La puerta se cerró dejando la habitación en silencio.
<< Nicholas_3:05
Raven, ¿Estas despierta?
Raven_3:07
No.
Nicholas_3:10
Entonces... eres un fantasma con el teléfono de mi amiga.
Raven_3:10
Posiblemente.
Nicholas_3:11
Vamos Raven, estoy afuera.
Raven_3:12
No saldré a verte.
Nicholas_3:12
Bueno... solo asómate.
Raven_3:12
Está bien. >>
Me levante de la cama, rápidamente me acerque a la ventana, mire a través de ella y Nicholas estaba en medio de la calle con una sudadera y unos pantalones de pijama, de pronto sentí un vibración en mis manos, era mi teléfono.
<<—Bueno –susurre.
— ¿Por qué no bajas? –pregunto y fruncí el ceño.
—En primera, es demasiado tarde, en segunda hace algo de frío y en tercera mañana vamos a Phoenix –abrí la ventana y asome mi cabeza por esta.
—Está bien, pero es que yo no puedo dormir –dijo. – Necesitaba respirar.
—Bueno, ya respiraste ¿no? –asintió. – entonces vete a dormir.
— ¡Vaya que gran idea!, no la había pensado –dijo con un tono sarcástico y me reí. –Vamos Raven, ven conmigo.
—No lo sé... yo...
—Por favor –colgué el teléfono, sabía que empezaría igual que Pam, rogarme no era buena idea. >>
Rápidamente tomé mi bata y mis pantuflas, me dirigí a la puerta la abrí y trate de cerrarla cautelosamente, ya que Pam podría oírme salir y me cuestionaría sobre todo, así que lentamente me baje las desgastantes escaleras. Abrí la puerta principal y el viento era algo fuerte pues mi cabello se hizo hacia atrás al salir, cerré la puerta y rápidamente baje la entrada.
— Pensé que no vendrías –dijo.
— ¿Entonces por qué me esperaste? –pregunte.
— Solo para confirmarlo, además tenías mucho frío y no sé qué.
— Si tengo mucho frío, pero sabía que ya no podría dormirme después –se acercó a mí con paso lento, trate de no respirar, pues mis nervios se notarían.
— Pues estas en lo correcto, no ibas a dejar de pensar en mi –paso su brazo por mis hombros y sonreí.
El tiempo se pasaba muy rápido y las conversaciones se hacían extensas, a veces me preguntaba, ¿Por qué con él todo era diferente?, con el disfrutaba hasta una pequeña taza de café, o un cono de helado, con él todo era especial, hablar con él era lo mejor del mundo, pues el sabia absolutamente todo de mí, desde que éramos pequeños, sabe lo que odio, a lo que soy alérgica y yo también se todo de él, hasta a que equipo de americano apoya.
Él era mi mejor amigo.
— Sabes –me llamo. –Me enteré de que le gustas a Nathan Matthews, además dicen que tú estás loca por el...
— ¡Que! –exclamé antes que él pudiera seguir hablando.
— ¿Cuál parte es la que te sorprende?, porque si te sorprendió que le gustas a Nathan...
— No, no esa no, si no la de que estoy loca por el... tu sabes que me llego a gustar, pero no estoy loca por él.
— Entonces... ¿Te gusta? –no me había planteado esa pregunta, además me era normal sonrojarme, así que él no tenía nada en especial.
— No, si, bueno no lo sé –suspire. –No estoy interesada por ahora.
— ¿Estás segura?, él parece que ha cambiado por ti.
— Mira, eso lo hubiera hecho antes, no cinco días antes de que se acabe la escuela –me miro confundido.
— No lo sabes, ¿verdad? –cuestiono.
— ¿Saber qué? –respondí con una pregunta.
— El ira a Darmouth –abrí los ojos como plato y me pare en seco.
— Estas bromeando... dime que no es cierto, por favor.
— Raven, no es el fin del mundo, agradece que le gustas a un popular, imagínate, se te abriría paso a cualquier cosa, como le pasó a Cassidy conmigo, ella ganó mucha fama.