Estaba cocinando lo más rápido posible, desde que mi mamá murió tenía que hacerlo, realmente no era así ya ella murió cuándo tenía tres años. Mire el reloj, mi papá llegaría en 15 minutos.
Escuché el golpe fuerte en la puerta, sonaba desesperado, apagué la estufa y corrí a la puerta.
-Me voy- su voz era ronca.
-No me sorprende Tiago, ¿a qué fiesta irás? - dije muy tranquila mientras miraba mis uñas.
-Esto es serio Kathy mi padre me llevará a México- alcé la cabeza para mirarle su rostro, se veía preocupado sus ojos estaban rojos y entonces vi esa lágrima.
-Pero que...-su beso me hizo callar, sus manos abrazaban mis mejillas, apartó sus labios lentamente.
-Adiós cariño- no puede irse o es una broma.
-Tiago ya que pasa...-otra vez fui interrumpida, pero esta fue por la bocina del auto que se encontraba en frente de mi casa, ¿cuando llego?
-Tengo que irme- los latidos de mi corazón de aceleraron al ver que se iba, no podía hablar, bajo los tres escalones del porche.
-Te amo- es lo único que salió de mis labios, esas dos palabras las había dicho con lágrimas en mis ojos que ni siquiera me había percatado de estar llorando, él ya estaba a 2 metros lejos, no volteó a verme quería gritarle, pero sólo lograba que más lagrimas salieran de mis ojos. Subió al auto se detuvo antes de subir, por un momento creí que voltearía y no fue así, subió al auto y el chofer aceleró, se fue...
Estaba en mi cama recordando su rostro, sus últimas palabras, se había marchado así de la nada, solloce y limpie mi nariz con la sábana. Empecé a recordar los momentos que pasamos juntos, sus ojos color miel, su cabello café claro, su nariz perfilada...se había ido tal vez para siempre y sólo de pensarlo mi alma se partía en llanto.
No podía seguir, ahora dos personas que amo se han ido, eso me hizo recordar ¡mi papá! No quería levantarme no era sólo eso simplemente no tenía las fuerzas.
Editado: 24.07.2019