Enamorando A Un Millonario From Juan Josh

6 LICENCIADA DELFINA BILBAO DE LA TORRE.

6 LICENCIADA DELFINA BILBAO DE LA TORRE.

Delfina desde su niñez había sido una niña totalmente carente de ego, de egolatría, era una nena hermosa que se había movido en un ambiente lleno de amor, A cómo lo fue el matrimonio de sus padres, al menos solo al principio como todos los matrimonios, como la mayoría de los matrimonios porque había sus excepciones de felicidad y de amor perpetuo, que suelen preservar el amor en la relación pero en el caso del matrimonio del contador Alejandro con Bianca su mujer, eso fue solo durante el principio de este.

Delfina era una niña totalmente feliz, se sabía alejar de las malas vibraciones ya desde muy niña, su hermanito Rubén hacía que Delfina viviera en un cuento de hadas donde ella era la princesa, de palacio, y Rubén era el príncipe azul, hermanito de la princesita, y esto sería y se prolongaría incluso más allá del tiempo que duró la felicidad de este matrimonio, por lo tanto era de suponerse que tal felicidad y tal dicha, que vivieron los niños, los adolescentes, y los jóvenes, de Delfina y de Rubén, básicamente se había debido a que eran dos seres humanos felices, pasara lo que pasara, eran dos seres humanos perfectos que no se dejaban absorber por el medio ambiente tan hostil, que los rodearía bajo del cuidado de su señor padre, el contador Alejandro Bilbao Ríos, cosa que a favor de Bianca la esposa de este sucedía lo contrario, pues sí, la señora era muy altiva y muy la Generala, pero solo esto era así frente al señor Alejandro, ella se comportaba así porque lo trataba de controlar, y de esta manera la había enseñado a ser su señor padre el comerciante Don Rafaelo, quien la educaría así con mano dura y que ella, Bianca, su hija por su forma de ser, y por el carácter que tenía había desarrollado la personalidad que ahora poseía en su ser, el resultado de la personalidad de Bianca y de su carácter, lo había sido la disciplina de su señor padre de Don Rafaelo, combinada con la forma de ser de Bianca y que esa forma de ser era veneno puro para la forma de ser del contador Alejandro, y este pasaría a hacer el pecado, el karma, Y el dolor del contador Alejandro.

Delfina era originaria del Estado de México, de la ciudad capital de Toluca, en nuestro país México, su niñez la había vivido rodeada de amigas, de amistades, de amiguitas de su edad, así como de los amiguitos de su hermano Rubén, entre ella y él habían creado un mundo de cordialidad y de felicidad en la compañía de sus amiguitos, sin importar los días turbulentos que únicamente le podía aportar a sus vidas, el contador Alejandro, quien a la postre terminaría por amargarse, por enfermarse de poder, solo pensaba en el dinero y en lo que este le podía dar, no en cuanto a bienes materiales solamente,  sí no también en cuanto a fuerza y poder sobre los demás, para el contador Alejandro esto lo era todo, pero en sí el contador Alejandro no era que fuera un tipo malo, todo lo hacía por el interés de crear  beneficios para sus dos cachorros, para Delfina, y así como para Rubén, incluso para su señora esposa, para Bianca, solo que le brindaba más tiempo a estas cuestiones de conseguir cosas, que tiempo que brindar, o el hecho de entregar calidad moral a sus familiares, a su nena Delfina, a su mejor amigo Rubén, que nunca lo pudo ser, aunque él quiso que si fuera así, el contador Alejandro siempre quiso que fueran amigos él y su hijo Rubén, pero la verdad fue que nunca supo desde que ángulo llegar en la relación con este, con Rubén, y en cuanto a su señora Bianca pues él había ligado simplemente un aspecto muy negativo para él, para ella, y para la relación con ella, un aspecto negativo en la relación en directo con ella, al sentirse Bianca bastante fascinada, puesto le encantaba, le gustaba, le agradaba, y la calentaba ver a su marido como una cabra bien encabritada, y eso fue lo que vino al traste con la relación de pareja que alguna vez llegaron a tener, a ella le facinaba hacerlo enojar y siempre lo hacía enojar, y esto empezó como un modo de controlarlo porque realmente lo amaba, pero cuando vio que se le salía de control hecho mano a sus artimañas que tenía en su personalidad, de mujer, controladora que le había creado su señor padre y también el carácter de ella misma, pues ella solo trataba de mantener su matrimonio pero tenía ciertas cosas que hacían que le agradase ver a su cónyuge enojado, y que realmente en toda discusión con él, con su marido Alejandro, ella estaba más enojada por las fallas que tenía este en su matrimonio, en los aspectos afectivo y moral del cual carecía esta relación, por eso ella se mostraba tóxica para con él, pero llegó el momento y el punto en que como esto no cambiaba, que a la señora Bianca le empezó a fascinar y a enamorar esa idea de hacerlo enojar, y de hacerlo rabiar.

Los hermanitos provenientes de una cantidad grande de ellos, como  resultado del amor en un matrimonio, suelen ser muy buenos cónyuges con respecto de sus parejas, mientras que los hermanitos cuando son uno solo,  o dos, suelen ser malos cónyuges en el matrimonio, pero en el caso de Delfina y de Rubén, su hermosa salud mental, sus bellos sentimientos, sus maravillosos pensamientos, que ostentaban tener en sus almas tanto como uno, como el otro, eran muy de ellos, nada que ver con el medio hostil que les tocaría vivir en esa ocasión, eran almas avanzadas que habían sido colocadas en ese lugar con la fortaleza suficiente para hacerle frente a sus vidas, Delfina era la muñequita enamorada del amor, una nena que valoraba hasta su señor padre, no obstante del trato que le daba tan impositivo, tanto a la misma Delfina como a Rubén, aunque nunca les puso una mano encima, Rubén era el príncipe casado con los ideales, los valores, y los principios, cosa que desde niños Delfina admiraba en su hermanito Rubén, Rubén siempre enfrentó al papá desde niño, debido a sus ideales y sus propias convicciones, Delfina también ostentaba tener esos valores y principios morales, que desde el principio de sus vidas y cuando el matrimonio de sus padres estaba en la plenitud del amor fue que le inculcaron a sus hijos, después las cosas se quebrarían en la relación de pareja y afectaría a Rubén pero si había algo que reconocerle este matrimonio era que dejaban a sus dos cachorros a Delfina y a Rubén bien educados y totalmente fuertes para hacerle frente al destino y a la vida esto había que reconocerle al contador Alejandro y a su esposa la señora Bianca, Rubén siempre  le hacía frente al papá y no se dejaba de él, Delfina admiraba a su padre por el lado profesional, era un excelente contador, ella lo admiraba totalmente desde este punto de vista, su señor padre para ella era el mejor contador del mundo, pero como padre dejaba mucho que desear y fuese por ello que Delfina respetaba, admiraba, valoraba, Y amaba a su hermano Rubén.




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