Enamorandome de mi mejor amigo: La historia continua

Capítulo 4

Cuando regrese al departamento, Nicholas estaba en la sala con una maleta.

— ¿Qué haces? –pregunte alarmada.

— Me voy. –dijo y le mire confundida.

— Estas de broma, ¿verdad?, ¿verdad? –pregunte y el me miro con los ojos rojizos.

— No, no es broma, me voy.

—   ¿A dónde? –pregunte y el no respondió inmediatamente, así que me acerque a él y volví a preguntar -¿A dónde Nicholas?

— ¿A dónde? –pregunte y el no respondió inmediatamente, así que me acerque a él y volví a preguntar -¿A dónde Nicholas?

— Michigan, Rochester Hills –respondió tajante.

— La vas a ir a ver... ¿no es cierto? –solté y él me miro con enojo.

— ¿Qué tiene de malo Raven?, ¿te molesta? –sentí como mis ojos se humedecían, así que respire hondo y le mire molesta.

— No, vete. Ve y arruina tu vida, al fin y al cabo de todas maneras no me ibas a hacer caso.

Ve y arruina tu vida, al fin y al cabo de todas maneras no me ibas a hacer caso

— ¡Bien, eso hare! Hasta pronto. –tomo su maleta y me rodeo, para poder seguir su camino.

— No hagas esto –susurre casi inaudible, cuando una lágrima cayó sobre mi mejilla. – ¡Espera! –grite.

— ¿Qué? –voltee a verlo y él tomaba la cerradura.

— Te quiero Nicholas.

— Yo también te quiero Raven.

La soledad no era mala, de hecho ya se había hecho buena amiga mía, todas las tardes al regresar del trabajo me sentaba en el sillón y me hundía en uno que otro libro. Pamela me había venido a ver para decirme que se iría con Lucas a New York, de hecho me preguntó si quería ir, pero le dije que no, ella no insistió y comprendió el por qué yo estaba así.

Cuando por fin había terminado el último libro, decidí ir a comprar otro, además aprovecharía para comprar los de la escuela.

Llegue a la plaza, donde se encontraba mi librería favorita, esta tenía muy buenas promociones al comprar libros, además siempre tenía los que me pedían para mi carrera

Llegue a la plaza, donde se encontraba mi librería favorita, esta tenía muy buenas promociones al comprar libros, además siempre tenía los que me pedían para mi carrera. El viejecillo que trabajaba ahí me aconsejaba libros y le hacía caso, porque sinceramente no me arrepentía de comprarlos.

— Buenas tardes –salude, se escuchó la campanita y el señor levantó rápidamente la mirada.

— Buenas tardes señorita, ¿busca algo en especial? –pregunto, acerque al escritorio y este me sonrió.

— Si, por favor me podría dar estos títulos –dije y él tomó mi lista.

— Nuevo inicio ¿eh?, creo que sí, los buscare arriba, espera un segundo –se puso sus lentes, tomo mi lista y empezó a subir las escaleras.

Mientras yo, me fui directamente a los libros juveniles, me quería distraer un poco con eso, últimamente me habían recomendado muchos, pero no quería algo muy cliché, porque yo odiaba el cliché, aunque a veces pienso que mi vida lo es, así que por eso es que busco algo que sea lo contrario a mí.

Cuando saque un libro, un ojo azul apareció, grite y el libro salió volando de mi mano, di unos pasos hacia atrás para poder recobrar el equilibrio.

— ¡Lo lamento! –dijo y se escuchó una risa estruendosa.

Los latidos de mi corazón eran demasiado rápidos, como si el corazón quisiera salir de mi pecho.

Se acercó a donde yo estaba y recogió el libro que había tirado por accidente.

— No planeaba asustarte, bueno... no de nuevo –me dio una risa nerviosa.

—   No te preocupes –dije y me miró con una ceja arriba

— No te preocupes –dije y me miró con una ceja arriba.

— ¿Segura? –pregunto.

— Si. –suspire y me sonrió. -¿Me estas siguiendo?

— ¿Perdón? –me miro confundido.

— ¿Me está siguiendo señor? –pregunte.

— Yo no seguiría a una desconocida, además el edificio que ve ahí, es mi casa.

Ambos nos empezamos a reír y en eso se escuchó un ruido, así que ambos dejamos nuestra broma y nos acercamos al mostrador.

El señor había dejado los libros en el escritorio. No evite asustarme, eran tomos demasiado grandes y hasta se veían pesados, creo que este semestre utilizare mi carro más seguido.

— Listo señorita, aquí están todos, ¿necesita algo más? –pregunto.

— No, creo que no, la verdad es mejor que empiece estudiar desde ahora. ¡Adiós vacaciones! –resople, William y el señor empezaron a reír.

¡Adiós vacaciones! –resople, William y el señor empezaron a reír



#3464 en Novela romántica
#1060 en Chick lit

En el texto hay: primeramor, fuckboy, mejoramigo

Editado: 17.04.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.