Enamorado Del Alfa Kai (libro 1)

Capítulo 24

A la mañana siguiente me encargué de suministrarle los medicamentos a Kai, el médico se apareció para hacerle un chequeo breve y estar al tanto de su condición, pues no queríamos que volviera a ocurrir lo de la vez pasada.

Era algo que debíamos evitar, había que tener en cuenta el hecho de que el alfa es el heredero del Norte, que esté indispuesto de ese modo podría ser tomado como una debilidad, tenía que recuperarse lo antes posible.

Al medio día tuvimos que bajar al comedor para comer con los padres de mi pareja, algunos guardias lo ayudaron a llegar hasta dicho sitio.

En todo momento lo ayudé pero no era suficiente, al final tuve que requerir de la ayuda de esos soldados, al instante en el que nos ubicamos en el comedor me sentí muy incómodo.

Y otra vez fue por la constante mirada de Dekly, su esposa también me observaba a mí y luego a él. Suspiraba y desviaba la vista con tristeza, no era muy notoria pero pude descifrarla.

Me pregunté si el alfa también podía darse cuenta, de algún modo intuí que sí, pero que no le daba importancia, la pareja apenas y hablaban entre sí, no eran como Kai y yo.

De hecho estaba consciente de que no todas las parejas eran iguales, cada una tenía una forma distinta de ser, aún así, sabía a la perfección que ambos evitaban hablar a menos que fuese sobre algo importante.

Ya sea sobre la manada o su hijo.

Era claro que el ambiente estaba tenso, aunque yo estaba acostumbrado a ese tipo de cosas, pues en el Oeste se podía sentir la misma tensión cuando nos uníamos toda la familia.

Agarré la copa con agua y comencé a beber buscando tranquilizarme para que no se dieran cuenta de mi incomodidad.

—¿Puedes dejar de ver tanto a mi omega?— soltó de pronto el pelinegro dejándome consternado, al momento me atoré con el agua que estaba bebiendo.

Comencé a toser por lo repentino que había sido, una vergüenza infinita me carcomió. Es que enserio no podía creer que acabase de decir aquello, parecía ser un hombre muy imprudente o quizás demasiado directo.

Todos me dedicaron una mirada significativa, su madre me vio con pena, su padre con interés y Kai con preocupación.

—¿Estás bien?— iba a extenderme un pañuelo pero Dekly fue más rápido.

Lo acepté para no ser grosero, el pelinegro encarnó una ceja luciendo confundido pero también ofendido. Me sequé la boca viéndolos a todos con vergüenza.

La mujer levantó su copa y bebió un poco de vino, por alguna razón en particular me recordó a mi madre, no se parecían en nada físicamente, de hecho eran tan opuestas.

Aún así había algo en lo que sí eran parecidas. Ambas estaban atrapadas en un matrimonio en el cual eran infelices y miserables. Apenas y conocía a Seiri pero era muy obvio que su situación era tan mala como la de mi mamá.

Con la diferencia de que Dekly no parecía un cabrón como Levi.

¿Entonces a qué se debe su desdicha?

Antes de darme cuenta ya había terminado de limpiarme, el pelinegro inmediatamente me arrebató el pañuelo y se lo lanzó a su padre de una forma poco amable.

Me permití olvidarme de su estado un segundo y le di un codazo en la costilla de forma disimulada para no llamar la atención, Kai apretó los labios e hizo lo posible por no hacer una mueca, sonrió forzadamente.

Me vio enseguida con reproche pero no esperó que le dedicase una mirada llena de advertencia para que se comportara y no me haga pasar más vergüenza ni momentos incómodos.

Solté un suspiro de cansancio, nadie hablaba de nada y cada uno parecía estar en sus propios asuntos, no como mi familia, dónde teníamos conversaciones forzadas, incómodas y filosas dónde destilábamos veneno entre todos.

En poco tiempo llegaron los sirvientes con la comida, se retiraron y todos comenzaron a comer, no sin antes desearle provecho a los demás.

Comencé a cortar la carne con los utensilios buscando no pensar demasiado, me ponía mal y terminaba cometiendo algún error del que después me arrepentiría.

No podía darme el lujo de arruinar algo.

Pensé que así pasaríamos el resto de la tarde, hasta que el padre de Kai decidió pasarme un poco de su comida, su esposa y su hijo abrieron sus ojos a más no poder.

Yo no fui la excepción, Seiri continuó buscando aparentar normalidad a pesar de lo incomoda o molesta que puede llegar a estar, concluí que era una mujer de pocas palabras y muy reservada, también muy seria.

Cosa que su hijo no era, realmente no sabía que era un imprudente, un celoso o un alfa muy directo y problemático.

—Maldita sea— tiró los utensilios sobre la mesa haciendo que estos sonaran debido a la brusquedad con la que lo había hecho, me tensé pensando en lo que podría decir a continuación —. ¿Puedes parar ya?— encaró a su padre.

Tragué grueso, enserio que deseaba desaparecer, quería irme a la habitación y encerrarme allí.

—¿Con respecto a qué?— alzó una ceja Dekly confundido.

—¿Qué te traes contra MI OMEGA?— cuestionó apretando la mandíbula.

Tuve algo en claro y aquello era que debía sacarlo de allí por el bien de ambos, más por el suyo que por el mío.

Dejé también los cubiertos en la mesa pero con cuidado, me limpié la boca y me puse de pie.

—Gracias por la comida, pero nosotros debemos retirarnos— tomé al alfa por el brazo, frunció el ceño y se zafó volviendo a mirar en dirección de su padre, quizás esperando una respuesta y negándose a ir conmigo.

—Responde— exigió.

—No tengo idea de lo que quieres decir, tan solo soy amable, ¿Tanto te molesta eso? Hasta el momento mi comportamiento no ah sido indebido.

—Claro que me molesta, te la pasas viéndolo por horas sin siquiera disimular, hasta mamá se ah dado cuenta. Lo incómodas así que detente ya— repuso el pelinegro.

Pasé mi mano por mi cara con frustración buscando tranquilizarme a mí mismo. Tenía que sacar a ese alfa de allí antes de que siguiera hablando tonterías y antes de que me colmara la paciencia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.