Capitulo 2

6:39 pm

Sentados en el tren dirigiéndonos a mi casa, él está justo a mi lado con una expresión triste, unos ojos vacíos como si estuviera llorando por dentro... Puedo ver que sus labios están rotos, resecos, completamente rojos y un olor a cigarro que proviene de él, el jazz que suena desde los parlantes del tren decorando el ambiente, que me traslada aquella época de los 90'...Tan melancólico.

-¿Estas bien?- Agrego posando mi mano en su cabello negro pero él aparta mi mano.

-Estoy bien- me respondió serio y con voz fría.

-Que palabras tan vacías-le respondí con una sonrisa, (*) me devolvió la sonrisa pero con un toque de hipocresía.

"tan seductor" pensé mientras me mordía los labios.

-¿Cuantos años tienes?- Agrega poniendo su mano en la frente mirándome con superioridad con esos ojos fríos.

-¿Sufres de bipolaridad?- Le respondí cortante.

-¿Por qué lo dices?

-Hace una hora me mirabas con una sonrisa de oreja a oreja y ahora me miras como si fuera una basura. - puse mi mejor sonrisa sarcástica.

Pude ver como su expresión de tristeza se tornaba a furia y su rostro se ponía rojo.

-Ups parece que toque un tema delicado. - No pude evitar burlarme y él sólo se quedó en silencio.

-Tengo 14, ¿Y tú?.

Su rostro se tornó pálido, sus ojos se abrieron como si hubiera visto un  fantasma. Cambia de expresiones tan fácilmente.

-¿Como que tienes 14? ¡Pensé que tenías 16!- Alzó la voz como si me estuviera regañando.

-JAJAJAJAJAJAJA- Me reí de una forma tan escandalosa que los otros pasajeros se sintieron incómodos.

-¿De que te ríes? ¡No es gracioso! ¡Deja de reír!-dijo un poco apenado.

-Obligame- cambié mi expresión y lo mire con deseo.

Se sonrojo de manera tan linda que me hizo querer molestarlo mas.

"cómo será cuando entra en  pánico, como sería verlo llorar, como sería..." mis pensamientos fueron interrumpidos.

-Tengo 19- Sólo soltó un suspiro, y frotó sus ojos.

-¿Cuando cumples los 20?-pregunté

-2 de octubre.

-Oh.... - me asombré ya faltaba poco

Un silencio incómodo se apoderó del ambiente hasta que llegamos a nuestro destino. Al salir de la estación un cielo oscuro y un camino solitario me esperaba para poder llegar a mi casa. Pero el problema aquí es: ¿Por qué él tiene esa expresión?, ¿Por qué luces tan triste y sólo?. Quise darle un abrazo pero sólo me reprimí de hacerlo .

-¿Vives muy lejos desde aquí? -su expresión se volvió indiferente, otra vez...

-Vivo como a una cuadra de aquí.-le expliqué

-Mmm

-Si...

-Te acompaño- Tomó mi mano y camino derecho hacia mi casa.

-Pero espera ya es tarde y...-me interrumpió

-Te dije que te acompañaría ¿No?-Respondió pero está vez su voz salió un poco temblorosa, parecía que algo se rompió dentro de él.

Pude ver como aquel cielo oscuro se iluminaba de estrellas acorde a nuestros pasos. Tomé su mano y le mostré el camino que debíamos seguir. Rompemos el hielo y empezamos hablar de todo: de nuestros gusto, pasatiempos, sueños, metas.

Pudimos conocernos un poco pero sólo lo superficial de una persona, se que detrás de aquella sonrisa falsa hay más de una razón para dejar de sonreír.

-Para llegar a mi casa tengo que subir esas escaleras- le señalé las escaleras eran largas y empinadas- ¿Quieres subir? Prometo mostrarte algo maravilloso.

Él parecía indeciso pero aceptó y al llegar hasta arriba puse mi mejor sonrisa y le mostré aquel paisaje de una ciudad, un cielo iluminado de estrellas y la sensación de un viento refrescante, como si fuéramos dos pájaros que ven el mundo desde las alturas.

Y derrepente empezó a llorar, quedé sorprendida, pero sólo pude darle un abrazo, no me atreví a preguntar que sucedía...

-Vaya forma de conocer una persona- Solté un suspiro.

-Yo... yo lo siento mucho- Me apartó con vergüenza.