Enamorándola (mia para siempre #1)

Vacaciones juntos II

Hola por aquí!!! Les traigo la segunda parte de este cap. Disfruten. Ya saben espero su apoyo con estrellitas, comentarios y pueden suscribirse. 

Muchos besos, ánimos y bendiciones :)

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El día que cumplimos el primer mes nos pusimos en plan melosos y cursis. No podíamos dejar de decirnos cuanto nos queríamos, como nos extrañábamos y contábamos las horas para vernos. Quedamos en que iría a su casa el lunes por la tarde maleta en mano para pasar tiempo juntos antes de salir en el bus rumbo a Lima con nuestros amigos.

Así como me devané los sesos para declararme, hice lo mismo para buscar un buen regalo, hasta que acompañando a mi hermano a comprar un regalo para su novia de turno encontré algo perfecto. Nina no era una chica material, prefería que lo que le regalabas tuviera algún significado especial, algún momento compartido, algo que te recordaba a su personalidad. Cosas así.

Así que cuando me presenté en su casa lo hice con un peluche grande en forma de manzanita con una gran sonrisa, ojos achinados, brazos y piernas pequeñas. Según mi madre, era el regalo más adorable que había visto. Y también le compré una caja de sus chocolates preferidos. Toqué el timbre y fui recibido con un abrazo de mono. No sé cómo paso, pero Nina estaba encima de mí con sus brazos y piernas alrededor de mi cuerpo. Sino fuera porque hacia ejercicio y tenía equilibrio lo más seguro es que hubiéramos terminado en el piso.

—Te extrañé, te extrañé, te extrañé mucho, mucho, mucho—no dejaba de repetirlo mientras esparcía besos por mi cara y luego empezó a besar mi mentón y cuello hasta que llegó a mis labios.

No pude aguantar más y la apoyé en la pared junto a la puerta mientras dejaba que mi lengua se encontrara con la de ella. En el mes que habíamos pasado juntos los besos se habían vuelto más apasionados. Si no fuera por la bocina de un camión pasando, ella y yo hubiéramos seguido perdidos en nuestro mundo. Me aparté lentamente recordando que estábamos en la casa de sus padres y no era adecuado hacer aquello. Apoyé mi frente en la de ella y esperé a tranquilizarnos.

—Yo también te extrañé, manzanita y ¿Qué fue ese ataque?

—Me dijiste que querías comerme la boca, así que solo me adelanté…un poco—rozo su nariz contra la mía y me dio un pico—. Feliz primer mes, amor.

—Feliz primer mes para ti también corazón—la besé dulcemente y luego la bajé a sus pies envolviéndola en mis brazos—. Hablando de eso, tengo algo para ti.

—¿Qué es? –me miró a los ojos sonriendo. Me dio otro pico y se pegó a mi mientras caminábamos hacia las maletas. Su regalo estaba metido en una bolsa de regalo. Intenté cogerlo apartándome un poco de ella, pero volvió a pegarse a mí. Entendía su necesidad de querer permanecer a mi lado. Así que como pude tomé la bolsa y se la di, no sin antes besar sus labios y luego su frente—. Aquí tienes.

—Oh sonrisitas es preciosa. Cariño, me encanta. La pondré en mi cama así podré abrazarla por las noches. Gracias—envolvió sus brazos en mi cintura y nos besamos con el peluche entre nosotros—. Yo también tengo algo para ti.

—No era necesario.

—Espero que te guste. Pasa y deja las maletas, aún falta algunas horas hasta que los de más lleguen. Mis padres están arriba descansando.

Me llevó hacia el lugar donde le daba clases de arte. Fui hacia un rincón, detrás de una estantería y sacó un cuadro cubierto con una franela.

—Haz los honores—destapé el cuadro y mi boca cayó. No podía creer que había hecho algo como aquello. El cuadro nos tenía a nosotros como protagonistas, más bien nuestras siluetas abrazadas besándonos en el muelle de la playa a dónde íbamos. Estábamos bajo el inicio del atardecer. Era un cuadro magnifico.

—¿Cómo hiciste esto? O ¿Lo mandaste a pintar?

—Debería ofenderme por la poca confianza en mí, cariño. Sin embargo, debo aceptar toda la responsabilidad por este cuadro. Incluso lo firmé. Mira—me enseño la esquina del cuadro con su nombre—. Y bien ¿ningún cumplido?

—Es hermoso Nina, como tú. Lo colgaré en mi cuarto. Es…sorprendente—la atraje hacia mí y besé su nariz. Ambos contemplamos el cuadro. Esperaba algún día poder colgarlo en la habitación que sería de ambos.




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