Enamorándola (mia para siempre #1)

Creída y presumida

Las clases iniciaron y la mayoría de profesores empezó a formar grupos de trabajo, ya sea para exposiciones o ensayos. En algunos casos teníamos la libertad de unirnos por afinidad y en otros ellos mismos nos formaban. Sería mentira decir que no estaba un tanto ansioso de estar en el mismo equipo que manzanita, porque si algo de ella que parecía no haber cambiado eran sus cachetes, que le sentaban muy bien.

Durante ese primer mes me di cuenta de la atención que había ganado por parte del género masculino. Los chicos no perdían el tiempo en coquetearle, lanzarle miradas o soltar algún piropo. Ella estaba muy lejos de molestarse en replicar. En algunos casos les sonreía y otras veces los miraba como insectos. Y era ahí donde me preguntaba por qué es que esta mujer me atraía. A simple vista era presumida, creída, sobrada y un tanto enojona. Pero a diferencia de los demás que solo habían prestado atención a sus atributos físicos, yo había estado vigilándola. Intentando descifrar sus gestos y expresiones. Y no me pasó desapercibido el dolor que apareció en su mirada cuando una de nuestras compañeras le dijo sus verdades a la cara.

—…eres una prepotente, una presumida. Te crees la gran cosa porque tus padres tienen dinero y has gozado de una buena educación. Eres una sobrada, por eso no le caes a nadie. No eres mejor que nadie. No tienes amigas, solo se juntan contigo para usarte. Pobrecita, tan soberbia y tan sola. Y es así como te vas a quedar, sola. SOLA—Melany le mandó una mirada llena de malicia y se cruzó de brazos.

Todos callaron mientras esperaban que mi pequeña manzanita diera rienda suelta a su enojo, pero nunca llegó. Lo único que hizo fue clavar los ojos en la chica que había osado criticarle y decirle:

—El dinero no me hace mejor, ni peor que tú. Prefiero estar sola que mal acompañada. Y una última cosa, este grupo no tiene que pagar por las mediocres opiniones que tienes. Pero tranquila, haremos tu parte del trabajo. Ah…y por cierto, estás fuera de este grupo ¿alguien en contra? —nos preguntó a los demás integrantes del grupo. Nadie dijo nada—. Ahí tienes tu respuesta. Espero que algun grupo quiera aceptarte, querida.

Y así de fácil fue como mandó a volar a aquella chica. Sin embargo, vi el dolor y la tristeza que se apoderó de sus ojos cuando le dijeron que se quedaría sola. Evitaba mirar a los ojos y cuando se topó con mi mirada, juraría que vi un atisbo de lágrimas. Rápidamente bajó la mirada y siguió con su parte del trabajo. Tenía curiosidad y algo en mí me decía que esa pequeña mujer no era lo que aparentaba. Estaba totalmente a bordo de descubrirlo. El problema era el cómo.

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Hola!! Espero estén bien y disfrutando de la lectura. Este es un capítulo un pelín más largo, espero lo disfruten. Si es así, pueden dejar sus comentarios o estrellitas. Gracias. :)




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