Enamorando A Un Millonario From Juan Josh

26 CAPÍTULO

31 CAPÍTULO

Ya habían pasado algunos días desde que el contador Alejandro, fue que quiso imponer una vez más la condición de su voluntad, sobre de su hijo Rubén, algunos días ya habían pasado desdé cuando este último ya había hecho frente a su padre, y es que de siempre Rubén lo había enfrentado con valor y con valentía, como siempre lo había hecho a su señor padre, pero ahora con una mayor decisión y con un mayor aplomo, puesto que su padre lo había conminado, lo había invitado, a qué estudiará la carrera qué él contador soñaba con que su hijo estudiase, y que no era otra que aquella de la licenciatura en administración de empresas, por la razón de aquel plan de vida que el contador Alejandro tenía en mente, y que estaba anhelando poner en marcha, puesto que este plan de vida era un plan con todas las buenas intenciones del mundo, para su familia, era el negocio que él padre del joven Rubén por tanto tiempo había acariciado, y si él contador Alejandro quería imponer su santa voluntad sobre de su hijo, inclusive quería hacerlo también en aquello referente de la profesión qué iría a estudiar Rubén, era porque el padre de este consideraba que donde tenía futuro realmente, su hijo, era en el estudio y en la obtención del título de la licenciatura en administración de empresas.

La señora Bianca, la hermosa señora Bianca, se encontraba en casa, y está acababa de tener una plática con su marido el contador Alejandro, quién para esa hora de la mañana ya se encontraba en el trabajo, el para esa hora del día se sentía diferente a los demás días, y recordaba que acababa de tener una plática con Bianca, su mujer, con la hermosa Bianca, él recordaba claramente aquello que había conversado con ella hace tan solo unos minutos, había sido una especie de tregua a la guerra marital que venían librando casi desde siempre, por lo que él como ella se sentían bien consigo mismos, y esto estaba recordando el contador  Alejandro en la oficina del lugar de su trabajo, mientras que la hermosa Bianca la mujer del contador hacia lo mismo, en el hogar de la familia Bilbao de la Torre, mientras ella era que estaba echándole ganas a un emprendimiento de negocio, qué siempre había querido llevar a cabo la hermosa Bianca,  y era precisamente esa edad para ella la más adecuada en la que podía darse, este gusto, y así ella lo estaba haciendo, en eso llegaba a casa su hijo Rubén y le iba a cambiar todo ese sentimiento bonito qué la hermosa Bianca estaba experimentando, por aquel acercamiento corto pero bonito acercamiento que tuviera con su marido Alejandro, y así su hijo Rubén aquel joven lleno de ilusiones y de ideales, lo cual era el motivo de la gran sonrisa que tenía Doña Bianca, al menos cuando su marido no estaba presente, y es que el contador Alejandro se había ganado, que su esposa Bianca, qué la hermosa señora Blanca, lo tratara de esa manera, y lo viera igualmente de tal manera, aunque el contador no dejaba de hacer su intento y su lucha, Y quería cambiar pero es tan difícil a veces.

 A Bianca su hijo Rubén le hacía la vida y le hacía el día, con la felicidad qué siempre desbordaba, este y con lo buen ser humano que era él también, era algo bueno para la familia Bilbao De La Torre, pero desgraciadamente a veces a todo mundo nos toca hacerla De héroe o de villano, y en aquella mañana a Rubén le tocaría hacerla un poco de villano, para con su padre Alejandro, pero Rubén tenía que hacer las cosas de esa manera, puesto que tenía que defender sus sueños, sus ideales, sus anhelos, sus alegrías, y todo aquello bonito que Rubén se había venido dando cuenta, que venía obteniendo de la vida, ante un padre que en todo momento quería imponerle su santa voluntad, el contador Alejandro tenía sus cosas, y así era que aquella mañana el joven Rubén le pasaría a comunicar una noticia que sacaría de la paz interna, que había generado en ella el marido de esta y padre de Rubén, el contador Alejandro :

 

  • Madre pero que feliz se ve como ha estado, qué a poco el contador Alejandro ya no anda en las andadas!!
  • Jejeje eso no lo sé tú sabes que ya casi no me llevo con él, o bueno casi no me llevaba con él
  • Como que ya  casi no te llevabas con él, ya sé contentaron? porque el señor siempre impone su voluntad, y de eso precisamente vengo hablarte madre!!
  • Pero que pasa, que hizo la mula esa otra vez, te hizo algo?

 

De repente el semblante en el hermoso rostro de la señora Bianca, tras de haber escuchado a su hijo Rubén hablar, era que pasaba a cambiar casi de inmediato, así mágicamente, ella seguía pensando y recordaba en ese momento preciso, qué aquello con su marido estaba enterrado y perdido, dentro de la relación de pareja que se suponía, debía de tener todavía con su este, ese era el don que tenía Don Alejandro,  ese don de darle fugaces y fatuos momentos de felicidad, a ella, de aveces con espacios entre uno y otro, entre momento y momento, de semanas, de meses, e incluso a veces podían pasar años sin hacerla sentir feliz, así era el contador Alejandro, un prángana en el amor, un prángana en la mente de su señora esposa, de la hermosa señora Bianca.

  • Madre!!, lo de siempre, imponer su santa voluntad, bueno no me deje ya sabes cómo soy yo.
  • Hijo habla!!
  • Madre ya estoy harto de que mi padre intenté gobernar mi vida, y de imponer su santa voluntad en la misma, no lo voy a permitir hace unos días tuve un enfrentamiento con él, yo quiero ser militar de carrera, quiero estudiar la carrera de las armas, de la reina de las armas, es mi deseo y mi voluntad el ser un oficial de infantería del ejército mexicano!!, Y ni nada ni nadie lo va a impedir ni siquiera el viejo Alejandro, quedo bien claro?!! es por ello que quiero que hables con él, y le jales las orejas!!
  • Pero por supuesto que sí Rubencito, no se saldrá con la suya, despreocúpate que bueno que me has avisado, Y yo que creía que el rey y señor de los pránganas del amor, estaba cambiando, pero vaya que soy una tonta, es una mula y lo seguirá siendo por siglos, qué digo por siglos por 10,000 eternidades más, y está muy loco el pobrecito si piensa que lo voy a esperar jajaja, para las pulgas de tu madre.




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