Enamorándome del lobo

24

  Estaba algo preocupada, no sabía lo que iba a pasar en los siguientes minutos, porque faltaba poco para llegar a mi antigua preparatoria, ya casi era medio día, Anne estaba a mi lado algo dormida, nuestros compañeros estaban algo emocionados porque conocerán otra escuela, las chicas solo pensaban en "Espero que hayan chicos guapos" Bah. Los conozco a todos y... Bueno, sí, hay varios chicos guapos pero todos son superficiales y los típicos chicos mujeriegos y populares. El auto bus en donde iba Kayler estaba más adelantado que el nuestro, supongo que esos ya habrán llegado.

  Dios, no quiero llegar.

  Ojalá que Will se haya enfermado hoy y no haya llegado a clases. Ojalá. Miré por mi ventana las casas, las tiendas, esas mismas en las que alguna vez entré. Sonreí para mi misma. Sin embargo, ya no me siento parte de este lugar, ya no. Ahora siento que pertenezco a otro lado, con otra persona.

  Anne se removió a mi lado y bostezo.

  —¿Ya llegamos? —preguntó, chasqueando.

  —Sí, —respondí.

  Frunció el ceño.

  —Te ves preocupada... —comentó, analizándome.

  —Bueno, estoy algo nerviosa —admití.

  —Sí, dícelo a tu pobre uña —rió, señalando mi dedo meñique, porque me estaba comiendo la uña. Lo sé, es asqueroso. Lo siento, estoy ansiosa, nerviosa... Y todo lo que termine en osa.

  Sonreí.

  —Relájate, —me calmó.

  El auto bus empezó a entrar al estacionamiento de la gran preparatoria Jhonson. Los chicos estarán almorzando en la cafetería por lo que mirarán todos nuestra llegada. El otro bus en el que venía Kayler ya estaba estacionado y todos estaban afuera esperándonos, incluido su maestro que venía encargado de ese grupo. Todos estaban en grupos diferentes.

  Divisé a Kayler y a su grupito, los únicos vestidos de negro y con cara amargada, Ash, ahí está Paige siempre pagada a mí novio.

  En cuánto el auto bus se detuvo nos apresuramos a bajar. Anne me cogió del brazo. Ya estando abajo nos dirigimos a los otros chicos.

  —Bueno, chicos, esta será una charla de mas o menos una hora y media, estaremos saliendo como a eso de las dos y media o tres de la tarde, así que por favor no se pierdan. —dijo nuestro profesor.

  —La charla comenzará después que termine la hora de almuerzo —continuó el otro profesor. —Así que si quieren pueden ir a conocer la preparatoria. —finalizó.

  De inmediato miré que Apolo cogió del brazo a Anne y se la llevó para la entrada, dónde la mayoría ya iba. Sentí como alguien me rodeó la cintura. Sonreí.

  —¿Vamos? —sugirió Kayler en mi oído.

  Me volteé hacia él.

  —Vamos.

  Entrelazamos nuestras manos y empezamos a caminar hacia la entrada principal de Jhonson. Miré a alguna que otra chica ya conocida, ellas me quedaban viendo con la boca abierta... Bueno, más a Kayler. Pues claro, jamás pensaron que alguien como él estaría con alguien como yo.

  Se sentía algo incómodo que te queden viendo así, ni disimulan. No he visto a ninguna de mis amigas, ni a Will, gracias a Dios, supongo que están en la cafetería. Pues no pienso ir allí.

  —¿Vamos a la cafetería? —se detuvo Kayler, como leyéndome el pensamiento.

  —No. —me apresuré a decir. Enarcó una ceja. —Es que quiero ir al patio trasero, sí. Ahí pasaba la mayor parte del tiempo. Sola. —me corregí.

  —¿No tienes hambre? —preguntó, ignorando mi excusa.

  La verdad me moría de hambre, en la mañana solo tomé café.

  —Pues un poco, la verdad. —dije—. Pero podemos almorzar después.

  Achicó los ojos.

  —Como quieras. —aceptó, de mala gana. Me cogió de la mano y me arrastró hacia lo que sería el patio, en donde estaban varios chicos jugando fútbol, y algunas chicas haciéndole barra. Pude reconocer a una de ellas.

  Oh, no.

  Vanesa.

  Ella estaba con otra chica de tercero, cuyo nombre no recuerdo.

  Nos detuvimos y quedamos viéndolos jugar, pero sentía la mirada de Kayler en mí, como mirando mis expresiones o así.

  Vanesa no me ha visto.

  Lo bueno es que no he visto a Will.

  Qué alivio.

  —¿No es ella una amiga tuya? —preguntó Kayler, cruzándose de brazos y señalando a Vanesa.

  Lo miré interrogante.

  —Miré una foto tuya con ella.

  Abrí los ojos dela asombro. Ah, ha de ser la foto que subí.

  —Sí, ella es.

  —Se mira muy feliz, —comentó—como si no extrañara a nadie.

  —¿Eso fue una indirecta? —cuestioné, mirándole.

  Rió.

  —Algo así. —me miró también.

  Le sonreí.

  —¡CAROLINA! —escuché que gritaron tan fuerte que todos los del equipo de fútbol voltearon a ver.

  Sip, Vanesa ya me había visto y venía corriendo hacia mí.

  Sonreí.

  En cuánto llegó donde mí me abrazó.

  —¡No puedo creer que estes aquí! —chilló.

  Nos separamos.

  —Yo tampoco. —susurré.

  Miró a Kayler y su semblante se puso modo coqueto.

  —¿Y tu amigo quién es? —preguntó seductora.

  Rodé los ojos.

  —Soy Kayler. —sonrió él, mientras le estrechaba la mano. Lo miré mal. Vanesa la tomó encantada, ignorándome por completo.

  ¿Qué les pasa?

  —Mucho gusto, Kayler, soy Vanesa, pero me puedes decir Vane. —dijo ella.

  Rápidamente separé sus manos y me puse delante de Kayler, quién ahorita me va a escuchar.

  —Okay, sí muy bonito que se hayan conocido pero, Vane, nosotros vamos a ir a la cafetería así que nos vemos al rato, ¿está bien? —y dicho eso jalé a Kayler del brazo y lo arrastré conmigo.

  Solo alcancé a escuchar un "pero..." de ella, lo ignoré.

  Kayler venía riendo detrás de mí, mientras lo arrastraba conmigo hacia la cafetería.

  —Ya, deja esos celos. —me molestó.

  —No puedo creer que hayas hecho eso en mis narices. —le reclamé.

  —Calmate, fue divertido.

  Reí si ánimos.

  —Muy divertido —dije con sarcasmo.

  Nos detuvimos frente a la cafetería.



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En el texto hay: hombres lobo, romance, amor

Editado: 27.11.2023

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