(Raven Wilson)
Nicholas nos dejó en el departamento, así que como ya era tarde llegue, le di de comer, cuando ella se fue a ser su tarea, yo no dude ni dos veces en hablarle a mi madre.
Mientras me senté un rato en la sala, estuve jugando con Camille, ahora ya se cansa más rápido, creo que es por la edad. Victoria estaba en su cuarto haciendo dibujos y escuchando música, le encantaba escuchar música, por eso le había comprado una grabadora, para que ella pudiera escuchar lo que quisiese.
Mi mamá llego más rápido de lo que hubiera esperado y la verdad lo aprecio. Prepare su café sin azúcar ya que a ella no le gusta nada que tenga que ver con lo dulce. Hablamos de cosas sin importancia, acerca del comportamiento de Victoria, de cómo me había ido en Londres y ahí fue cuando recordé lo que el señor Dominic me había dado.
— Mamá, el señor Dominic me dijo que te entregara esto –me fui hacia un cajón de un mueble y saque la bolsa que el señor me había dado. –Sé que tienes todo el derecho de guárdate cosas sobre tu vida, pero ¿Por qué nunca me contaste sobre eso? –bajo su rostro y negó con la cabeza.
— No pensaba que te ibas a comprometer con su hijo –respondió y suspire. –Pero tienes razón, jamás te conté sobre mi vida en Francia...
<<-Conocí a Alice en la escuela, cuando yo tenía alrededor de 15 años, pasamos el mejor año de nuestras vidas. Ese verano yo pedí que se quedara las vacaciones en Francia, para que así pudiera estar con ella más tiempo. Su hermano mayor, Dominic, fue llevado hasta Francia para que así pudiera cuidar de Alice. Cuando lo vi, pensé que era el hombre más guapo de todo el universo y caí completamente a sus pies. El tiempo pasó y éramos dos jóvenes enamorados. Nos íbamos a casar, todo está listo, pero... al llegar a casa ese día, todas mis cosas estaban guardadas en maletas, mi padre me dijo que teníamos menos de 5 horas para abordar el avión, así que rápidamente tomé una de las hojas que tenía y le escribí una carta, una carta diciéndole que siempre estaría en mi corazón y que jamás lo olvidaría. Cuando vi por primera vez a William sentí un piquete en mi corazón, parecen dos gotas de agua. Lamento no haber dicho nada Raven, pero no creí que volviera a saber de él. >>
— ¿Por qué no regresaste? –pregunte.
— Porque mi familia estaba en peligro y yo también. Cuando por fin la situación se acabó, ya era demasiado tarde, yo ya estaba embarazada de ti y además estaba casada –dijo y sonrió. –Sé que le rompí el corazón a Dominic, pero también sé que él ahora está bien –le estire la bolsa y ella rápidamente la tomo.
Al abrir el paquete eran un montón de sobres, creo que son alrededor de 100, vi como sus ojos empezaron a humedecerse y sorbió la nariz. No sabía si darle esto era una buena idea, pero se lo prometí al señor Dominic.
— Mamá –le llame. –Antes que sigamos con esto debo de decirte algo muy importante –ella dejó las cartas y las hizo a un lado. Tomo mis manos y sonrió.
— ¿Qué pasa? –pregunto y me miró directamente a los ojos. Los ojos de mi mamá siempre me han dado mucha seguridad, pero a la vez me dan sentirme culpable.
— Estoy embarazada –dije y ella abrió la boca. Se alejó de mí y empezó a respirar fuertemente.
— Raven... -soltó mis manos y empezó a sobarlas.
— Mamá yo se...
— ¡Felicidades! –se lanzó hacia a mí y abrí mis brazos. –Dios mío, sabía que al final cambiarías de opinión, veras que es lo mejor de mundo.
— Mamá...
— Espero que sea niña, será muy hermosa, ojala saque los ojos de William será una hermosura de niña –empecé a sentir como la presión se me empezaba a juntar.
— Mamá...
— Sabes, si fuera niño, creo que se parecería muchísimo a William, tal vez su cabello cambie un poco de color pero...
— ¡MAMÁ! –grité y en eso ella me miro sorprendida. -¡Escúchame!, tengo miedo, tengo miedo a morir en el parto, tengo miedo de que no sea la mejor madre, tengo miedo porque sé que la familia que estoy formando será muy rara. Victoria se va a confundir más de lo que está, la directora de mi próximo hijo me pedirá que lo lleve a terapia –suspire y ella me tomó por los hombros y me sacudió.
— ¡Raven! ¡calma! –me soltó y le mire mal. –Sé que la vida que tienes es muy difícil, pero sé que encontraras la manera de manejarlo. Sé que serás la mejor madre para él o ella, sé que junto a William podrán tomar las decisiones correctas, solo tienes que respirar –se alejó de mí y le dio un trago a su café.