Capítulo 7

Había hecho un balcón, que justo daba vista a la habitación de Nicholas. La luz se encontraba apagada, me imagino que ya estaba durmiendo, puesto que ya no se escuchaba música ni nada por el estilo.

Rompí una pequeña rama del árbol y el lance a su ventana. Tenía la esperanza que la abriera, pero eso jamás pasó.

Desperté justo cuando oí unos leves golpes en la ventana, aparte las sabanas de mi cuerpo y mire hacia la ventana. Nicholas estaba en el pequeño balcón de mi ventana, rápidamente baje las escaleras y corrí a la ventana.

— Bueno días –salude.

— Buenos días, oye hicieron muchos cambios ¿verdad? –pregunto.

— Si, algunos, mi mamá prácticamente cambió la casa –apreté los labios y lo dejé pasar.

— Me gusta tu cama, aunque siento que hubiera quedado mejor un poco más abajo pues si no posiblemente alguien se golpee –se sentó en el sillón debajo de mi cama.

— Si, lo mismo pensé –saque una tímida risa.

— ¿Qué tal el regreso? –pregunto.

— Bien, creo que fue muy bueno, ya extrañaba a mamá –sonreí. –Y... ¿el tuyo?

— Bien, supongo... ver a mi hermana fue grato, aunque me enoje un poco con ella, uso mi cuarto como closet, ¡puedes creerlo!, bueno también ver a mis padres fue bueno, solamente que mi mamá me inspeccionó de que no tuviera algo, como un tatuaje, ya sabes... y me dieron esto –extendió la mano, tenía un pequeño estuche como de anillo de bodas.

— ¿Qué es? –pregunte.

— No lo sé, mi mamá dijo que era para ti –lo tome dudosa.

— No debieron...

— Tranquila, solo ábrelo y no discutas –le mire reprobatoriamente y el solo encogió los hombros.

Con las manos algo temblorosas lo abrí, era un lindo collar con una "R" y un lindo corazón rosa. Lo mire incrédula y sonreí ampliamente.

— Dile a tu mamá que esta hermoso –sonrió.

— Se lo diré.

— ¿Ya desayunaste? –pregunte.

— No, apenas íbamos... solo que me desvié algo del camino, ¿Te parece si nos vemos luego? –pregunto.

— Claro, sin proble...

— ¡RAVEN A DESAYUNAR! –grito mi mamá.

— Creo que yo mejor me voy, nos vemos –se levantó del sillón y rápidamente salió por la ventana.

— Nos vemos –me despedí.

— Adiós, Raven –negué con la cabeza.

Baje las escaleras con algo de emoción, pues era de esos días en los que despertaba de buen humor. Al respirar hondo logre percibir el aroma de la masa de los hot-cakes, llegue a la cocina y mi mamá tenía su delantal puesto, rápidamente me acerque a ella para poder abrazarla.

— Buenos días mamá –salude.

— Buenos días, Raven ¿podrías sacar la miel de maple?, está en la alacena.

— Claro –rápidamente me di media vuelta.

La mañana paso muy tranquila, mi mamá tuvo que salir temprano porque en el trabajo se presentó algo, mientras que yo estaba apreciando cada rincón de la casa, muchas cosas habían cambiado y la verdad me gustaba mucho, la casa tenía más vida.

Al entrar a mi cuarto no dude ni dos veces en meterme a bañar, pues necesitaba arreglarme para poder ir a comprar mi vestido. El baño tenía vapor por todos lados, eso me molestaba un poco pues el espejo siempre se empañaba, salí del baño para poder escoger mi ropa.

— Raven –escuche a Nicholas y rápidamente voltee a verlo.

— ¡Nicholas! –grite, ajuste mi bata y lo mire con una ceja arriba. -¿Qué haces aquí?

— Quería platicar contigo, pero veo que estas algo ocupada –dijo bajando la vista.

— Claro que estoy ocupada, ¿Qué no escuchaste la regadera? –pregunte.

— Si, bueno no, bueno algo así, pero ya regreso, no te preocupes –rápidamente salió por la ventana, sin decir otra palabra.

Busque algo entre la ropa que tenía en mi closet, pero desafortunadamente mis cosas eran de una niña de secundaria, así que tuve que buscar en mi maleta, tome unos pantalones de mezclilla y una blusa holgada azul marino, pues hacia algo de calor.