Enamorándome del lobo

12

  En cuanto mi humanidad salió a la superficie del agua, me sujeté del cuello de Connor, estando muy cerca para mi gusto. Pero es que está hondo y no sé nadar. Pensé que estaría seco.

  Connor sonrió.

  —Yo ... —empezó diciendo, con cierto tono de nerviosismo.

  - No te ilusiones, —espeté - Lo que pasa es que ... No sé nadar - confesé.

  Sufrieron su cuello con mis brazos y se pudieron decir que él rodeó mi cintura con los suyos. Por lo menos así no me ahogaré.

  - ¿En serio? —Inquirió, asombrado.

  Fruncí el ceño.

  - ¿Nunca habías conocido a alguien que no sabe nadar? —Cuestioné.

  Negó

  Nuestros rostros estaban muy cerca por eso yo esquivaba su mirada. Hundía mi cabeza en su cuello. Cualquiera que nos viera así pensaría que somos pareja. Y entonces me acordé.

  Kayler

  Volteé a verlo. Estaba mirándonos, sé que estaría algo lejos pero se echaba de ver que estaba enojado. Tuvimos las manos apretadas y, de pronto, se dio la vuelta y se fue. ¿A dónde vamos ido?

  —Te apuesto a que viene para acá. —Comenta Connor, mirando en la misma dirección que yo.

  - ¿Porqué se odian? —Pregunté, mirándolo a los ojos.

  Resopló

  —Es ... Complicado. Simplemente no confíes en él. —Me pide.

  ¿A qué se refería?

  Seguí viendo en dirección a su casa. De pronto él salió y se montó en su auto para después de arreglé super rápido y perderse en el camino.

  —¿Crees que venga? —Cuestioné.

  —Te lo apuesto.

  Si ... Ya extrañaba estos enfrentamientos. Connor seguía sosteniéndome de la cintura, de pronto me entraría en ganas de salir del agua antes de que viniera Kayler. Pero el rostro de Connor detectó mi atención. Estaba intacto, como la semana pasada no le hubieran dado una paliza.

  —Oye, tu rostro está intacto; es como si Kayler no te hubiera hecho nada - confesé.

  Noté que se tensó.

  —Sano muy rápido.

  No quería preguntar más; así lo dejé.

  —Deberíamos salir. —Comenté.

  Pude observar una chispa de decepción en sus ojos y en ese momento me quise bofetear yo misma.

  -Todo bien.

  Empezó a nadar conmigo hacia el pequeño muelle. Me sostuve de la tabla para poder subir; Connor subió primero y podría mi mano, haciendo que en dos por tres podríamos de pie en el muelle.

  Me impresioné un poco.

  Estaba por ponerme mi ropa cuando un coche a toda velocidad se escuchó venir, se estacionó rápidamente y de él salió Kayler.

  Ay no

  Caminó hacia nosotros y se posicionó frente a Connor que también lo enfrentó.

  —Veo que no pierdes tiempo. —Espetó Kayler.

  —Y veo que no tienes autocontrol. —Contraatacó Connor.

  —¡Por favor, no vayan a ponerse a pelear otra vez! —Espeté interponiéndome entre los dos.

  Tenía un Kayler frente a mí, él bajó su mirada encontrándose con la mía.

  —Tú y yo tenemos que hablar. Sufrió.

  Suspire profundo. Volteé a ver a Connor.

  —Connor —comencé diciendo, pero no era necesario seguir para que se diera cuenta de lo que le iba a decir.

  Sonrió

  -Como quieras.

  Parpadeé confundida. ¿Se enojó? No pude evitar sentirme mal por eso.

  Cogió su pantalón y caminó hacia su auto para después irse. Ahora sí, a enfrentar a Kayler.

  —Me siento muy decepcionado de ti —empezó— Eso solo es mío —señaló mi cuerpo, Que todavía seguía en ropa interior, No tienes porqué enseñárselo a cualquier imbécil y menos al estúpido de Connor.

  Bufé

  - ¿Es en serio, Kayler? —Cuestioné, agarrando mi ropa Segu ¿Seguimos en lo mismo? —Empecé a caminar a la casa.

  —Sé que también sientes lo mismo que yo. —Me siguió el paso. —Admítelo.

  Abrí la puerta y esperé que él entrara para cerrar.

  —Kayler —lo llamé— ¿Te das cuenta de lo que estas diciendo?

  Asintió.

  —Digo las cosas como hijo. —Se acerca de peligrosamente a mí.

  Su mano toca mi cintura y con la otra acaricia mi mejilla. Su toque es cálido. ¿En qué momento me dejé llevar por él? ¡Me está tocando y no estoy haciendo nada!

  —Carolina —susurra, hundiendo su cabeza en mi cuello. El solo tacto hace que mi cuerpo se estremezca. —Eres tan preciosa ... Tan hermosa.

  Sentí un suave cosquilleo en mi estómago. Ahora me doy cuenta la falta que me hizo este idiota. Pero ¡alto! Él tiene novia.

  Lo empuje.

  —Kayler, no deberías decirme todas esas cosas. ¡Tienes novia! —Exploté.

  Caminé por toda la habitación exasperada. No puedo creer que estamos quitando al novio a una chica.

  -Error. Tenía.

  Eso hace que lo mire de inmediato.

  -¿Qué?

  —Tenía. Lo de Paige era algo así como ... Por aparentar ser "la pareja perfecta". —Rió —Nunca estuve de acuerdo pero ... —se detuvo - Así lo decidieron.

  Enarqué una ceja.

  - No pareces del chico que recibe órdenes.

  Sonrió sentándose en el sofá.

  - No lo soy —confesó - Eso era algo que debía hacer pero ya no. Ya me cansé. Ahora encontré a la persona con quién sí quiero estar —me miró— Y no voy a dejar que nadie me la bastante.

  ¿Y esa persona soy yo? Digo, porque si no fuera yo no me hubieras dicho que soy suya, ni yo estaríamos espantando a ningún chico que se me acerque.

  —Y prefiero que te pongas tu ropa —me acerca del corto y la camisa— No es bueno que estés así. Por tu propio bien.

  Fruncí el ceño.

  - ¿Qué quieres decir? —Cuestioné, cogiendo mi short y poniéndomelo.

  —Soy hombre, Carolina.

  Sí, creo que entendí.

  Después de ponerme el short me puse la camisa. Mas tarde cuando se vaya este me pondré una ropa interior seca.

  —¿Cómo está tu tobillo? —Preguntó.

  Me envió a la par suya y encendí la televisión.

  —Mejor. Ya no me duele.



#173 en Thriller
#57 en Suspenso
#379 en Fantasía

En el texto hay: hombres lobo, romance, amor

Editado: 27.11.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.