Romina se acercó a paso acelerado al árbol donde se encontraba Asher acostado de espaldas sobre el césped. Tenía una expresión de cólera pintada en el rostro. - ¿Qué le has hecho a Jade, insensible? -Se llevó las manos a la cintura. -
- ¿Eh? -Levantó la vista hacia su amiga con una expresión de desconcierto. - ¿De qué me estás hablando?
- ¡Sabes muy bien de lo que estoy hablando! -Le gritó. –
- No, no sé de qué me hablas, así que deja de gritarme, ¿quieres? -Le respondió con tono amargo. –
- Frunció el ceño. – Eres un cobarde.
- ¿De qué se me acusa esta vez? – La miró enojado. –
- Tú me dijiste que te gustaba Jade… te ayudé a verla más tiempo para que la conocieras mejor y te dieras cuenta de sus sentimientos… ¡Creí que tendrías el valor para decirle lo que sientes y comenzaran a ser pareja! -A pesar de que ella no era la afectada, le dolía el hecho de que él hubiera actuado de esa manera con su mejor amiga, ella realmente quería ayudar y ahora se sentía frustrada… decepcionada, ¿con qué cara miraría de nuevo a su amiga? Después de todo, había sido idea suya y eso la hacía querer llorar. –
-Se puso en pie. -No me digas que vas a ponerte a llorar por algo así. -Frunció el ceño. – ¿De cuáles sentimientos querías que me diera cuenta? ¡Eh!
- ¡No puedo creer que seas tan desconsiderado! No comprendes a las chicas, ¿así querías que ella te correspondiera? ¡Tú sólo querías jugar con ella!
- ¡Qué! Eso es mentira, ¿Por qué intentar algo con alguien que no siente lo mismo por ti? Es una pérdida de tiempo, como amigos estamos bien, no te entrometas.
- ¿Cómo puedes saber eso? Acaso, ¿le preguntaste lo que sentía ella? No puedes saber si es o no correspondido.
- ¡Lo hice! Le pregunté y no dijo nada. Estuve a punto de besarla y ella actuó indiferente, es ahí donde me di cuenta de que no podemos ser nada más.
- ¿Qué no piensas en las probabilidades? Quizá ella se asustó, o lo malinterpretó, ¿cómo se te ocurre querer besarla, así como así?
- Pues justamente así. -Sin pensarlo dos veces, se acercó al rostro de su amiga y unió sus labios. Realmente lo había hecho por que le molestaba que lo cuestionaran, no sentía nada por ella, pero eso la mantendría callada por un rato-
-Al sentir la presión de los labios de Asher sobre los suyos se paralizó y no supo qué hacer. Ella tenía novio, que nadie lo supiera era diferente, pero lo tenía y era feliz con él. Dio una fuerte bofetada a su amigo y se apartó para recuperar aire. - ¡Qué te crees que haces!
- Se sobó la mejilla. – Auch… no tiene importancia, no fue un beso con sentimientos, puedes estar tranquila.
- ¡Ese no es el problema, idiota! ¡Yo tengo novio, si me causas problemas, te haré sufrir! ¿Qué hubieras hecho si Jade nos hubiera visto?
- A ella no le importaría porque no soy yo quien le gusta. -Respondió con voz gruesa y cortante. –
- No puedo creer que hayas hecho esto… no mereces el amor de Jade… ¡Te prohíbo que te le acerques, escuchaste!
- ¿¡Jah!? ¿Y eso a qué viene?
- ¡Eres demasiado idiota como para darte cuenta de sus verdaderos sentimientos!
- ¡Mentira! Sé perfectamente lo que pasó ayer, a ella le gusta alguien más, y me lo dejó en claro.
- ¡Cabeza hueca! ¡Tú le gustas, tremendo idiota! Ella sólo se puso nerviosa porque intentaste besarla en un momento incómodo y encima llegó alguien a su apartamento, ¿no?
- ¿Qué estás…? -Tartamudeó. –
- Ella creía que lo estaba mal interpretando, y tú en cambio, ¡huiste! Nada te costaba revelarle tus sentimientos.
- ¿Qué puedes saber tú de todo esto?
- Sé lo suficiente, ella es mi mejor amiga, me lo cuenta todo.
- ¿Crees que lo sabes todo?
- Frunció más el ceño e hizo puños sus manos. – No tiene caso que siga perdiendo mi tiempo contigo. Sólo te diré que, si no tienes el valor suficiente para afrontar tus sentimientos por Jade y eres capaz de besar a otra mujer sólo porque se te viene en gana, te alejes de ella. No mereces estar cerca suyo, no mereces que te corresponda. -Dio media vuelta y entró enfurecida en la institución. –
-Hey… ¿Por qué esa carita? -Dijo Allen; el joven pelirrojo; con un tono amable. –
- ¿Eh? -Alzó la vista y se topó con el pelirrojo. – No te vi, ¿dijiste algo?
- Le colocó una mano sobre la cabeza y acarició su cabello con gentileza. - ¿Te pasa algo?
- Eh… eh... jeje no sé de qué me hablas. -Dijo en tono nervioso. -
- No me puedes mentir, lo sabes. -Tomó el rostro de Romina y la obligó a mirarlo. – Dime la verdad.
- No tengo nada, mi amor. Lamento haberte preocupado. -Abrazó a Allen. –