Me quedé paralizada, muda, de pronto sentía que me faltaba el aire. Mi corazón empezó a latir mas rápido de lo normal. Ahora me pongo a pensar en todo lo que he pasado en este poquito tiempo que llevo viviendo aquí. Jamás pensé que al venir aquí iba a encontrar a Kayler, bueno, al principio me cayó mal, lo admito, pero por alguna extraña razón se fue desvaneciendo ese odio y fue creciendo algo más... Algo que no puedo explicar pero ahora me aterra la idea de estar sin él, ahora solo quiero tenerlo cerca de mí, me hace falta caundo no está. Es como una ansiedad hacia algo. Es como mi droga.
Ahora que lo tengo frente a mí, bajo la luz de la luna, pidiéndome que sea su novia es, sin duda, increíble. Quién iba a pensar que alguien como Kayler diga palabras cursis como las que dijo, no me parece raro, sino tierno. Demasiado. Pero ¿y si está jugando conmigo? ¿y si termino con el corazón roto? No quiero sufrir, aunque creo que ya estoy muy adentro por si me quiero salir, además Kayler me parece... Sincero. Justo ahora lo noto impaciente. Puedo ver sus pupilas dilatadas mientras me observa.
—Kayler, esto es... —comencé diciendo—Nunca pensé que tú...
—Solo di que sí —me interrumpió.
¿Ese es Kayler? ¿El chico rudo, celoso y cerio? No lo reconozco, de veras que no. Pero no quiero decirle que no. Yo quiero ser su novia.
—Sí, Kayler —sonreí—sí quiero ser tu... —no terminé la oración porque rápidamente unió sus labios con los míos. Parpadeé un par de veces pero luego cerré los ojos para seguirle el beso.
Fue un beso suave, lento, solo él y yo, sin ninguna prisa, apreciando el momento. Viviendo el momento.
Quedamos con nuestras frentes unidas.
—Sabía que dirías que sí. —dijo en un susurro.
Y ahí viene el verdadero Kayler.
—¿No me iba a resistir a tu encanto? —cuestioné.
Rió.
—No. Aunque admito que en algún momento me pasó por la cabeza la posibilidad de que dijeras que no. —nos separamos.
—Lo pensé, ¿sabes? —mentí. Porque lo único que hice fue pensar en mi mente "sí quiero".
Se hizo el ofendido.
Elevó su vista a la luna. Yo también lo hice. Ahora somos novios. ¿Es enserio? ¿ahora soy novia de Kayler? ¡ahora soy su novia! ¡somos novios! ¡sii!. Okay, mucha emoción por hoy.
Esperen, de tanta felicidad se me olvidó por completo que hace unos minutos estuve frente a uno de esos enormes lobos, bueno no a cualquiera, es a mi guardián. Todo esto aún me parece muy extraño, desearía tener todas las respuestas que quiero, pero la persona que me las puede dar la tengo a la par y con él es imposible. Piensa, Caro, piensa. También podría ser el amigo de Kayler, cuyo nombre se me olvidó, sí tal vez él pueda ayudarme. Tengo que hacer todo esto sin que Kayler se de cuanta.
Él piensa que voy a dejar esto así como así, no, cuando algo se me mete a la cabeza imposible que me lo saquen.
—¿En qué tanto piensas? —preguntó.
Lo miré.
—En... Cosas —respondí sonriendo—Oye, ¿vendrás hoy a mi casa como ayer?
Cuando durmió conmigo.
Entrecerró los ojos.
—Puede ser. —murmuró— ¿porqué?.
Para asegurar con llave la ventana.
—Por nada.
Puede que sea mi novio pero yo sigo siendo la misma. Mi mamá nos puede encontrar así y quién sabe que vaya a pasar. Prefiero mantener las aguas calmas. Aunque admito que dormir con Kayler se siente bien, y más con este frío, él me calienta. No sé pero siempre vive calentito.
Kayler se pone de pié y me da la mano para hacer lo mismo.
—Me tengo que ir —se rasca la nuca—Mi padre y yo haremos... Un trabajo.
¿Un trabajo? ¿de noche?
—Está bien. —asentí.
Se acercó y acarició mi mejilla con su mano derecha, mientras que la otra la puso en mi cintura, atrayéndome más a él.
—Paso por ti mañana para que nos vayamos juntos a la escuela. Como siempre.
Se inclina y me besa. Besa taan bien. Sus labios tan suaves. Encajan a la perfección con los míos. Si pudiera pasaría toda la vida besándolo.
Qué cursi me he puesto.
Nos separamos y empezamos a caminar a su auto... Un momento, ¿dónde está su auto?.
—¿No trajiste el auto? —pregunté, mirándolo con recelo.
—Eh, no, vine caminando por el bosque. —respondíó.
Fruncí el ceño.
Si vino caminado por el bosque ¿porqué no se encontró con el lobo que minutos antes me visitó? ¿acaso es su mascota o qué? ¿solo a mí me salen lobos?.
Muchas preguntas.
—Ah, entiendo. —dije. —No... ¿no míraste nada... Mientras venías por el bosque? —quise saber. Casual.
Su semblante se puso cerio.
—No. —espetó. —Carolina, ya te he dicho que no tienes porqué tenerle miedo al bosque. No es malo.
¿Dónde había escuchado eso?
—No es por el bosque, sino lo que hay en él.
¿Y dónde había dicho eso también?
Me miró. Una mirada amenazante. Incluso dio miedo. Es mejor no preguntar.
—Me tengo que ir. Te veo mañana. —dio la vuelta y empezó a caminar hacia el bosque.
¿Se enojó?
No pude evitar sentirme algo triste. Genial, siempre la cago. Di la vuelta y empecé a caminar hacia la puerta principal de mi casa, pero, de pronto, algo me jaló del codo y choqué contra un abdomen, muy plano.
Kayler.
—¿Pensabas que me iría así como así? —cuestionó.
Fruncí el ceño.
Él se inclinó y me volvió a besar. Sí, nos besamos como por unos seis segundos y nos separamos.
—Ahora sí me tengo que ir. —murmuró—Y por favor, ya no pienses cosas que te confunden más y más. Solo deja las cosas a como están. —eso sonó más a una orden.
—Bien. —dije por último.
Siempre termino accediendo.
Ahora sí, se fue, perdiéndose en el misterioso bosque. Hay niebla, mucha, por eso ya no lo puedo ver más. Solo espero que no le pase nada, aunque se sabe defender solo. Iba a dar media vuelta para entrar a casa pero de pronto escuché un aullido. Eso me puso en alerta, ¿y si le salió ese lobo a Kayler? No, no creo.
Editado: 27.11.2023