Enamorándola en una semana ©

CHAPTER 2: Domingo, día 1.

Debido a que la institución es una clase de internado, hay dos departamentos, en uno viven los varones, y en el otro, las señoritas. Son departamentos de diez pisos de altura para albergar a tantos estudiantes como sea posible. Cada pasillo de habitaciones está cercado con un barandal, de esa manera, les daba un aspecto de balcones.

- ¡Bien! Hoy será el primer día que pasaré a su lado. -Adoptó una postura de decisión. No tardó en deprimirse en la esquina de su habitación. -Lástima que deba ser por mi tan malo desempeño…  ¡No importa! Me recuperaré y seré alguien digno de ella, ¡sí, eso hare! -Colocó en su mochila: su libro y libreta de Química, su estuche de lapiceros y calculadora. Salió de su cuarto con una expresión sonriente. -

- ¡Hola! -Lo saludó un joven mucho más alto que él, de complexión delgada, tez blanca, cabellos negros y ojos azules; llevaba puesto una camisa de manga corta color gris, jeans y tenis negros. Estaba recargado sobre el barandal. -

-Uh, hola Lyssandro, ¿vas a algún lado? -Él usaba una camisa roja de mangas cortas, jeans y tenis rojos. -

-No, yo no. Tan sólo tomo un poco de aire fresco. -Sonrió. –

-Ya veo… es un día agradable… -Coincidió. -

-Es verano, ¿qué esperabas? Todos los días son soleados y agradables.

-Je, je, tienes razón.

- ¿Tú a dónde te diriges? -Señaló su mochila. -

-Eh… pues… yo… quedé de estudiar con Jade para el examen de mañana.

- ¿Con mi hermana? -Ladeó la cabeza. - Pero ella no necesita estudiar.

-Digamos que… va a ayudarme a estudiar.

- ¿Por qué? También eres buen estudiante. -Entrecerró los ojos en dirección al menor. -

-Asher también se recargó sobre el barandal y su rostro se tornó azul. -He estado teniendo problemas últimamente… he suspendido casi todos los parciales. -Dijo desanimado. -

-Perdón, perdón, perdón. -Se disculpó. – Que torpe de mi parte. Ánimo, te recuperarás si te esfuerzas. -Le palmeó la espalda. -

-Eso espero…

-No te interrumpo más. No hagas esperar a mi hermanita. -Sonrió. –

-Nos vemos en el comedor a la hora de la comida. –Comenzó a correr por el pasillo. Tomó el elevador para bajar más rápido, sus piernas le agradecieron el atajo, pues, bajar corriendo cinco pisos no son cosa fácil. Atravesó las canchas de básquetbol y el gimnasio para poder llegar a su destino: el departamento de las niñas. Durante el día no era mal visto que los chicos entraran en las habitaciones de sus amigas o amantes, durante la noche sí había problema. Para su buena suerte, Jade vivía en el tercer piso, tomó de nuevo el elevador y consiguió llegar al número 315. Llamó a la puerta-

-Como no esperaba a nadie más, no fue necesario preguntar quién llamaba a la puerta, así que se apresuró a abrir. - ¡Hola! ¿Qué tal? -Ese día llevaba el cabello recogido en dos coletas adornadas con un pequeño moño hecho con lazo azul. Usaba un short blanco, una blusa de tirantes azul cielo y tenis blancos con una línea azul. -

-Oye, no abras tan repentinamente, debes preguntar quién llama, ¿sabes?

-Je, je, je no me regañes… solo te estaba esperando a ti.

-Se sonrojó un poco. -Sólo digo que debes ser más cuidadosa.

-Lo seré. -Le sonrió. – Pasa, será mejor que nos pongamos a estudiar pronto para terminar cuanto antes.

-Lamento ser una molestia… ¿Tienes algo qué hacer?

-Oh, no, en lo absoluto… lo digo por el toque de queda, sabes que ustedes no pueden quedarse en las habitaciones de las niñas después de las 7:oopm.

-Tienes razón, lo olvidaba.

- ¡Bien! Estudiemos…

Extendieron sus libros sobre la mesa de centro y comenzaron a leer en silencio mientras tomaban algunas notas. El tiempo transcurrió rápidamente, ya habían pasado dos horas desde que Asher arribó al departamento de Jade.

-Asher estrelló su rostro contra la mesa. -Soy un fracaso.

- ¿Qué te ocurre? -Preguntó preocupada. - ¿Estás bien?

-Suspiró. -No he prestado atención a clases este parcial…no entiendo nada, reprobaré otra vez.

-No digas eso… por esa razón es que me has pedido ayuda. Dime qué es lo que no entiendes y te lo explicaré.

-Jade… no miento, no le entiendo a nada. Se me figuran simbolitos chinos en vez de átomos.

- ¿Simbolitos chinos? -Rio. – Vamos, Asher.

-Es la verdad, no te rías.

-De acuerdo. Ya sé por dónde empezar a explicarte. Lo más probable es que la profesora pregunte algo de teoría y algunas composiciones.

- ¿Te refieres a los símbolos extraños?

-Volvió a reír. -Sí, eso son las composiciones químicas. De teoría podemos estudiar los conceptos que vienen en la página… cincuenta hasta la setenta…

- Uy… son muchas páginas. Mejor me resigno…



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En el texto hay: adolescentes, amor, escuela

Editado: 13.07.2019

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