Fruncí el ceño, completamente confundida por lo que me dijo Will, eso no puede ser posible... ¿o sí? Kayler es como cualquier otra persona, Will solo dice esto porque quizá el medicamento le está haciendo decir cosas que no son, solo está delirando. Dicho eso último se volvió a poner la cosa esa para respirar y cerró los ojos, al parecer el sedante que le habían dado ya estaba haciendo efecto, su mano perdía fuerza así que me pude soltar.
—Descansa. —susurré, mirándolo y debatiendo lo que me había dicho. No sé si creerle o no. Lo más lógico sería no creerle, porque los ojos de Kayler no pudieron cambiar de forma.
Confieso que a veces se los miro muy oscuros, más de lo normal pero es solo cuando se enoja, nunca le miré nada extraño y así. Will se confundió. De igual forma tengo que hablar con Kayler. Salí de la habitación y me dirigí a Connor, quién tenía la mirada en su celular, como mandando un mensaje o algo parecido.
—Connor, —lo llamé, él al percatarse de mi presencia se puso de pie de inmediato y guardó su teléfono celular en su bolsillo delantero. —¿Nos vamos?
—Sí, —empezamos a caminar a la salida—Por cierto, llamé a la mamá de ese tipo. —comentó.
Rodé los ojos al escuchar cómo lo llamó.
—Se llama Will. —espeté.
—Como sea, la cosa es que la señora dijo que estaría aquí en una hora o algo así. Al parecer tenía mucho trabajo. —finalizó.
Ese siempre ha sido el problema con la señora Soto, lo más importante para ella es su trabajo, me da lástima por Will. Llegamos a la salida y de inmediato divisé un coche color gris. No es el auto que Connor usa pero me imagino que es en el que nos iremos a la preparatoria.
—¿Y este coche? —quise saber.
Connor se adelantó a abrirme la puerta, pensativo por mi pregunta. Un poco tenso también, me di cuenta por cómo se rascó la nuca.
—Lo alquilé. —respondió.
Achiqué los ojos y me subí.
No pregunté más, de por sí siempre tienen una respuesta coherente a lo que pregunto.
Connor arrancó y empezamos el trayecto a la preparatoria, yo sabía que este día iba a terminar mal, bueno, y eso que todavía no termina, quién sabe qué más cosas me encontraré en lo que resta de día.
—Yo no me quedaré, Carolina, solo te dejaré en la preparatoria y después me iré para nuestro pueblo. —murmuró a lo bajo.
Lo miré de inmediato, él me dió una mirada rápida.
—¿Qué? —cuestioné. —Pero... —me interrumpió.
—Puedes venir conmigo si quieres.
Lo medité un poco, si me voy con Connor puedo llegar más antes y así buscar a Kayler para hablar con él, pero antes tengo que buscar a Anne, no la puedo dejar sola, también me tengo que despedir de las chicas.
—Ya sé lo que haré, me iré contigo pero antes tengo que pasar por la preparatoria para hacer algo. ¿Me esperas? —lo miré.
—Sí, está bien.
Al llegar a Jhonson no había nadie afuera, ni un estudiante, supuse que estaban en clase y que los demás en la charla. Connor me siguió, nos dirigimos al salón principal, medio entre abrí la puerta para verificar que ahí estaban.
Pude divisar a Anne en un asiento que estaba casi cerca de la puerta, junto con Carla y Vane al lado.
—Psss... —sitié. Nada. —Psss.
Ahora sí Anne volvió a ver, de inmediato le hice una seña con la mano para que viniera. Carla siguió la mirada de Anne hasta llegar donde mí, pude ver que articuló mi nombre en sus labios. Volví a hacerles seña con la mano para que vinieran. Carla le tocó el brazo a Vane y las tres salieron con demasiada sigilosidad para que el profesor no las viera.
—Carolina, ¿cómo está Will? —preguntó Carla al llegar donde mí.
Cerraron la puerta detrás de ellas y pudimos respirar tranquilas al quedar solas en el pasillo.
—Se va a poner bien, su mamá iba a llegar al hospital, ella lo cuidará. —respondí.
Hicieron una mueca de alivio.
—Anne, —me dirigí a ella—Me tengo que ir, no esperaré hasta que esta estúpida charla termine, me voy a ir en el coche con Connor. —le expliqué.
—¿Qué? No me quiero quedar sola aquí, Y mucho menos ir sin compañía en el auto bus... —murmuró, de brazos cruzados—¿Hay algún problema si me voy con ustedes? —quiso saber.
Miré a Connor, quién estaba arrecostado en los casilleros.
—Creo que no. —susurré.
Vane miraba a Connor como si fuera un chocolate a punto de ser devorado por ella.
—Me he dado cuenta de que en tu nueva escuela hay chicos super buenos. —dijo, con descaro.
Le sonreí.
—¿Verdad que sí? La primera vez que llegué me quedé impactada —me uní a ella, por una extraña razón... ¿qué estoy haciendo? —¡Me estás distrayendo! —reí.
Ellas rieron.
—De todas formas me da gusto volverte a ver. —confesó Carla, su voz era sincera.
—Nos da gusto. —corrigió de inmediato Vane. Y las dos vinieron y me abrazaron.
—A mí también me dio gusto verlas —murmuré, con algo de nostalgia.
—Qué hermoso reencuentro —Anne se puso delante de mí con sus manos juntas viendo la escena.
Nos separamos.
—Quizá un día te visitemos. —comentó Vane.
—O tal vez a pasar un fin de semana, para conocer su ciudad... Su escuela. —continuó Carla. Ya sé por donde iba eso de conocer supuestamente mi escuela... Sí, quieren ver si hay chicos guapos y ligárselos.
—Eso sería increíble —les hice saber con entusiasmo. —Me avisan, ¿he?
Ellas asintieron felices y nos despedimos. Volvieron a la charla mientras que nosotras nos dirigimos al coche, Connor caminaba a la par mía.
—Anne se irá con nosotros. —le dije.
Sólo asintió.
Al llagar al coche me senté en el asiento trasero junto con Anne, mientras Connor conducía. Me sentía cansada, agotada, será porque no he comido nada desde que amaneció. Me arrecosté en el hombro de Anne y cerré los ojos, nos esperaba un largo viaje.
***
—Carolina, despierta, llegamos. —la voz de Anne me hizo abrir los ojos lentamente.
Editado: 27.11.2023