(Raven Wilson)
Los nervios me matarían, de eso estaba segura, pero hoy no los podía control, había escuchado muchas veces de que volver a ver a tu ex es difícil, pero imagínense que después de cuatro largos años de no verlo y que luego esté enfermo y que sea de cáncer, por lo menos de donde yo lo veía esto estaba cardiaco.
La señorita paro en una habitación, donde el nombre de Logan se encontraba a fuera, abrió la puerta y me dijo que me esperara.
— Logan –escuche. –Vinieron a verte, es una chica muy guapa –hizo una pausa, no logre escuchar la respuesta de eso, pero mis mejillas se ruborizaron al instante. – No, no le pregunte su nombre, pero veía con otro chico. Sí, Logan.
Me aleje de la puerta cuando escuche los pasos de la enfermera y fingí no haber escuchado nada.
— Puede pasar, ya puse el cronómetro, tiene una hora, por cierto, póngase gel antibacterial antes de entrar, se encuentra al lado de la puerta y por favor evite el contacto con el paciente –dijo, abrió la puerta y me dejo pasar.
— Gracias –dije en voz baja y ella solo asintió.
Me adentre más a la habitación y la enfermera cerró la puerta casi de golpe, lo que hizo que diera un brinco. Me puse el gel que ella me indico y escuche un quejido.
— ¿Quién es? –pregunto. Al escuchar su voz una serie de recuerdos pasaron por mi mente, recordé cuando lo conocí, cuando me dio la mano por primera vez, nuestras citas, nuestro primer beso, recordé todo lo que en años, había tratado de olvidar.
No pude responder de inmediato, un nudo en la garganta había aparecido y si hablaba de seguro las lágrimas caerán. Me adentre más a la blanca habitación, y vi el pie de la cama, dude en avanzar más, pero tenía que hacerlo.
— Quien seas, no tengas miedo...
Ya no espere más y me asome por encima de la pared, ahí estaba aquella sonrisa porque me había roto años atrás, aquellos ojos azules que me hicieron perder la cordura, el chico que alguna vez robó mi corazón ahí estaba, recostado en una cama de hospital, con la piel pálida, los ojos rojizos y una sonrisa desecha.
— Raven... -susurro.
— Hola –dije tímidamente.
— ¿Cómo me encontra...? ¿estas...? ¿Cómo? –pregunto.
Me acerque a la cama y le brinde una sonrisa.
— ¿Puedo? –dije señalando la cama, para pedir sentarme.
— ¡Por supuesto!, deja muevo mis piernas un poco –dijo y por debajo de las sábanas sus piernas se movieron a un lado y me senté cuando me lo indico. - ¿Cómo me encontraste Raven? –pregunto.
— Bueno, esa es una larga historia, pero obtuve información de una hacker –dije y el río.
— ¿En serio? –pregunto. – Vaya, pues que buen trabajo –dijo mientras se acomodaba en su cama.
— Sí, la verdad sí, pensaba que no te encontraría después de cuatro años –dije y él me sonrió.
— Te han favorecido demasiado, te ves muy linda, no que yo... -dijo auto- señalandose.
— Pero si te ves bien –dije. –Tus ojos siguen siendo de ese azul profundo.
— ¿Cómo has estado? –pregunto.
— Bien, bien, mejor que nunca, con algunas fallas, pero todo bien –suspire.
— ¿Fallas?, platícame –dijo y le mire sorprendida.
— Bueno... lo que pasa es que me enamore de una persona, y bueno lo intente todo, pero nunca se dio cuenta de...
— ¿Nicholas? –arqueo las cejas y yo le mire sorprendida –Vamos Raven, cuando te conocí me confesaste que lo amabas.