Enamorando a mi lectora

¡DENME UNA OCUPACIÓN!

-¿Raúl?... ¿Raúl?... ¿Por qué no contestas?

-No te quiero hablar a ti o a la escritora...

-Pensé que estarías contento de que hayamos regresado.

-Ya pasó demasiado tiempo, probablemente mi lectora se ha olvidado de mí y todo por culpa de ustedes...

-No deberías llorar...

-¡No estoy llorando!

-Puedo ver el destello de tus lágrimas...

-¡Que no estoy llorando! Pero estoy triste ¡Claro que estoy triste! ¿Qué esperaban? La mujer que amo se ha olvidado de mí...

-Si ella te ama te aseguro que sigue leyendo esto así que te sugiero que no te presentes tan patético...

-¡Patético tú y la escritora! ¡Me dejaron sin cuerpo por mucho tiempo!

-¿Y por qué me culpas a mí?

-¡Porque siempre estás del lado de ella!

-Te equivocas, es cierto que no me quejo tanto como tú pero tampoco estoy de acuerdo que transcurra tanto tiempo sin escribir, después de todo también me afecta...

-Bueno, pero tú no le importas a nadie. Soy yo quien trato de conquistar a mi amada ¡pero es inútil todo intento, si la historia no continúa!

-Pues está continuando ahora así que deja de llorar y...

-¡Que no estoy llorando! Bien, está bien, ya cállate. Me compondré para que mi amada no me vea así... ejem... ejem... bien, habíamos establecido que tengo los cuatro cuadros en mi abdomen, ¡ah! ¡Mi cara!

-Bien, ¿Cómo deseas que sea tu cara?

-Mmmm... ¿cómo le gustará a mi amada?... ¡Esto es un desastre! ¿Qué color de piel le gustará? ¿Color de ojos? ¿Labios? ¿Debo ser alto? ¿Bajo? ¿Pelirrojo? ¿Rubio? ¿Moreno?

-Ahora eres tú el que está tardando demasiado. Aquí tienes: eres afroamericano con pelo largo liso y rojo fuego, tus ojos son celestes, tus labios diminutos, te faltan tres dientes, tu nariz es una pelota y tus orejas sobresalen tanto que parecen las de Dumbo.

-¡No seas ridículo! ¡Nada de eso combina!

-Mientras el amor que dices profesar sea sincero, no creo que nada de eso importe.

-¡Pues claro que es sincero! ¡Me ofendes con siquiera sugerir que no lo sea!

-Yo no sugerí tal cosa.

-A ver ya cállate, que ya veo que sólo dices tonteras. Además, ¿qué hay de ti? ¿Cómo eres tú señor Noah?

-Te pido que no me llames así...

-Pensé que ése era tu nombre... ¿Vamos a regresar un capítulo? ¡No quiero discutir otra vez de lo mismo! ¡Tú eres el señor Noah y yo Raúl One Lan!

-No, prefiero que me llames Nicolás.

-¿Y por qué ese cambio repentino?

-Tengo mis propias razones.

-Mmmm, un hombre de misterio, ¡da igual! ¡Vas a confundir a mi amada! ¡Además qué importa tu nombre si el protagonista soy yo!

-Somos los dos.

-¡Que no! Yo he profesado mi amor desde la primera hoja, tú no tienes interés alguno en mi lectora... ¿o sí?

-Jamás he dicho que no estaba interesado.

-¡¿Qué?! ¡Pero nunca dijiste que lo estuvieras!

-Nadie me lo ha preguntado.

-¡¡Ah!! ¡¿Un rival?! ¡Creí que eras mi amigo! ¡Te advierto! ¡La lectora es mi amada y solo mía!

-Creo que es ella quien debe decidir eso.

-¡Pues lo hará! Y no te metas porque yo le declaré mi amor primero y me estoy definiendo solo por ella. Por cierto que ahora la pregunta que te hice y no me contestaste se ha vuelto mucho más importante, ¿qué aspecto tienes?

-Eso es fácil, no ando dando tantos rodeos como tú. Mi piel es de un color moreno, tengo el pelo un poco largo y negro y que a veces necesito atármelo, además tengo un poco de barba.

-¡Ja,ja! Eso no es para nada atractivo... Además veo lentes ¡Sí! Usas anteojos, a las mujeres no les gusta eso...

-Yo no estaría tan seguro.

-... ¿Por qué?

-Las gafas me hacen ver más intelectual, a algunas chicas les atrae.

-...Nicolás... ¿Así eres tú?

-Sí... ¿por qué gruñes? No hace falta que te enfades tanto.

-¡No quiero un rival! ¡Escritora, elimina ya a Nicolás! ¡Que se vaya de viaje, que obtenga un nuevo empleo, que se lo coma una ballena! ¡No me importa lo que hagas solo ya no escribas de él!

-No creo que te haga caso.

-¡¿Por qué no?! Los autores matan a sus personajes todo el tiempo, está muy de moda ¿no lo sabías? Obviamente no me va a matar a mí ya que mi lectora se pondría muy triste y a falta de personajes sólo quedas tú para que te maten.

-Eso sería demasiado dramático e innecesario...

-Te digo que está de moda, así que Nicolás, no fue un placer conocerte y tampoco lamento tu muerte así que ADIÓS...

-...No creo que la escritora tenga pensado matarme...

-Pues no perderé la esperanza. Por ahora, me centraré en enamorar más y más a mi amada. Así que... ejem, ejem, mmm veamos...quiero tener algo único... ah... ¡Ya sé! Tendré un ojo de un color y otro de otro.

-Creo que el término es heterocromía...

-Me vale.

-¿Y para qué quieres eso? Eso es considerado una anomalía... creí que eras alguien que no quería defectos.

-Pues eso no es un defecto, es algo muy llamativo, ¿acaso no lo ves? Solo con verme, será imposible para mi lectora olvidarse de mí. Y después de que mi lectora vea mis ojos, regresará a casa, estará comiendo con su familia, con sus amigos o sola, sonreirá al recordarme, suspirará y deseará verme otra vez.

-No creo que eso ocurra.

-¡Claro que sí! Y lectora, te hablo a ti, yo siempre pienso en ti. Imagina mis ojos contemplándote mientras digo esto.

-Le estás dando mucha importancia a tus ojos.

-¡Pues claro! Son los que me permiten ver a mi amada... mírala leyéndonos, es simplemente adorable, me encanta su sonrisa, sus ojos, su cabello, sus manos deslizándose en la pantalla o el teclado...

-Te estás volviendo muy meloso...

-¡Es que estoy enamorado!

-Pues te hará falta mucho más que ojos diferentes para enamorarla a ella.

-¿Ah sí? ¿Y tú qué sabes? No veo que estés haciendo nada para enamorarla.



#10617 en Otros
#1667 en Humor
#17180 en Novela romántica

En el texto hay: parodia, comedia romance, humor comedia risas

Editado: 12.11.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.