Enamorándome del lobo

16

  Fruncí el ceño ante lo que dijo Anne. ¿Él es Scott? ¿Kayler y él se conocieron? ¿Fueron amigos? Kayler estaba muy sonriente con el chico, estaban como en una especie de parrillada, atrás se vieron ver a los chicos del grupo de Kayler y un señor mayor, quizás sea el padre de Kayler. También estaba una chica mirando con el ceño fruncido a Scott y Kayler. Al parecer no le agradaba mucho que iban amigos.

  - ¿Scott y Kayler eran amigos? —Pregunté, poniéndome de pie.

  —Sí, eran muy amigos. —Respondió. - La mamá de Scott debió olvidar esa foto —comentó.

  Pobre Scott. Quién diría que moriría tan joven y de una forma tan cruel. No era nada feo. Es una lastima.

  —Vamos —me cogió Anne del codo.

  - ¿La llevamos? —Inquirí.

  La pensó un poco.

  -I don't know.

  Subimos hacia mi habitación y dejé el retrato en mi mesita donde anoche tenía mi foto que el tarado de Kayler se llevó; ¿Para qué querrá una foto mía? ¿Me haré brujería?

  Solo estupideces pienso.

  —¡Niñas, ¿qué hacen tanto? —Se escucha gritar a mamá.

  Bajamos y nos dirigimos al muelle en donde estaba Mike y mamá empujando el pequeño bote al agua, hasta que lo lograron. Nos acercamos a ellos.

  —Aquí están —dice Anne, entregándole las cañas de pescar a mamá.

  Observé la casa de Kayler, afuera había movimiento; estaban sacando una parrilla y poniendo sillas, tal y como había visto en la fotografía. Una parrillada Estaban todos los chicos amigos de Kayler y las amigas de Paige, pero no había ni rastros de él.

  —Pónganse esto-dijo, entregándonos unos salvavidas. Cogí el mío.

  - ¿Es necesario? —Cuestioné. Mamá y Mike ya se habían terminado de poner. Anne solo se encogió de hombros y comenzó a ponerselo también.

  —Sí, todo puede pasar estando en la profundidad del lago. Además, me siento más tranquila si vamos protegidas. —Contestó.

  Mike buscó los remos y le dio la mano a mamá para que subiera. Tenían un pequeño valde en el bote con unas cosas raras. ¿Será carnada?

  —Mira quién salió por allá —ronroneó Anne, mirando en la dirección de la casa de Kayler.

  Miré también. Allí estaba él con ... Paige siguió el paso.

  —Vamos, niñas, suban. —Apura mamá.

  Cogí la mano de Anne y empezamos a subir al pequeño bote. Estaba nerviosa. Nos sentamos en medio, mientras Mike comenzaba a remar hacia el centro del lago.

  —¡Esto será divertido! —Exclama mamá.

  Le sonreí, alzando las cejas. Anne también.

  —Oh, ahora somos el centro de atención. —Susurra Anne.

  Miro hacia la casa de Kayler. Todos los presentes, incluyéndolo a él nos están mirando divertidos. Algunos chiflan y mamá lo único que hace es saludarlos con la mano. Que ridículas nos debemos de ver con estos salvavidas.

  —Bueno, llegamos —dice Mike, dejando de remar y buscando el balde con las cañas.

  Estábamos en el centro del lago, frente a la casa de Kayler, de aquí se miraba más. Y es obvio que ellos no nos dejan ver y murmurar cosas. Ahora creo que es una mala idea haber venido ... Pero ¿sabes qué? No me importa, nos vamos a divertir y punto.

  Me puse de pie y arrastré a Anne conmigo. El bote se movió un poco, haciendo que nos detuviéramos en seco.

  —Con cuidado —dice mamá, dándonos una caña.

  - No sé hacerlo —confieso, arrugando mi nariz por un olor a muerto. Ah, es la carnada que está sacando Mike.

   -Es fácil, solo tienes que mantenerla y esperar a una pez muerda el anzuelo, después solo tiras de el —explica Mike.

  Mike tiró la carnada al lago y también puso algo de ella en el anzuelo de nuestras cañas. Los cuatro nos sentamos a esperar que un lindo pezito se deje atrapar.

  De vez en cuando miraba a Kayler, él me estaba observando. Teníamos varios minutos así hasta que sentí que me movió la caña y entonces todos nos pusimos de pie de inmediato.

  —¡Creo que tengo uno! -Dije.

  —¡Tira, Carolina, tira! —Decía mamá.

  Es lo que hago. Creo que es uno grande.

  —Te ayudo —Anne me ayuda a sacar al maldito pez pero nada.

  Mike y mamá se unieron para ayudarnos, pero mientras más tirábamos más resistente se ponía.

  —¡No se puede! —Grité.

  Creo que éramos el centro de atención porque todos los chicos nos estaban mirando, pero lo increíble es que daban palabras de aliento para lo que podríamos sacar.

  En el bote era un caos, creo que estaba mareada por tanta movedera, Mike tirando de un lado, mamá del otro, Anne a la par mía ya mí ya me dolían las manos.

  —¡No hagan tanto movimiento, nos vamos a caer! —Chilla Anne. Creo que ella tampoco sabe nadar.

  —¡Saquen a ese pez, no dejen que las venza! —Gritó alguien. Los cuatro en el bote volteamos a ver al responsable del grito. Era un señor, creo que es el papá de Kayler. Los chicos atrás asentían con la cabeza y Kayler solo se ponía a reír.

  Maldito Me las paga.

  Seguimos así pero la caña se soltó de nuestras manos, yendo a parar al agua. La movida hizo que perdiéramos el equilibrio y cayéramos al agua.

  —¡Aahh! —Gritamos Anne y yo al unísono.

  Me sumergí bastante hondo por la caída pero luego salí a la superficie gracias al salvavidas. Es ahora cuándo le doy las gracias a mamá por esto. Tosí un poco porque me ha impedido haber tragado agua. Mire a mi alrededor para buscar a mamá, Mike y Anne. Ellos empezaron a salir, también tosiendo.

  -¡Mamá! —La busqué. - ¡Ana! —Volví a buscar pero no estaba. -¡Ana! 一 seguí gritando.

  Mike tenía una mamá.

  De pronto algo salió a la superficie a la par mía.

  Ana

  —Anne, ¿estás bien? —Pregunté, mientras yo me acercaba a ella.

  —Sí —asintió, empezando un lanzador.

  —¡¿Estan bien?! —Preguntó otra vez el señor.

  Miré en su dirección. Todos estaban atentos a nosotros, hasta estaban acumulados en el pequeño muelle que se parece al mío. Kayler me miraba preocupado, algo que podría haber llegado pero no podría.



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En el texto hay: hombres lobo, romance, amor

Editado: 27.11.2023

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