Enamorandome de mi mejor amigo

Capítulo 8

— Mamá, ¿estas lista? –pregunte, la mamá de Nicholas me había pedido que trajera a mi mamá conmigo, así que ella se estaba preparando.

— Mamá, ¿estas lista? –pregunte, la mamá de Nicholas me había pedido que trajera a mi mamá conmigo, así que ella se estaba preparando

— Ya casi, solo me faltan mis zapatos, pero si quieres ve adelantándote, ya te alcanzo.

— Ok –camine a la cocina y tome la caja de galletas que había comprado.

Camine lentamente a la casa de los Parrish, pues aún faltan dos minutos para las cinco, la señora Aria era algo exigente con la puntualidad, rápidamente los tacones de mi mamá se oyeron, ella si venía con un paso algo rápido. Toque el timbre y en ese segundo mi madre me alcanzo, respiro hondo y con sus manos desapareció las arrugas invisibles de su ropa. Me reí internamente, mire mis pies y por el nerviosismo los doblaba a los lados, normalmente lo hacía cuando no sabía qué decir, algunas veces me ponía tan nerviosa que no sabía cómo volver a respirar. Recuerdo que en el primer año fue muy difícil estar en el grupo de oratoria, me era tan difícil terminar mis discursos sin equivocarme, con el tiempo fui practicado más y me convertí en candidata a presidenta del grupo.

— ¡Raven, Ginette! –exclamó la señora Parrish. – Es como siempre un gusto, por favor pasen –dijo apartándose de la puerta.

— Gracias –dijo mi madre, rápidamente la señora P (como solía llamarle) abrió más la puerta

— Gracias –dijo mi madre, rápidamente la señora P (como solía llamarle) abrió más la puerta.

Pasamos las dos y rápidamente se sintió el cambio de temperatura y por supuesto el olor a jazmín apareció. Nos guió a su sala, donde estaba Nicholas y Julianne, su hermana al verme, se levantó de un brinco y corrió hacia mí.

— Raven, eres hermosa, has cambiado mucho y ¿Cómo estas? –pregunto.

— Pero mírate tú, has crecido demasiado, además para tus catorce te ves espectacular y bien, estoy bien, mejor que nunca –miré a Nicholas, quien se encontraba detrás de su hermana, mientras ella saludaba a mi madre.

— Pero mírate tú, has crecido demasiado, además para tus catorce te ves espectacular y bien, estoy bien, mejor que nunca –miré a Nicholas, quien se encontraba detrás de su hermana, mientras ella saludaba a mi madre

— Gracias Raven, espero que regreses en vacaciones, tengo que hablar unas cosas contigo –miró a los dos lados y se acercó a mi oído. –tengo noticias del tema.

— Oh, claro –miré a Nicholas quien tenía el ceño fruncido. – Vendré en cuanto antes a verte, creo que necesitamos un nuevo guardarropa –le tome de los brazos. – ¿Te parece?

— Claro, el centro comercial se quedará vacío –río.

— Por supuesto –se hizo a un lado y volvió al sillón.

— Aria –dijo mi madre. – ¿Quieres que te ayude en algo?

— Ahora que lo dices... creo que algo paso con el merengue...

— ¿Puedo verlo? –pregunto.

— Si, por favor, ven vamos a la cocina –rápidamente mi madre desapareció con la señora Parrish.

Nicholas no tardó en acercarse a mí y negó con la cabeza.

Nicholas no tardó en acercarse a mí y negó con la cabeza

— ¿Qué tal la tarde con tu tía? –pregunto.

— Cállate, no quiero que mamá sepa que estoy mintiendo de nuevo –susurre.

— Ya lo sé, por eso no voy a sacar el tema.

— Gracias –dije.

— De nada, ayer no vi que prendieras la luz –dijo.

— ¿Acaso me espías? –pregunte.






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