"La muerte es dulce; pero su antesala, cruel"
Camilo José Cela
Hoy la muerte cree que le va a tocar algo muy interesante. Revisa por última vez su libreta, para ver quienes son los que vendrán.
Ya llegó, aún no toca la puerta porque está averiguando dónde está. Pobre alma, no se imagina que está a punto de ver a su mejor o peor sueño.
Ya decidido, se para frente a la puerta pero no toca, sigue un poco confuso en su interior.
—¡Oye, no sé quién diablos eres pero te tengo unas preguntas! ¿Qué coño hago aquí y qué es este lugar?—grita sin control, como si fuera el rey del mundo. La muerte se sorprende, nunca la habían tratado así—
Riéndose a carcajadas rudas y con una voz espesa y gélida, sale la muerte a recibirlo, aunque claro, esa sonrisa solo la escucho yo.
—Bienvenido papá—imita una voz creíble y dulce, como si en verdad le tuviera algún afecto a aquel desconocido.
—No puede ser—su ceño se frunce rápidamente, sus manos son apretadas de manera brusca a los lados de su torso y su voz se vuelve fría y distante—Deberías estar muerto.
—Y lo estoy, tanto como tú, papá. O debería decir Mathew Frikman—la parca, imitando al "hijo" de ese señor, se agarró las manos por detrás de la espalda y empezó a dar vueltas al rededor de él sin sentido alguno—Hombre que me torturó, humilló y maltrató. ¿Sabes algo? Ya descubrí quién es mi verdadero padre. ¿No tienes curiosidad de saberlo?
—No—de manera cortante le contestó.
—Aun así te lo diré, fue ese que se hizo pasar por tu mejor amigo, Darian Morfin—sonríe simulando inocencia—Pero al ver que también era un hijo de la gran puta como tú, me suicidé, aunque fue tu culpa.
—Yo no tenía ni que haberte cuidado, solo lo hice por el amor que le tenía a Anna, tú eres un engendro nacido de una traición—escupió con desdén en las hermosas flores que la muerte cultivaba, luego se las iba a cobrar y él lo sabía.
—A pesar de tu aspecto prolijo, fino y seductor, eres un asco de persona—demostrando su verdadera forma ante Mathew escupió dichas palabras—No entiendo lo que esa tal Anna vió en tí.
—¿Qué eres? ¿Eres un monstruo?—preguntó más para si mismo—Si, ¡Eres un maldito monstruo! ¡Sácame de aquí!—exigió como si tuviera algo de poder en este asunto.
—Como desees, pero antes tienes que pasar para poder sacarte—agarró su blog de notas oculto y escribió unas palabras en él para luego volverlo a guardar—Yo tampoco soy fan a tener insectos asquerosos en mi humilde hogar.
—¿Por qué tengo este deseo de seguirte?—la parca se encoge de hombros.
—Siempre me lo dicen, es como un efecto que no ordeno, porque si lo tuviera, no dejaría que seres inmundos como tú lo hicieran. Ahora vamos, ya llegó la hora—se gira, dándole la espalda y muestra en un susurro una risa de manera sigilosa mientras que el susodicho la sigue.
—¿Acaso quieres hacer cosas sucias?—le insinúa haciendo que automáticamente se detenga y lo mire con asco.
—No, yo lo llamo tu hogar a partir de ahora—la comisura de sus labios se alzan de manera escalofriante.
—¿Entonces voy a volver a vivir?—asiente.
—Algo así—ya situado donde quiere agarra la palanca y antes de empujarla menciona unas últimas palabras—Pero es más tú infierno.
—¿Cómo?—se asusta Mathew al ver que la parca se transformó en un verdadero monstruo con cola, cuernos y todo de rojo, pero ya es muy tarde, ya está cayendo hasta su avismo del terror.
—Que tengas buen viaje en tu visita al mayor miedo de todos, con Satán
Vaya vaya, parece que hoy se ha divertido mientras torturaba psicológicamente a este visitante. Cada día me sorprende más y espero que algún día despierte totalmente de su ensimismado sueño.
Creo que nadie debería juzgar a los pecados de la muerte, ya que la muerte es la juzga tus pecados cuando mueres.
"Dentro de los seres humanos existe algo que no tiene nombre y eso es lo que son."
—José Saramago—
Creo que ese es uno de los pocos humanos verdaderamente sabios. Mathew tenía algo dentro, sin nombre, y eso es lo que él verdaderamente era, porque a pesar de su excelente físico, su interior era un caos absoluto.
Editado: 07.05.2021