(Raven Wilson)
Al ver que había apretado el botón del elevador, cerré la puerta.
Mire a William y este solo me sonrió. Me fui hacia sus brazos, necesitaba un abrazo. Aún no he olvidado lo que se siente amar a Nicholas, aún sigo pensando en sus abrazos, en su perfume, en sus manos, en todo, pero sé que ahora ese sentimiento debe de desaparecer para siempre.
Después de mi desmayo pensaba que William ya sabía la razón, pero no, Sam guardó muy bien el secreto y cuando pueda se lo agradeceré infinitamente.
Ahora que veía mi vientre, era una sensación rara, un sentimiento muy extraño para mí, jamás pensé que estaría embarazada, jamás pensé que tendría un hijo. No tenía ni la mínima idea de cómo decirle a William, a mi madre y a Nicholas.
Me senté en el pequeño sillón y miré por la ventana.
Cuando era niña siempre imaginaba cómo debía de ser mi vida, cada paso, cada error, todo estaba bajo control, pero... desde el error de Nicholas toda mi planeación se fue cuesta abajo, nunca pensé que me enamoraría de otra persona que no fuera el grandioso Nicholas Parrish, porque para mí no existía nadie. Después llegó William, quien literal rompió todos mis esquemas, revolucionó mis ideas y es raro amar a alguien con el que nunca supuse estar, pero de algo estoy muy segura, Nicholas Parrish, es mi primer amor, dicen que nunca se olvida y eso es cierto, jamás olvidaré todos aquellos sentimientos por él, aun mi corazón se acelera cuando le doy un abrazo, aun mis manos llegan a sudar un poco, aun veo el brillo en sus ojos.
Sé que Nicholas no ha podido continuar con su vida, solo piensa en el trabajo y en Victoria, en cierto punto me encantaría que conociera a alguien, pero también estoy muy segura de que se buscaría a alguien muy similar a mí, lo digo porque ya lo hizo y fue un desastre.
<<-¿Mamá? –pregunte, pues escuche una voz de hombre al fondo.
— ¡Hola! ¿Raven? –dijo mi mamá confundida.
— ¿Cuántas hijas tienes? Obvio que sí, ¿A qué hora paso por ti? –pregunte y ella chasqueo la lengua.
— ¿Te incomodaría si nos vemos en un restaurante? No se te olvide traer a William y a Victoria.
— Si creo que estaría mejor. ¿En cuál quieres cenar? –pregunte.
— Hay uno muy cerca del hotel, te mando el nombre media hora antes –dijo.
— Si mamá, bueno nos vemos.
— Nos vemos –colgó la llamada. >>
Desde mi último año de preparatoria, mi mamá ha estado actuando realmente extraña, presiento que me ha estado ocultado algo, pero siempre he tenido miedo de preguntarle. Yo pensaba que sabía cosas de ella, pero me oculto sobre el señor Dominic. No le había dicho a William sobre lo que me dijo su papá, pero creo que tarde o temprano se lo diré.
— ¿Todo bien? –preguntó William. Me miró con preocupación, él siempre sabe cuándo algo está mal conmigo, pero yo no puedo decirle nada de todo lo que me está ocurriendo.
— Sí, no, bueno no sé –se sentó a mi lado y me miró con sus hermosos ojos azules, ¿será posible que mi hijo tenga sus ojos?
— Tranquila Raven. Dime... ¿estás nerviosa por lo que le vamos a decir a tu mamá o porque estas así? –pregunto y yo desvié la mirada.
— Mi mamá no dirá nada sobre el matrimonio, estoy muy segura de que se alegrará, pero... no lo sé, hay algo que me está matando –respondí. El con delicadeza tomó mi mano, la acercó a sus labios y me dejo un beso.
— Raven, no hay nada de qué preocuparse. Sé que todo esto te abruma y posiblemente hasta te sientas confundida, pero pronto se aclararon las cosas, además aún no hemos platicado absolutamente nada sobre el tema, así no te apures –dijo y movió mi anillo varias veces. –Por cierto, ¿te gusto? –pregunto.
— Es el anillo más hermoso que he visto en mi vida, gracias de verdad, gracias –me acerque a él y le deje un beso en los labios.
— ¿No has visto lo que tiene adentro? –pregunto y yo le mire raro.
— No, no creo que tenga nada –él subió una ceja y soltó mi mano.