Capítulo 2

Estando toda la familia en el comedor se podía sentir un ambiente muy tenso, ninguno decía nada y solo nos quedábamos en silencio mientras esperábamos la cena. 

Divisé como Shión se encontraba con la mirada clavada en el suelo. De verdad que siento mucha lastima por él, es el títere de nuestro padre porque es el mayor y un alfa. Esas dos razones eran suficientes para que su vida fuera miserable. Es que puede que parezca que es un afortunado pero la realidad es otra, yo como omega era una vergüenza, la oveja negra de esta familia, si es que se le puede llamar así. 

A pesar de todo, él vive con mucha presión, debe ser insoportable, mi situación no es tan mala como la suya. 

Desde que Levi se lo llevó hace dos años lejos de la manada para entrenarlo mi hermano dejo de ser el de siempre, cuando regresó era otra persona y eso provocó que ya no fuéramos tan unidos, eso hizo que nos separáramos y tuviéramos muchas diferencias. 

—Mañana llegará tu prometido, ¿No te sientes feliz?— preguntó mi madre sacándome de mis pensamientos haciendo que todos los presentes le pusieran atención. 

—Siendo sincero no. Espero que ocurra algo que impida su llegada— le respondí ganándome una mirada acusadora de mi papá. 

Al comedor llegaron algunos sirvientes con la comida y luego se retiraron. 

—Tan irrespetuoso como siempre— comentó Levi tomando una copa para llevarla a sus labios y luego tomar el tenedor y el cuchillo. 

—Se han preparado los mejores vestuarios para que te veas presentable ante Orión— mencionó la castaña con seriedad —Te agradecería que te comportaras y controlarás ese temperamento tuyo. 

—Tú también con lo mismo— dije con fastidio.

—La razón por la que no vas a muchos eventos sociales es porque nos pones en vergüenza— intervino mi hermano llevando un bocado de comida a su boca. 

—Son todos unos aburridos, yo siempre soy el alma de la fiesta— bromeé con una sonrisa comenzando a comer. 

—No tienes sentido de la responsabilidad Liam. Confío en que cuando te cases puedas sentar cabeza— habló soltando un suspiro la mujer. 

—Ya verás que lo hará, el heredero del Este se encargará de eso, al fin se va a comportar como debe hacerlo un omega— inquirió mi padre apoyando lo dicho por mi madre.

—Creo que no me gusta la forma en la que hablan sobre mi, por cierto papá— este me miró enseguida —¿Qué no te había dicho ya que no iba haber boda?, veo que los años ya están haciéndote efecto. Ya estás viejo— comenté con burla mientras que Shión alzó su cabeza y me dedicó una mirada de advertencia, como dándome a entender que me detuviera. 

Levi golpeó la mesa con tanta fuerza que mi madre y mi hermano se sobresaltaron en sus sitios y que resonarán los cubiertos junto a los platos, por mi parte yo no me inmute. 

—Deja de faltarme el respeto— advirtió —Puedo ser tu padre pero también soy un alfa y el líder de esta manada— apretó su mano haciendo que sus nudillos se tornaran blancos por la presión y fuerza que ejercía. 

—Lo dices como si con eso fueras a asustarme. A diferencia de mi mamá yo no le bajo la cabeza a ningún alfa y tampoco les tengo miedo. 

Tomé la copa y la eleve al aire para luego disgustar del vino. 

—¡Liam!— reprendió Levi. Este viejo era tan fácil de provocar. 

Ni al caso tus comentarios— intervino mi mamá —Por lo menos eh logrado en esta vida mucho más de lo que podrías hacer tú. Desde que naciste haz sido un inútil bueno para nada. Puede que sea una omega que baja la cabeza ante tu padre pero también soy la esposa y pareja del líder de esta manada y fui capaz de darle un buen heredero como Shión— comentó dedicándome una mirada tan fría que congelaría a cualquiera. 

Y esta era mi mamá, una mujer que siempre fue indiferente conmigo, con mi hermano su actitud era otra, era complaciente y sonriente. Pero también es una omega cobarde y asustadiza sin valentía. 

—Pff— me burlé —Pareces orgullosa.

—Porque lo estoy— rebatió ella. 

—¿Te sientes orgullosa de ser la esclava de un alfa prepotente y tirano como Levi? ¿Dices que fuiste capaz de darle un buen heredero?— cuestioné —Por favor, mira a Shión, es un maniquí sonriente, sin nuestro padre es incapaz de hacer algo por su cuenta y tampoco fuiste capaz de dar a luz otro alfa— la miré de reojo sin borrar mi sonrisa.

—¡Liam ya cállate!— vociferó mi padre hecho una furia, se veía más ofendido que ella la cual me miraba como si tuviera ganas de levantarse y darme unas buenas bofetadas. 

Aunque aquello no estaría mal, merecía unas cachetadas de su parte por faltarle el respeto de esa manera pero vamos, aquí en esta casa no existe tal cosa. 

—¿Cómo puedes ser tan grosero y cruel con la mujer que te dio la vida?— preguntó Shión recriminándome. 

—¿Cómo puede una madre despreciar a su hijo y tratarlo con indiferencia solo por su género? Solo por ser omega, ¿Cómo puede una madre odiar a su hijo por lo que es?— apoyé mis codos en la gran mesa y mi cara reposaba sobre las palmas de mis manos. 

Mi hermano guardo silencio frunciendo el ceño, él sabía cuánto me a dolido todo este tiempo la indiferencia y el desprecio de esa mujer hacia mi por el simple hecho de no haber nacido como un alfa. 

—Levi— llamé ganándome una mirada llena de molestia por el recién nombrado —No me puedo casar con el heredero del Este. 

—No digas estupideces, vas a casarte y eso no está en discusión— impuso mientras comía. 

—No, eso no pasará— rebatí firme.

—Voy a demostrarte que sí y si insistes en desafiarme te haré pagar por tu insolencia y por tu falta de respeto, está vez no pienso tolerarte— bramó molesto apretando su mandíbula y soltando esas feromonas a hierro oxidado que siempre me mareaban. 

—Liam, deja de ser tan caprichoso, si lo piensas bien no es tan malo— habló Shión haciendo que la ira se instale en mi cuerpo por haber dicho aquello. 

—¡Tu cállate! ¿No es tan malo? ¡¿No es tan malo?!— repetí con rabia —¡No eres tú el que va a casarse y a parirle hijos a un puto desconocido!— grité deshaciendo mi postura.