Enamorandome de mi mejor amigo: La historia continua

Capítulo 7

— ¿Por qué lo dices? –pregunte y entrecerró los ojos.

— Solo yo puedo saber cuándo mientes... ¿tenías algo con él? –pregunto y suspire.

— No tenía nada con él, apenas nos habíamos conocido, es un buen chico –apreté los labios y evite su mirada.

—   No tenía nada con él, apenas nos habíamos conocido, es un buen chico –apreté los labios y evite su mirada

— No me digas que es John –dijo y yo le mire extrañada.

— No, no. Es un chico de una librería –mentí, pero esta vez acepto mi mentira.

— Bueno, pero no sientes nada por él, ¿verdad? –pregunto.

— No Nicholas, apenas lo conozco –respondí y él se levantó de la silla.

— Raven, el día que ya no me quieras... ¿me lo dirás verdad? –pregunto y yo sentí una daga enterrándose en mi corazón. Yo sabía que ese día, posiblemente jamás llegue.

— Ese día no llegara a pasar. Yo te amo –se alejó de dónde estaba y rápidamente entro a la cocina.

— Te amare por siempre Raven Wilson –me levante de mi lugar y fui hacia él.

— Por siempre –me tomo de la cintura y se inclinó para poder besarme.

El viernes de la siguiente semana había llegado muy rápido, le hable a William para cambiar el lugar, puesto que Nicholas había regresado a trabajar y yo no quería ningún inconveniente, quedamos en el restaurante de la otra vez, él accedió.

Cuando llegué él estaba en la misma mesa que la otra vez, no pude evitar reír, trate de ser sigilosa, no quería que me viera llegar a él, porque no sé si les pasa, pero yo siento que en ese momento todo se vuelve incómodo. Me sente frente de él y como seguía viendo por la ventana no se dio cuenta de que estaba ahí, así que no pude evitar que la risa explotara de mi labios, rápidamente lleve mis manos a la boca, pero él ya me había escuchado.

Me sente frente de él y como seguía viendo por la ventana no se dio cuenta de que estaba ahí, así que no pude evitar que la risa explotara de mi labios, rápidamente lleve mis manos a la boca, pero él ya me había escuchado

— ¡Raven! –saludo.

— Hola William –respondí, tratando de contener la risa.

— ¡Qué bueno que viniste!, hasta llegué a pensar que no llegarías –negué con la cabeza.

— Yo nunca dejo plantadas a las personas, ¿Qué tal? ¿cómo has estado? –pregunte.

— Bien, bien, trabajando duro. Últimamente ni tiempo me he dado para respirar, hoy es mi día libre y que mejor pasarlo con alguien que conozco –mi rostro se empezó a tornar de color rojo.

— Pero si apenas nos conocemos –sonreí y el apretó los labios.

— Raven... llevo aquí unas semanas, literal fuiste la primera persona que me habló, además de mi tío – ¿Cuál será su razón para haber venido aquí? –Las personas son muy serias –no evite reír.

— Son serias con personas extranjeras, lo note porque también lo fueron conmigo, pero en cambio con una compañera que ha vivido aquí casi toda su vida, son como más cercanos, pero creme que te vas acostumbrar –en eso el mesero se acercó a nosotros y William le sonrió mostrando su dentadura perfecta.

—   Son serias con personas extranjeras, lo note porque también lo fueron conmigo, pero en cambio con una compañera que ha vivido aquí casi toda su vida, son como más cercanos, pero creme que te vas acostumbrar –en eso el mesero se acercó a nosotr...

Lo mire detenidamente, tenía una rasgos finos, su nariz se veía tan delgada que era imposible no verla, sus pestañas eran largas, haciendo que su mirada se hiciera tierna, él es un hombre atractivo.

— ¿Raven? –me llamo.

— Solo un vaso de agua, por favor –el joven asintió y William me vio extrañado.

— ¿No quieres algo más? –pregunto y negué con la cabeza.

— No tengo mucha hambre, pero gracias, estoy bien –sonreí.

— Gracias señores, su orden estará lista en unos quince a veinte minutos –William asintió.

El tiempo se fue volando y la pregunta seguía rodeando mi mente, ¿Cuál será su razón de haber venido?, siempre hay una explicación para dejar el hogar, así que sin pelos en la lengua lo solté.

— ¿Por qué veniste? –pregunte.

— Por una buena oferta de trabajo, allá trabajaba en un despacho, pero no era cosa buena, entonces mi tío me ofreció un puesto y lo acepte –no quise entrometerme más así que lo deje por la paz. – ¿Y tú? –pregunto.

— ¿Yo? ... -en eso mi teléfono empezó a sonar –permíteme tantito.

— Claro –se removió en su lugar y rápidamente conteste la llamada.

<<-Hola –se escuchó la voz de Pamela.

— Hola Pam, ¿Cómo estás?

— Bien, bien, oye ¿podrás venir al rato con Nicholas? –pregunto.

— ¿Estás bien? –pregunté, porque su voz se oía rara, como si le costara hablar.

— Si, lo estoy, nos vemos al rato.

— Está bien, adiós –colgó la llamada, cuando termine mire extrañada mi teléfono. >>



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En el texto hay: primeramor, fuckboy, mejoramigo

Editado: 17.04.2020

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