Enamorándome del dolor.

Capítulo 2.

Inicio de clases.

Dos meses después.

Tener que estar corriendo para tu primer día de clases no es muy hermoso y menos cuando está lloviendo. Cuando es inicio de clases nunca se hacen cosas importantes, lo importante ya empieza en el tercer día, pero ¿Por qué voy corriendo si es primer día de clases? Fácil, mi amiga Sarah me dijo muy “amablemente” que fuera y no la dejara sola, según ella.

Al llegar a la universidad veo que están muchos estudiantes en la entrada. Algunos saludándose o simplemente esperando a sus amigos para poder hablar de todo lo que hicieron en vacaciones. Fui a dirección para que me dieran mi nuevo horario y mi primera clase es matemáticas, se me da bien pero no quiero estar pensando tan rápido el primer día.

Al caminar por los pasillos me encuentro con Nathe y decido saber cuál fue el motivo que no me despertó para poder llegar juntos. Nathe y yo rentamos un departamento en el cual vivimos los dos aunque a veces nos quedamos con mamá para hacerle compañía y no se sienta tan sola.

—Hey, ¿Me puedes decir el motivo del porque tu llegaste más temprano que yo? —dije remarcando un poco más la palabra temprano

—Hola, Cora. ¿Cómo amaneciste? Espero que bien ya que yo también amanecí genial. Me encanta como está el día aunque haya personas que llegan a sus escuelas con el pelo mojado porque se les olvida que existe algo que se llama paraguas—su tono era sarcástico, se estaba riendo de mí por verme como llegue a la escuela.

—Nathe—exclame para que me dijera la verdad

—Tienes que hacerte responsable, tienes 20 años—cerro su casillero para verme—No puedes estarte desvelando sin motivo alguno y siempre lo haces—sabía que quería empezar una mini pelea, siempre quiere ganar.

—Era el último día de vacaciones y lo tenía que aprovechar desvelándome—y yo estaba dispuesta a seguirle con esa pelea

—Hola guapos—dijo una Sarah muy contenta.

Sarah es mi mejor amiga desde la secundaria, ella sabe todo de mí como yo sé todo de ella. Le hable porque veía que no le hablaba a nadie y mi curiosidad fue tanta para saber si ella me hablaba. Es una chica agradable, linda pero a veces enojona.

—Hola—saludamos Nathe y yo— ¿Por qué tan feliz?—siempre está feliz pero hoy está más feliz de lo normal

—Cariño, me tengo que llevar a esta pelirroja falsa para hablar con ella a solas—le dijo a Nathe

—Adiós, castaño—grite un poco ya que Sarah me llevaba casi corriendo lejos de él.

— ¿Qué es lo que me tienes que contar?—estaba curiosa sobre lo que me iba a decir

— ¿No has escuchado la noticia?—pregunto sorprendida y yo negué con la cabeza—van a ingresar personas de otras partes del mundo a esta universidad

— ¿Y eso te emociona? ¿Piensas que en esos ingresos de alumno vas a encontrar al amor de tu vida?—Pregunte riéndome. Sarah es una chica que no dura mucho con sus relaciones y siempre ha pensado que el amor de su vida se encuentra lejos de ella.

—Cariño, yo ya encontré al amor de mi vida—dice sonrojándose un poco—Desde hace mucho lo conozco pero apenas vamos a intentarlo

— ¿Y por qué no me lo presentas? Conocí todas tus relaciones anteriores y que ahora no me lo quieras presentar, le da un toque de misterio a tu intento de relación—dije dudosa.

—Pronto va a llegar el día en que te lo presente—contesto nerviosa— ¿De acuerdo?

—De acuerdo pero ya me tengo que ir a clase, no quiero llegar tarde y que el maestro se enfade al primer día—la acompañe a su casillero y antes de dejarla sola le pregunte— ¿Nos vemos a mitad de las clases?—asintió y ahora si me dispuse a ir a mi clase

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Mis clases estaban pasando muy rápido. Estoy caminando para ir a mi próxima clase, al caminar por el pasillo veo a todos hablándose y como todo tipo de escuela existen los típicos grupitos de “populares”, de “deportistas”, de “invisibles”, etc. No soy una persona que le guste estar rodeada de gente, tengo como 3 amigos y por mí son suficientes así que no se a que “grupito” me hayan puesto.

Al llegar a mi salón aún se encuentra vacío por lo que decido irme a sentar hasta el fondo y me pongo a escuchar música e intento descansar en la mesa del pupitre, me estoy quedando dormida hasta que siento que me empiezan a revolver el pelo y a abrazarme.

—Mi niña rara—Un contento Andrew aparece en mi vista— ¿Por qué te estabas durmiendo? De seguro te fuiste a una de esas fiestas en las que se acaban como hasta las seis de la mañana y haces cosas que al día siguiente no te acuerdas—dice tomando asiento enfrente de mí y riéndonos

Y ese es mi amigo Andrew. Es un hombre al que le gusta decir cosas solo para hacerte reír aunque no tenga mucha coherencia lo que dice. Aunque suene raro mucha gente piensa que somos pareja ¿Por qué? Porque siempre estamos tomados de la mano o dándonos abrazos pero somos mejores amigos, el me trata como si fuera una hermana pequeña para el.



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En el texto hay: adolescentes, amor, suspenso

Editado: 16.11.2019

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