Me arrodille a su lado, dios mío estaba muy mal.
Perdóname Raven, perdóname
Varias horas después llevaron a Raven a un cuarto, nos pidieron que esperáramos a que ella reaccionara, William habló a su trabajo para que vinieran los del seguro o algo así, yo no quise poner atención porque ahora lo que más me importaba era que ella despertara de la anestesia.
— Nicholas... me acaban de pedir los papeles del seguro, me tengo que ir, ¿puedes quedarte aquí y cuidarla por mí? –asentí rápidamente y sonrió.
— Si, lo que sea por Raven –el tomo mi hombro y lo apretó.
— Gracias, Nicholas, por favor no te sientas culpable de esto –en eso me soltó y se alejó de mí. No sabía si eso me ayudaría o no, pero me hizo sentirme igual de culpable que antes, inclusive peor.
William había pasado casi todo el tiempo llorando, no me culpo en ningún momento, pero yo sí, yo sí me culpaba de su infelicidad, solo esperaba que Raven pudiera perdonarme algún día por esto.
— Familiares de la señorita Raven Wilson –me levante de inmediato.
— Yo, yo soy –respondí y la señorita asintió.
— Sígame, ha despertado.
Abrió un cuarto y me sonrió por última vez, pase y cerró la puerta, no sabía si era correcto esto que estaba haciendo ya que... yo fui el causante de esta tragedia.
Lentamente me adentre, Raven estaba recostada en la cama mirando a la ventana, no tenía ninguna expresión, sin duda el corazón se me estaba rompiendo, sentí un enorme nudo en mi garganta formándose, sabía que si ella me miraba con aquella expresión, yo no estaría bien.
— Hola –dije tímidamente, ella cerró los ojos y observe como las comisuras de sus labios se levantaron, estaba sonriendo.
— Hola, ¿Cómo estás? –pregunto y me acerque a ella. Abrió lentamente los ojos y me miró sin expresión alguna.
— ¿Yo?, dios mío ¿Cómo estás tú? –pregunte y ella negó con la cabeza.
— No sé cómo sentirme...
— Raven discúlpame todo esto es mi culpa –respondí, pero ella negó con la cabeza.
— No es tu culpa, no te culpes nunca por favor. –tomo mi mano y me sonrió. –Nicholas nunca te culpare por esto, estabas enojado y el enojo ciega a las personas.
— Raven... lo perdiste, ¿Cómo puedes estar tan tranquila? –pregunte y su sonrisa se desvaneció.
— Resulta que el bebé tenía problemas del corazón, de cualquier manera hubiera sucedido... eso fue lo que me dijo el doctor –miró de nuevo a la ventana y apretó los labios. –Según el... fue mejor que pasara esto.
— Dios mío, Raven...
— Duele, no lo voy a negar –cerró los ojos. –Por primera vez en mi vida sentí estar llena de vida... ahora es como si me hubieran arrancado ese sentimiento –una lagrima rodo por su mejilla, rápidamente se la limpie y ella sonrió.
La abrace y ella empezó a llorar en mi pecho, la apreté un poco más y sus sollozos se hicieron más fuertes, mucho más fuerte, me estaba rompiendo me dolía ver tanto así a Raven que yo también empecé a llorar. Ambos llorábamos, pero eso no importaba más que ella y yo estábamos ahí, juntos y sintiendo el dolor del otro.
— ¡Raven! –se escuchó la voz de William, me separe de Raven rápidamente y me limpie las lágrimas.
— William... estás aquí.
— ¿Estás bien? –pregunto, Raven sonrió y asintió. –Dios mío...
William le tomo las mejillas a Raven y le dio un beso en los labios, Raven sonrió y él la miro a los ojos. Me aleje lentamente hasta que salí de la habitación, comprendí que ahora Raven debía de estar con él.
Al llegar a casa, todo se encontraba en orden, Victoria estaba en su cuarto de juegos, en cuanto me vio sonrió y corrió hasta mí. Le di las gracias a Lucinda y al poco rato se fue, mientras yo estaba con mi pequeña Victoria, la llene de besos y la abrace.