9 CAPITÁN ALCIBIADES ROBLEDO MOSQUERA.
Alcibiades era un joven que media 1.78 m de altura, una estatura bastante aceptable para un capitán piloto aviador, altura aceptable en México y en cualquier parte del mundo, él no era delgado, pero no tenía ni un solo gramo de grasa, en el abdomen, el cual lo tenía un tanto marcado pues cada tercer día y por las mañanas, realizaba, recién se había despertado, y antes de bañarse y de desayudar, 200 abdominales cada tercer día, y no diariamente, pues El capitán Alcibiades lo que pretendía era tener un marcado, en su abdomen con volumen, y lucirlo bien para las chicas, pues él era un caliente, y pretendía lucir su abdomen con algo de volumen, si hubiese hecho diariamente este ejercicio, hubiese quemado grasa, y músculo también, y si, él se hubiese visto muy marcado, pero sin masa muscular, y por tanto también sin volumen, y muy claramente él también se hubiese sobre entrenado, pues él tenía conocimientos acerca de cómo ganar volumen y masa corporal, él sabía que sí se dedicaba de lleno al ejercicio, el podía obtener una condición física aprueba de todo, pero que una persona que sabía hacer ejercicio, sabía que ejercitarse diariamente y constantemente, siguiendo una disciplina enérgica y estricta, se auto proporcionaba una gran condición física, pero también te ves demasiado delgado, aunque bastante marcado, y tanto pecaba uno estando demasiado delgado, como el que estaba totalmente obeso, por eso era que él Capitán Alcibiades realizaba sus ejercicios de esta manera, pues él perseguía tener masa muscular, con un marcado, con un marcado qué no pudiera exagerar a la simple vista, y que fuera suficiente para lucirlo con las chicas, aunque no estuviera tan marcado, pero sí marcado lo necesario, y claro con una menor condición física, este era el precio de hacer el ejercicio cómo lo hacía Alcibiades, pues el más que tener una condición física aceptable, lo que buscaba el recalenturiento era verse bien y caliente para la chavas, pues él sabía muy bien qué aquello de pilotear aviones te generaba una resistencia, más que importante con respecto a lo físico, con respecto al desgaste y cansancio físicos, pues un piloto estaba dotado por el ambiente hostil en el que vuela su avión, en dónde influyen la altitud,la presión barométrica, y las fuerzas g de gravedad donde una fuerza 1 g = - 9.8 m/seg cuadrado, pudiendo haber gravedades positivas y gravedades negativas, que ejercen su fuerza sobre la estructura del fuselaje del avión, y claro sobre los pasajeros y los pilotos también, y eso te crea resistencia y condición física por igual.
El Capitán Alcibiades Robledo Mosqueda siempre había sido un niño bastante vivo e inteligente, era atento y tenía la humildad necesaria como para triunfar en la vida, caerle bien a la gente a aquella que él fuera conociendo y tratando en la vida, en su vida.
Él había sido un niño bastante alegre, pero desde su niñez tenía periodos sombríos depresivos, su señora madre Doña Carmelita Mosquera Doroteo, ya lo había notado, con claridad, y cuando se lo compartió a su marido, al papá de Alcibiades, el viejo Alcibiades Robledo Betanzos no quiso poner atención, a las palabras suplicantes de su esposa Doña Carmelita, y ni lo quiso aceptar, y ni lo quería pasar a creer, a entender, y ni a asimilar, porque era el típico macho mexicano, y no toleraba que su hijo tuviera enfermedades de niñas, bueno él así era que pensaba, esa era la mentalidad que tenía el padre del joven Alcibiades, pues pasaba a suceder qué una depresión no tenía nada que ver, con una desviación, en su orientación sexual, pero el macho mexicano de Don Alcibiades así lo veía, él así lo pensaba, no su madre, su padre era un macho de hueso Colorado, y no admitía que su hijo pudiera tener, una enfermedad de tipo emocional, todo podía esperar de la vida, menos un hijo con una enfermedad emocional, para él eso no existía y ni podía existir, y menos en su familia, así era que le decía a su esposa Carmelita, a la señora Mosqueda, a la madre del aquel entonces joven Alcibiades, cuando esta le comentó tal cosa a su marido, al viejo Alcibiades, está fue la respuesta de este, y cuándo empezaron a aparecer estas cosas, en la personalidad y en la salud mental del alma del niño, fue que el viejo Alcibiades le había pasado a prohibir a Doña Carmelita, el buscar ayuda psicológica para a su hijo, y ni llevarlo nunca de los nuncas ante la presencia de un psicólogo, y que si ella así lo hacía, le iba a pegar un tiro a su hijo, y luego él se volaría los cesos de la cabeza, de esta manera el joven Alcibiades nunca fue tratado por un psicólogo, el problema seguía, los estados de depresión cada vez eran más acentuados, el apenas había dado lo necesario para pasar el examen de medicina de aviación, en lo referente a la salud emocional y mental del aviador, el joven Alcibiades sabía muy bien que algo andaba mal con él, pues el médico de medicina de aviación le dijo que necesitaba tomar al mineral del litio, que era necesario que se tratara con litio, y que fuera a ver un psicólogo pues la falta de litio en sangre, le creaba trastornos depresivos, el problema se quedó, y la bomba de tiempo estaba por explotar.
El Capitán Alcibiades Robledo Mosqueda era el mejor amigo del Capitán Álvaro Cafetales García,Y siempre había soñado con ser aviador desde pequeñito, el se había pasado su infancia siempre contemplando día con día, los aterrizajes de los enormes pájaros de acero, de las distintas líneas aéreas comerciales del mundo, así como de las aeronaves pertenecientes a la aviación privada, de gobierno, y de la fuerza aérea mexicana, que contaba con aeronaves que siempre habían llamado la atención del joven Alcibiades, y qué aterrizaban y despegaban de las pistas 05 derecha y 05 izquierda, del puerto aéreo internacional presidente Benito Juárez, de la ciudad de México, pues sus padres el exitoso comerciante del centro de abasto más importante de la ciudad de México, mejor conocido como la central de abastos, el señor Alcibiades Robledo Betanzos, quién en dicho centro de abasto era vendedor de semillas y de granos, cómo frijol, garbanzo, maíz, trigo, cebada, arroz, y todo lo que tuviera que ver con semillas, y granos, siempre había sido un bodeguero qué comercializaba sus semillas en toda la ciudad de México, y que procedían sus productos del interior de la República mexicana, él tenía grandes ventas y tenía a su familia con una vida cómoda, y desahogada, en lo económico y también en lo emocional, aunque su hijo había nacido con ese problema en su química sanguínea, su madre la servidora pública al servicio del pueblo de México, la señora Carmelita Mosqueda Doroteo, junto con su esposo el comerciante alcibiades, siempre habían tenido su vivienda en las inmediaciones del aeropuerto internacional presidente Benito Juárez, de la ciudad de México.