Don Álvaro era un hombre que se preocupaba por todo, y si bien lo hacía, hacía ese hecho de preocuparse por todo, lo hacía porque eso de preocuparse por todo, era el secreto de su éxito cómo ser humano, cómo padre de familia, como padre amoroso, cómo esposo amoroso y cariñoso, así como un marido ejemplar, como un buen hijo, y por igual como un buen empresario, pues sí se preocupaba, era porque sabía que en él y solamente en él, radicaba aquella posibilidad de llevar a cabo acciones, qué le permitieran él cambiar esa situación, que estaba viviendo con respecto a aquello, que le estaba molestando y preocupando, en ese momento, en ese instante de su vida, así era Don Álvaro, Don Álvaro el preocupón a cómo le decía su señora esposa, la señora Eloísa García De La Rosa.
Don Álvaro se preocupaba por la actual pareja de su hijo Álvaro, pues la novia del Capitán Álvaro la señorita Monserrat, Barrientos Lanestosa, para su muy personal punto de vista, de este, esta señorita, dejaba realmente mucho que desear, así lo consideraba el padre de Álvaro, Y era que este ya había cruzado palabra con Monserrat, y ella era para él una mente hueca, tóxica la señorita hasta las manitas, indecente?, él no podía afirmarlo, al menos no todavía, pues la señorita Monserrat a la vista de todos, seguía siendo una señorita, incluso para Don Álvaro, para el viejo Álvaro, quién era un viejo lobo de mar, aquien no se le podía pasar la rata entre las patas, y si él Padre no le llamaba la atención a su cachorro, acerca de su novia, era porque la señorita en este aspecto último aquí señalado, la señorita Monserrat se había manejado de la mejor manera posible, nunca había dado queja de esto, al novio, a los suegros, y en si ni a la familia, ni a familiar alguno, y menos a los demás familiares cercanos a la familia.
Para Don Álvaro no había de otra, Montserrat tenía que dejar de ser la novia de su cachorro, él no podría tolerar a alguien así en su familia, y menos si estaría lastimando por el resto de sus días, a su único hijo varón, y que decir acerca de su nena, o de sus nenas, qué decir acerca de las hijas de don Álvaro, bueno, realmente nada había que decir acerca de sus nenas, pues realmente Don Álvaro no las tenía, solo había entregado el fruto de su intenso amor, con su esposa Eloísa, al buen ser humano del jovencito Alvarito.
Desde el principio de la relación de su hijo Álvaro con su novia Montserrat, Don Álvaro venía observando ciertas cosas en el comportamiento de la señorita, era controladora, pero desde algún punto totalmente tóxico, el padre de Álvaro no veía sano esto en una relación, y menos si se tenía todo, pues su hijo estaba cumpliendo con todo en la relación de pareja, con su novia Montserrat, Don Álvaro era un viejo lobo de mar y sabía cuando una mujer era tóxica, para con un hombre y en directo de este, él sabía que una mujer era tóxica cuando el hombre estaba fallando, en dos de las cuestiones más básicas que no debe de fallar, en su atención con respecto de su novia, o de su esposa o en la relación de pareja, y estás eran las siguientes dos, la primera, si no estaba dando el amor suficiente el novio, la mujer se va a quejar y se comportará de una manera tóxica, y la segunda de ellas, si no estaba dando o aportando como debe de ser, en cuanto al aspecto económico, la mujer también se comportará tóxicamente con respecto del varón, y en referencia, pues de su pareja, Don Álvaro por eso estaba preocupado, porque su cachorro funcionaba bastante bien en los dos aspectos, en el amoroso, y por igual en el aspecto económico, pues el capitán Álvaro era autosuficiente e independiente, tenía un buen trabajo en la compañía de su padre, y por esto Don Álvaro se encontraba bastante preocupado, tenía que encontrar a una otra candidata que ocupará el lugar de pareja, de su hijo, porque para que su hijo fuera exitoso como empresario, ya que la empresa se le quedaría él, él necesitaba estar estable en el aspecto emocional, y él sabía que su hijo no Era feliz, ni estaba estable con esa muchacha.
Montserrat era un demonio de mujer, le gustaba controlar en todo a su novio Álvaro, A quién amaba con un amor muy egoísta, el no podía hacer las cosas que ella si podía hacer, ella se sentía con ese derecho, Álvaro estaba harto de la situación, pero por otra parte la amaba, Monserrat estiraba siempre la relación más allá de de lo correcto, jugaba y a hacer lo que quería, con Álvaro, con el capitán Álvaro, cuándo salían de paseo por ejemplo a un restaurante, el no podía voltear a ver a otra mujer, ella sí se reservaba el derecho de coquetear con el capitán de meseros, del restaurante, con el gerente del restaurante, ella era así, ella se amaba profundamente.
Álvaro era un tonto con las mujeres, y era peligrosamente un tonto en potencia, totalmente desprotegido en cada momento, y en cada instante en qué se encontraba frente al demonio de su novia Montserrat, porque vaya que era un demonio su noviecita, el capitán Álvaro pensaba que lo que le hacía su novia Monserrat, era lo correcto, y él se esmeraba siempre en tratar de complacerla, él pensaba que debería de dejar de ser tóxica con él, si el trataba o intentaba de complacerla en todo lo que ella quería, pero esto era un error, ya que las cosas no eran así con Monserrat, siempre pasaba así entre ellos dos, ella castigaba, ella lastimaba toxicamente a su novio Álvaro, y él siempre pensando que tenía que complacerla cada vez más, para que dejara de hacer eso, él creía y pensaba qué debería de aguantar a quedarse un poco más con ella, aguantar, aguantar en vez de terminar con la relación que los unía, y que con esto ella cambiaría para con él, hasta que se dio cuenta que su relación con Monserrat era un círculo vicioso, aveces Álvaro pensaba que sería mejor terminar con la relación, y cuando ella se daba cuenta que él estaba pensando en dejarla, peor le iba al pobre del Álvaro, el padre Don Álvaro ya se había dado cuenta de cómo se manejaba su nuera, Monserrat, bueno, la novia de su hijo Álvaro, porque todavía no se casaban, siendo este tal vez el único punto a favor que tenía todavía el capitán Álvaro, que tenía también su padre Don Álvaro, aún podrían deshacerse de la mezquina de su novia Montserrat, Don Álvaro en todo instante procuraba buscar una nueva pareja para su hijo, de hecho le había recomendado a dos de sus empleados, qué eran de hecho licenciados, y que estaban en sociedad, esto en la Clara referencia del aspecto social, básicamente, pues ellos tenían amigas, y amigos, a ellos les había encomendado Don Álvaro el dueño de la empresa, le presentarán una nueva amiga, que enamorara a su hijo Álvaro, pues Don Álvaro estaba desesperado.