Nota de la autora: ¡Estoy tan emocionada!
Disfruten este capitulo, los amo :)
~Quiero pedirte algo~
Ellie Brown
Mis pulmones aclaman aire. Así que me detengo en medio del pasillo para coger una bocanada de este. Me recargo en los casilleros que se encuentran cerca de mí y cierro los ojos sintiendo mi pecho arder por la falta de aire.
Mi condición física apesta. Tengo que agregar el correr por lo menos diez minutos a mi lista de cosas que tengo pendientes por hacer y que jamás hago porque me gana la pereza. Y justo hoy he corrido más de lo que he hecho en toda mi vida.
Si se preguntan si llevo deportes en el colegio, déjenme decirles que sí. Pero cuando se trata de correr siempre he buscado la manera de escabullirme de inmediato de ese lugar y regreso cuando los juegos inician. Estoy inscrita en el equipo de voleibol, pero en mi equipo está la que siempre quiere pegarle a la pelota y siempre la dejo hacerlo. Es todo suyo el juego.
Mi respiración vuelve a su normalidad y creo que es hora de volver a correr si quiero llegar a tiempo. Inspiro hondo antes de comenzar con mi carrera nuevamente.
Me detengo frente a la puerta, la cual ya se encuentra cerrada. Reviso mi reloj de mano y me doy cuenta de que ya han pasado los diez minutos de tolerancia. Hago mis manos puños a mis costados llenándome de valentía. No sé cómo le voy a hacer, pero de que entro, entro. Me acerco a la puerta y con una mano la empujo levemente evitando que esta produzca sonido alguno. Acerco mi rostro a la pequeña abertura para checar donde está el profesor, sin embargo, no lo encuentro por ningún rincón del aula. Todos los alumnos están escribiendo en sus carpetas.
Dejo de respirar y me separo de la puerta al escuchar una voz a mis espaldas.
—Señorita Brown —no me atrevo a ver al profesor —, ¿Qué hace fuera del aula?
Cierro los ojos con fuerza, antes de darme la vuelta.
—Buenos días —murmuro con una risita que el profesor no comparte conmigo.
—No me diga —cruza los brazos sobre su pecho —. Nuevamente llegando tarde, ¿No es así?
—Es... yo solo —no se me ocurre que decir, mi mente ha quedado en blanco.
—Ultima vez —eleva su mano y me apunta con su dedo índice —, es la última vez que la dejo ingresar a mi clase después de los diez minutos de tolerancia, ¿Le queda claro?
Asiento rápidamente y me doy la vuelta para ingresar en el aula antes de que se arrepienta.
Evito las miradas de todos los presentes y me dejo caer en la primera silla que veo vacía. Con la única persona que cruzo mirada es con Diane, mi mejor amiga. Ella niega varias veces con la cabeza sonriendo, yo solo me encojo de hombros y sonrió.
***
Aparte de llegar tarde a la primera clase me tenía que dormir en la segunda. De verdad que yo no tengo remedio, necesitaría volver a nacer para arreglar mi vida personal, profesional y sobre todo la amorosa. Soy un completo desastre.
Agradezco a dios que la tercera clase ha sido suspendida y ahora tengo una hora y media libre.
Aunque lo que no agradezco es el ser arrastrada por Diane a la cancha de futbol. Esta niña y su obsesión con el capitán del equipo.
Trato de zafar mi brazo de su agarre cuando llegamos a las gradas. Pero no logro salvarme de sus garras. En cambio, lo que consigo es que me abrace de lado emocionada por ver a su amor platónico.
Agh que asco.
Pongo los ojos en blanco al escuchar todas las frases cursis que derrochan amor hacia él.
—¿Solo a eso hemos venido? —pregunto sabiendo la respuesta —. A ver como esos chicos sudorosos corren detrás de un balón como si fuera lo más maravilloso del mundo.
Tomo asiento a su lado ya que sé que no podre escapar.
—No tengo nada en contra de los futbolistas, pero...
—El color amarillo le queda perfecto —me interrumpe solo para decir cosas ridículas, como esa —. Azriel es perfecto.
Pongo cara de asco ante aquello.
Todo lo que tenga que ver con esas cosas del amor a mí me tienen sin cuidado. Digamos que no soy muy buena en esas cosas y no me ha ido para nada bien.
Cuando estaba en la escuela secundaria me gustaba un chico. El cual estoy segura de que... yo no le gustaba. Fue muy desagradable ese momento después de que toda la escuela se enteró que me gustaba. Siempre he sido la más fea del salon, y cuando lo molestaban siempre me usaban a mi para decirle de cosas.
Todos siempre decian:
“Te gusta Ellie”
“Tu y Ellie serán novios”
“A Ellie le gustas”
Todas y cosas mas que a mi me molestaban, era incomodo y feo.
Desde ese entonces no me he fijado en nadie mas. Asi que nunca en mi vida he tenido novio.
Diane me coje del brazo de un lado a otro sacandome de mis pensamientos cuando Azriel mete un gol y despues de eso la saluda.
Dios, ¿Por qué acaba de suceder eso? Ahora no podre dejar de escuchar eso en lo que resta de colegio. Siempre estará con Azriel me saludo, Azriel, Azriel, Azriel. Aunque me alegro por ello.
Resoplo y me centro en seguir viendo aquel partido que no me gusta en absoluto, ya que ella no me dejara ir.
***
Mi profesor de matemáticas me mando a tomar un curso más de matemáticas al final de todas las clases para poder ponerme al corriente en la clase de matemáticas, estos cursos son tres veces por semana, lo bueno es que hay diferentes horarios y puedes asistir al que mejor se acomode a tu horario. Las matemáticas y yo no hemos sido muy amigas que digamos, jamás me han gustado.
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Editado: 16.04.2022