en hacerlo enojar?— preguntó acusadoramente. 

—Siempre soy el malo de la historia y él el santo— hablé con dureza cruzándome de brazos —Anda, ve tras él como siempre y cumple todos sus caprichos, maniquí sonriente— le insulté. 

Shión me fulminó con la mirada —Deja de llamarme así— advirtió. 

—Eso es lo que eres, su maniquí sonriente, un títere que no piensa, no tiene alma ni puede tomar decisiones por su cuenta sin consultárselo a papi— expresé y fue entonces que él dio un paso hacia mi.