(Raven Wilson)
Cada vez mi vida era peor.
Al terminar las compras William me llevo a mi apartamento y me ayudo a bajar las cosas.
— ¿En qué piensas? –pregunto.
— En Nicholas... no le gustó nada verte –dije y el río.
— A quién le gustaría saber que su ex novia anda con su profesor –le mire mal y el río.
— Ex profesor... no sé si me entiendas, pero él se incomodó.
— Lo sé Raven, creme que quise irme, pero pensé que él ya me había visto –mire sus ojos.
— Tienes razón. ¿Quieres un té? –pregunte y él asintió.
— Si, además creo que tu madre querrá hablar conmigo.
— Buen punto.
Mi mamá hizo que casi me quisiera matar, le pregunto todo y hablando de todo es... ¡TODO!, hasta su tipo de sangre, todo el tiempo estuve roja y tapándome la cara con un cojín del sillón, William también se veía incomodo, pero no tanto como yo, al parecer no le molestaba tanto.
— Pasaste mi prueba –se levantó de su lugar y me miró. –Es mejor de lo que me platicaste Raven –mire a William gustosa y rebosante de alegría y no dude dos veces en lanzarme a sus brazos. –Pero... Si le sales a mi hija con que tienes hijos, te mato –los dos nos empezamos a reír y mi mamá lo miró seria.
— Le juro que no. Estuve muy ocupado en la escuela que ni tiempo daba de salir con amigos –mi madre sonrió triunfante y se fue hacia la cocina.
— William me agradas y muchas gracias por pasarme el número de tu tía Alice, literal no hemos dejado de mandarnos WhatsApps – yo negué con la cabeza, William sonrió y asintió.
— Si me ha dicho, de nada señora.
— No me digas señora William, dime Ginette –negué con la cabeza apenada.
— Está bien... ¿Ginette? –dijo preocupado y mi mama rio.
— Exacto. Me iré a ver mi novela. Así que descansa William nos vemos después.
— Adiós Ginette, que tenga buena noche.
— Adiós mamá.
— Adiós mi niña.
William es el único novio que he tenido que mi mamá acepta y la verdad me parece perfecto, eso quiere decir que William es una increíble persona que se gana a la gente con esos ojos azules, como lo hizo conmigo.
— Te han dicho que tienes unos ojos preciosos –dije y apoyé mi cabeza en su hombro.
— No, creo que te convierte en la primera. Mi mamá y mi papá también los tienen azules –dijo. La verdad me imagino a sus padres como modelos de revista, porque sinceramente su hijo es muy atractivo.
— ¿Cómo son tus padres? –pregunte y él tomó su teléfono. Tardó unos segundos y me enseño su teléfono.
— Pues normales, solo que... -pero que barbaridad, su mamá parecía a Lynda Carter (mujer maravilla en los años 70) y su padre, dios mío es como Christopher Reeve (Superman en los años 70), eran guapísimos, con razón así es William.
— Dios mío William, parecen actores –dije y se empezó a burlar de mí.
— Para mí son dos personas común y corrientes, pero para muchos son guapos –tome su teléfono y les empecé hacer zoom. –Raven, por dios no son tan guapos.
— Oye de verdad creo que si llego a ir a tu casa me sentiré intimidada. No quiero saber ni siquiera es tu hermana, de seguro es igual que... que... ¡Zooey Deschanel! Y tu hermano dios mío... ha de ser igual que tú.
(Hermanos de William)
— ¿Y eso tiene mucho de malo? –pregunto y le mire extrañada.
— No, pero a comparación de ellos yo me sentiré una... una piedra, eso me sentiré una piedra y no esas de adorno que ves y dices ¡que linda!, si no la del suelo de un campo con muchas rocas –William se acercó a mí y me abrazo.
— Raven... no eres una roca, para mi eres perfecta y la belleza a mí no me importa. Desde niño busque a una chica como tú, fuera de lo normal y hermosa para mis ojos –me dejo un beso en la frente.